miércoles, 29 de diciembre de 2010

Las peores 10 películas del año


10. TRON: El legado
Uno de los títulos “tanque” de este año de Disney es un fallido intento por recuperar un film de culto de los 80 para la nueva generación geek: TRON, cinta que hablaba de hackers y realidades virtuales en una época en la que la computación personal estaba en pañales e internet era un sueño de la ciencia ficción.
Lo hace con la peor arma del cine hollywoodense del siglo XXI: espectacularidad visual, de la mano del 3D y los efectos especiales high tech, y pobreza argumentativa.
En alguna medida, TRON: El legado es la Avatar de este año, porque deja la misma sensación que la cinta de James Cameron al dejar la sala: la de haber visto la más maravillosa de las malas películas.

9. Al diablo con el amor
La actriz Nia Vardalos (famosa por la exitosa Mi gran casamiento griego) hace de una florista que sigue un férreo sistema para sus relaciones sentimentales: nunca pasa más allá de la quinta cita con un hombre, porque piensa que después el romance se termina. Hasta que conoce a un hombre decidido a romper con esta regla de esquivarle al amor.
Protagonizada, escrita y dirigida por Vardalos, esta es una “comedia” pasatista sin la gracia, la chispa, ni la lectura social de sus trabajos anteriores. Una cinta donde no florece ninguna idea.

8. Ni Dios, ni patrón, ni marido
En teoría, este es un film basado en la vida y la lucha de Virginia Bolten, una de las figuras emblemáticas del activismo por los derechos de la mujer del siglo XIX que fue la fundadora del primer diario anarquista y feminista de la Argentina, allá por fines del 1800.
Lamentablemente, la cinta lo que menos hace es contar la vida de Bolten, ya que el protagonismo está sobre un personaje ficticio encarnado por Esther Goris (también guionista del film), que no aporta nada a la historia y que parece puesto solo para el lucimiento personal de la actriz. No es lo peor: la película tiene importantes falencias narrativas y un registro más televisivo que cinematográfico que se nota tanto en el montaje como en el guión y en las actuaciones.
Ni Dios, ni marido, ni dirección, ni nada bueno.

7. El baile de la Victoria
Una de las películas más decepcionantes del año en relación a los talentos involucrados: Ricardo Darín y Ariadna Gil (Alatriste, El laberinto del Fauno) bajo la dirección de Fernando Trueba, reconocido director español que llegó a ganar el Oscar con Belle Epoque.
Esta historia de dos ladrones que se vinculan tras salir de prisión en Chile para realizar un gran último golpe podría haber sido un buen policial negro con algún componente político, pero Trueba disuelve todo en una película que mezcla problemas familiares, denuncias contra la dictadura, venganzas, alegatos contra la oligarquía chilena y melodramas idílicos y oníricos dignos de una fábula infantil.
Por momentos, la película parece una especie de Nueve Reinas intervenida por un cuento de fantasía de Disney. El resultado es un film disperso y sin cohesión.

6. Verónica decide morir
Un bodrio protagonizado por Sarah Michelle Gellar (El Grito, Buffy la Cazavampiros) sobre una mujer que encuentra la salvación en el amor tras un intento de suicidio.
Según esta película, la decisión de matarse o de enamorarse es algo tan simple, caprichoso y liviano como ir a tomar un café o comprarse un pantalón. Algo muy esperable de un film basado en un libro de Paulo Cohelo, tipo que sabe tanto de sentimientos como de consumo mercantilista.


5. Son como niños
Adam Samdler (No te metas con Zohan, Yo los declaro marido... y Larry) se juntó con varios ex colegas del show Saturday Night Live y armó esta “comedia” con aspiraciones sentimentales, sobre un grupo de compañeros de la infancia que se reúnen con sus familias para pasar un feriado juntos en una casa que solían visitar de pequeños.
La película reúne a un verdadero dream team de la comedia, pero no provoca ni una sola risa y básicamente parece la filmación de las vacaciones de Samdler.

4. El último maestro del aire 3D
Ay, ay, ay, querido Night Shyamalan (El sexto sentido, La aldea). Yo que te admiro tanto y vos me hacés esto: arruinar un dibujado animado para hacer no solo la película más cara de tu filmografía, sino también la peor.
El film, sobre un pequeño capaz de controlar las fuerzas de la tierra, el agua, el aire y el fuego en un mundo dividido en esas cuatro naciones, es una de las más flojas adaptaciones que se han hecho de un animé a la pantalla grande. Se intentó comprimir toda la primera temporada de 20 episodios de la serie original en dos horas de película, con lo cual no hay tiempo para el desarrollo dramático de la historia y sus personajes. Y la cinta está vergonzosamente pensada para armar una cadena de franchising (que no durará mucho, a juzgar por los pobres resultados en la taquilla).
Shyamalan, te quiero, pero tu versión de El último maestro del aire es puro humo.

3. Asesinos con estilo
“Comedia” de acción Ashton Kutcher que encarna a un espía norteamericano que se casa con una chica muy naif y le oculta durante años su verdadera identidad, hasta que alguien le pone precio a su cabeza.
Repito: Ashton Kutcher haciendo de espía. ¿Hace falta que explique algo más?


2. Sex and the City 2
Las ya maduras Carrie, Samantha, Charlotte y Miranda se escapan de la realidad en un viaje al megalujo de la exótica Abu Dabi.
Lo único rescatable de esta película es que finalmente desnuda la verdad que se escondía detrás de una serie que los medios masivos vendieron durante años como retrato de la nueva feminidad cosmopolita. ¿Y qué hay en realidad? Un producto tonto, insulso, anacrónico (chicas hermosas a camello de petrodólares en una Norteamérica que sale de su peor recesión) y denigrante de la inteligencia del espectador, especialmente de las mujeres.


1. Un buen día

La propuesta era mostrar cómo se enamoran dos inmigrantes argentinos en Estados Unidos a lo largo de un día de paseo juntos tras un encuentro fortuito en un bar. El resultado es el peor film de 2010, y uno de los más desafortunados del cine nacional.
Ya desde su avance, donde se muestra a la protagonista preguntando a su partenaire si se acostaría con ella y él le responde: “No, yo quiero hacerte el amor”, se ve que Un buen día es una mala idea para ir al cine. El trailer, cuya función debería ser la de vender la película, rápidamente se propagó como un chiste en las redes sociales, lo que hizo que la cinta, aun sin que la gente la viera, fuera considerada el hazmerreír cinematográfico del año.
Pero el debut en la pantalla grande de Nicolás del Boca (histórico director de telenovelas argentinas) no es una mala película solo por una escena inverosímil, ni por su insostenible guión, ni por la pobre calidad de las actuaciones. Lo es, sobre todo, por tener la desvergonzada pretensión de querer hacer una versión criolla de Antes del amanecer (1995), acaso el film romántico cumbre del cine contemporáneo. Demasiado.

lunes, 27 de diciembre de 2010

Los 100 discos de 2010

Gracias a la “long tail” del capitalismo moderno, se edita más música. De todo tipo, claro: mucha más de la mala, pero también mucha más de la buena. Por eso tuve que seleccionar 100 discos en lugar de 50 este año. Y podrían haber sido 150 o 200. Me quedaron decenas de álbumes afuera no solo por el caprichoso gusto personal (lo que definió la mayoría de este listado), sino por falta de tiempo para escuchar debidamente todo lo que estuvo disponible estos 365 días a pura música.

En orden alfabético, no de importancia, aquí están lo que para mí son los 100 mejores discos de 2010.

Agalloch - Marrow Of The Spirit

Amy MacDonald - A Curious Thing

Anathema - Were Here Because Were Here

Antony and the Johnsons - Swanlights

Apparatjik - We Are Here

Arcade Fire - The Suburbs

Ariel Pink's Haunted Graffiti - Before Today

Autumn Moonlight - The Sky Over Your Shoulders

Beach House - Teen Dream

Ben Folds / Nick Hornby - Lonely Avenue

Benjamin Biolay - La Superbe (2009, editado en 2010 en Argentina)

Black Dub - Black Dub

Blackbird Blackbird - Summer Heart

Brandon Flowers - Flamingo

Brian Storming - ...and the Illustrated Guide to Fantasie

Brian Wilson - Reimagines Gershwin

Broken Bells - (Idem)

Bryan Ferry – Olimpia

Caribou - Swim

Cee-Lo Green - The Lady Killer

CEO - White Magic

Charlotte Gainsbourg – IRM

Clubfeet - Gols on Gold

Crystal Castles - Crystal Castles II

Danger Mouse & Sparklehorse - Dark Night of the Soul

David Byrne & Fatboy Slim – Here Lies Love

Deine Lakaien – Indicator

Devo - Something for Everybody

Electric President – The Violent Blue

Eli "Paperboy" Reed - Come And Get It

Elvis Costello - National Ramson

Ely Guerra - Hombre Invisible

Emeralds - Does It Look Like I'm Here?

Get Well Soon - Vexations

Go Periscop - (idem)

Gorillaz - Plastic Beach

Groove Armada – Black Light

Hot Chip - One Life Stand

How To Destroy Angels - (Idem)

Hurts - Happiness

Inception - Original Motion Picture Soundtrack

Interpol - Interpol

ION – Inmaculada

Isobel Campbell y Mark Lanegan - Hawk

Jacob Dylan - Women + Country

James Yuill - Movement In a Storm

Jónsi - Go

Julian Casablancas - Phrazes for the Young

Katy Wren - Human

Kings Of Leon - Come Around Sundown

Laura Marling - I Speak Because I Can

Laurie Anderson – Homeland

LCD Soundsystem - This Is Happening

Les Discrets - Septembre et ses dernières Pensées

Les Mentettes Orchestra – (idem)

Linkin Park - A Thousand Suns

Manic Street Preachers - Postcards from a Young Man

Marina & The Diamonds - The Family Jewels

Marlango - Life in the Treehouse

Massive Attack - Heligoland

Matt & Kim - Sidewalks

Maxi Trusso - Love Gone

Maximum Balloon – (idem)

MGMT – Congratulations

Nairobi – Wet

Neil Young - Le Noise

Northern Portrait – Criminal Art Lovers

O. Children – (idem)

One Night Only - One Night Only

Owen Pallett - Heartland

Robert Plant - Band of Joy

RPA & The United Nations of Sounds - (Idem)

Rufus Wainwright - All Days Are Nights: Songs for Lulu

Scissor Sisters - Night Work

Sharon Jones & The Dap Kings - I Learned The Hard Way

She & Him - Volume Two

Springlizard - Dreams of the Wolf

Sufjan Stevens - The Age of Adz

The American Dollar - Atlas

The Baseballs - Strike

The Black Keys – Brothers

The Dead Weather - Sea of Cowards

The Hoosiers – The Illusion of Safety

The Magnetic Fields – Realism

The Morning Benders – Big Echo

The National - High Violet

The Radio Dept. - Clinging to a Scheme

Theodor Bastard - Beloe

These New Puritans - Hidden

Tired Pony – The Place We Ran From

Tom Petty & The Heartbreakers - Mojo

Trent Reznor and Atticus Ross - The Social Network

TRON: Legacy - Original Motion Picture Soundtrack

Twilight: Eclipse - Original Motion Picture Soundtrack

Twin Shadow - Forget

Underworld - Barking

Wild Nothing - Gemini

Xiu Xiu - Dear God I Hate Myself

Yeasayer - Odd Blood

Zola Jesus - Stridulum II

jueves, 23 de diciembre de 2010

Las diez mejores películas de 2010

En FM ESPN 107.9 estuvimos haciendo el balance cinematográfico del año, eligiendo los mejores estrenos comerciales de 2010 en nuestro país. Este es el top 10 de las buenas, y mañana les paso las malas.
¿Están de acuerdo con la elección? Opinen.

10. Interview

Remake de un film europeo dirigida y protagonizada por Steve Buscemi, en el papel de un periodista político que se ve obligado por su editor a entrevistar a una joven y ascendente estrella de las telenovelas norteamericanas, chica aparentemente muy superficial y malcriada.

La película muestra cómo, en el marco de la entrevista, estos dos mundos sociales muy diferentes comienzan a trastocarse, las apariencias y prejuicios de cada uno cambian y los roles de entrevistado y entrevistador se pierden para pasar a ser una puja de poderes y una lección sobre los preconceptos en el vínculo social.

Un escenario, dos personas y un guión exquisito para disfrutar del cine a la mejor manera del teatro más clásico.

9. Enterrado

Un camionero estadounidense que trabaja en Irak es secuestrado y despierta sepultado en un ataúd. Lo único que tiene es un encendedor y un celular, con la batería muy baja, como única vía de contacto con el exterior para tratar de salvar su vida.

Con dosis de entretenimiento y sadismo, desde un asfixiante cajón, el film de Rodrigo Cortés desentierra crítica sobre la política internacional de los Estados Unidos y hace una cínica lectura sobre la indiferencia y el corporativismo de la sociedad actual.

8. El hombre de al lado

La película argentina de Mariano Cohn y Gastón Duprat es una de las gratas sorpresas de este año.

Un choque de clases, miserias y actitudes en un divertido y hasta polémico análisis ideológico y sociológico construido sobre la base de un problema doméstico: dos vecinos muy diferentes que se pelean cuando uno intenta hacer una ventana en la medianera.

7. La elegancia del erizo

Film francés dirigido por Mona Achache con una historia construida sobre tres habitantes de edifico burgués de París, en apariencia muy diferentes entre sí, pero con una misma característica en común: su personalidad ensimismada, independiente e incomprendida por los demás.

La elegancia del erizo es una historia que se anima a reflexionar, desde cosas muy triviales, sobre temas tan profundos como el amor, la soledad, la amistad y el sentido de la existencia. Es una bella novela de filosofía urbana contemporánea.

6. El ilusionista

Un mago francés en el ocaso de su carrera decide ir de gira con su espectáculo por lugares marginales de Inglaterra para ganar algo de dinero. En un bar de Escocia conoce a una niña ingenua que, maravillada con sus trucos, comienza a acompañarlo en sus diversas presentaciones.

Dirigido por Sylvain Chomet, un verdadero genio de la animación y creador de la recomendadísima Las trillizas de Belleville (nominada al Oscar), El ilusionista es un relato sobre la amistad y el amor paternal casi sin apelar a las palabras, solo desde el tierno y melancólico lenguaje de esos gags chaplinescos, tan trágicos como cómicos.

En tiempos de modernidad, velocidad, plástico y bits, este film es un plácido y nostálgico viaje al pasado cercano para revelarnos la magia del lápiz y el papel.

5. La carretera

Protagonizada por un destacado Viggo Mortesen, La carretera es el relato del amor de un padre por un hijo contado a lo largo del trayecto a pie por una ruta camino hacia la salvación en un mundo desvastado por un cataclismo.

Precisa adaptación de la durísima y oscura novela homónima de Cormac McCarthy y gran ejemplo de cómo puede trasladarse religiosamente un libro a la pantalla.

4. Mi familia

Julianne Moore y Annette Bening encarnan un matrimonio homosexual con todos los vicios, problemas y costumbres de una pareja convencional. Cada una tiene un hijo concebido por inseminación artificial del mismo donante, y la rutinaria existencia se complica cuando uno de ellos decide conocer a su padre biológico.

Con dosis de humor y a caballo de dos brillantes actuaciones, Mi familia es una comedia dramática que en ningún momento se queda en la temática lésbica ni lucra con ella. Tampoco sermonea sobre la sexualidad y la moral. Es una historia sobre el amor y sobre qué entendemos por familia (tema tan presente este año, en especial en nuestro país). Un film con espíritu independiente y mensaje universal, sin distinción de sexo.

3. Red social

David Fincher parte de la historia del nacimiento de Facebook, pero termina construyendo un retrato de la generación “puntocom” y elaborando un manifiesto sobre la sociedad actual, donde la soledad está hecha empresa. Imprescindible.

2. Toy 3

¿Qué se puede decir de la última entrega de esta saga de los juguetes más vivos del mundo que ya no se haya dicho? La cinta de los estudios Pixar podría haber sido el guión de una hipotética versión “kids” de Prison Break, pero terminó siendo la película más tierna de 2010. Un chiche.

1. El origen

Futuro clásico de la cinematografía, esta historia sobre un grupo de espías que se infiltra en los sueños de las personas para robar información es otra muestra del talento de Christopher Nolan (Memento, The Dark Knight) para confeccionar de manera única idea, guión, filmación y edición.

El origen es tan misteriosa y entretenida como armar un rompecabezas y es difícil clasificarla en un género (¿thriller? ¿spy-film? ¿drama psicológico? ¿sci-fi?). Pero, por sobre todo, en tiempos de películas “fast food”, la cinta protagonizada por Leonardo Di Caprio es una apuesta al cine complejo y ambicioso: ese que nos exige completa atención a la pantalla y luego nos deja pensando y polemizando tras salir de la sala. Ese que incluye al espectador como un tercer elemento del espectáculo. Aquello que yo llamo verdadero cine 3D.

jueves, 16 de diciembre de 2010

Cine: estrenos destacados de la semana

TRON: El legado

En alguna parte leí "TRON es la Avatar de este año". Puede ser. Después de todo, cuando uno deja la sala, queda la misma sensación de haber visto la más espectacular de las malas películas.

No es para alarmarse. Este no es el primero ni el último film pobre de guión, aunque brillante en recursos técnicos y visuales. La diferencia con la superproducción de James Cameron (si es que vale la comparación) es que este “legado” ni siquiera es original.

Bajo el marketing de ser una secuela, el film es, en gran parte, una remake de TRON, aquella cinta de culto de Disney que se animó a hablar de programas y hackers e imaginar realidades virtuales en 1982, cuando la computación personal estaba en pañales e Internet era un sueño de la ciencia ficción.

La obra retoma la historia desde Kevin Flynn, el personaje de Jeff Bridges (rejuvenecido gracias a los FX high tech) que en la original es abducido al universo digital. Corre 1989 y Flynn le cuenta a su hijo Sam (Garrett Hedlund) que encontró la manera ir y volver del mundo virtual, y que esto cambiará el mundo real. Una noche se marcha para no volver jamás. 20 años después, Sam termina encontrando el portal de ingreso a la realidad virtual, donde su padre está atrapado vivo.

A partir de aquí, todo es una batalla de bits y brillos adornada con un pequeño relato sobre la relación padre e hijo (cualquier semejanza con Star Wars no es pura coincidencia), una impresionante paleta de todo lo que los efectos especiales pueden hacerle al cine y a nuestros ojos: Motos de luz, gladiadores de neón y un sensual y violento reino fluorescente donde el 3D es amo y señor, para crear una película cuyo título más apropiado debería ser TRON: La franquicia.


Personalidad múltiple

Sarah Michelle Gellar (Buffy la Cazavampiros, El grito) encarna a la esposa de Ryan, un artista educado y de carácter dócil que tiene un hermano, Roman, que es su polo opuesto: un hombre peligroso con antecedentes de agresión física, con quien la pareja convive en la misma casa.

Ambos hermanos tendrán un accidente automovilístico que los deja en coma, pero al poco tiempo, Roman regresa a la vida conciente diciendo que, en realidad, es su hermano atrapado en su cuerpo.

Personalidad Múltiple es una muy libre (y muy mala) adaptación del filme surcoreano Addicted (2002) que convierte el elegante drama con componentes sobrenaturales del original en un burdo thriller psicológico de fácil digestión para el público norteamericano.

El resultado es una película olvidable, que solo sirve para recordarnos algo importante en estos tiempos de tantas copias truchas: siempre consuma originales.


Querido asesino

La fórmula de poner dos personajes opuestos en una misma situación siempre da resultado. Y más si Francis Veber, uno de los máximos exponentes de la comedia francesa y autor de clásicos como La jaula de las locas y La cena de los idiotas, es parte de la ecuación.

En esta oportunidad, Veber se ubica tras las cámaras y elabora una remake de la cinta que escribió en 1973, en la que Ralph, un asesino a sueldo, se instala en un hotel con el fin de matar a un importante testigo, pero con la mala suerte de tener en la habitación contigua a François, un tipo deprimido y muy, pero muy pesado que intentará suicidarse tras el abandono de su mujer. Con una puerta de por medio entre ambos, Ralph terminará involucrado en la misión imposible de tener que lidiar con el rey de los insoportables.

Querido asesino es una comedia de enredos liviana, sin pretensiones y muy disfrutable, que se sostiene fundamentalmente por la gran actuación de Patrick Timsit (por momentos, con cierto aire a Guillermo Francella) en el papel de un tipo tan, pero tan exasperante que el espectador tendrá ganas de meterse en la pantalla para suicidarlo.

miércoles, 8 de diciembre de 2010

Cine: estrenos destacados de la semana

Por si no lo sabías, desde hace unos días que también podés leer las críticas de los estrenos que comento en los programas de FM ESPN (107.9) .
Te invito a que pases todos los jueves por el blog de la radio o bien por este espacio para conocer qué hay de bueno y de malo en la cartelera.
Acá te dejo mis opiniones sobre lo destacado de esta semana y algunos links de las anteriores.


El día del juicio final
Capturaste a un terrorista que dice haber colocado tres bombas nucleares en distintas ciudades de Estados Unidos, y tenés cuatro días para averiguar dónde están ubicadas para desactivarlas. Las vidas de millones de personas están en juego, el reloj marcha en una peligrosa cuenta regresiva hacia el armagedón y obtener la información salvadora es una urgencia desesperante. ¿Qué serías capaz de hacerle al detenido para obtener la respuesta?
El día del juicio final (Unthinkable, su título original) no es un thriller convencional sobre el terrorismo, esos que muestran un despliegue de federales y militares en busca de explosivos en bares o plazas públicas, al estilo Jack Bauer en 24. La temática es llevada a la intimidad de una sala secreta de interrogatorios y a la acción de tres personajes: el acusado (un estadounidense musulmán, obvio), un torturador (Samuel L. Jackson) y una agente del FBI (Carrie-Anne Moss), que bajo la dinámica de “good cop / bad cop” construirán el dilema y el debate ético y moral de emplear la tortura como herramienta para conseguir el bien mayor.
El film del australiano Gregor Jordan (Ned Kelly, de 2003) intenta ser polémico desde su temática y su habilidad para incomodar al espectador con el eterno dilema de si el fin justifica los medios (en Estados Unidos no pasó por las salas y fue directa al video). Sin dudas, es una película que puede resultar dura y provocadora, pero debajo de su sangre y urgencia hay manipuleo y poco espacio para la verdadera reflexión. Un debate sobre la violencia, por su profundidad, aristas y consecuencias, no puede ser apurado o, mejor dicho, “picaneado” por situaciones límites.
Surveillance
No hay dudas de que Jennifer Lynch es hija del renombrado director David Lynch. En su debut tras las cámaras, con Boxing Helena (1993), mostró que tiene la misma mirada oscura y retorcida del mundo que papá. Y ahora, 15 años después, nos entrega su segunda y perversa prueba de filiación.
Este film de 2008 cuenta el arribo de dos agentes del FBI (encarnados por Bill Pullman y Julia Ormond) a un pequeño pueblo de Estados Unidos en el marco de la investigación de una serie de brutales asesinatos para interrogar a tres testigos: un policía local, una joven adicta y una pequeña de ocho años, todos sobrevivientes de un sangriento hecho ocurrido en una carreta zonal y vinculado al caso principal.
Los tres son aislados en distintas habitaciones de la comisaría y el relato se arma a partir de los diferentes testimonios de los involucrados, cada uno con su subjetividad, interpretación, verdades, mentiras y secretos. Aquí está la habilidad de la directora que, junto al guionista Kent Harper, construye una historia desde un coro de perspectivas, alternando ritmos y estilos (narrativos y fílmicos) para conformar un film negro, donde no parece haber inocentes y todos los personajes ocultan algo.
El “ADN Lynch”, ese de la violencia como expresión y placer, del surrealismo macabro y la ruta como vía hacia la perdición (algo que remite a Lost Highway, de 1997), se manifiesta en cada escena. Este es un ¿road-thriller? que, quizás, puede pecar de previsible, pero que es perturbadoramente efectivo.

El juego del terror
Entre El juego del terror (The Collector) y El juego del miedo (Saw) hay algo más que un título en español parecido: también están los mismos guionistas (al menos de las últimas dos entregas). ¿Qué se puede esperar entonces? En este caso, la historia de un joven que, para evitar que su mujer sufra las consecuencias de no pagar una deuda con la mafia, decide robar la casa de sus empleadores para obtener dinero rápido. Pero la noche en que comete el atraco se encuentra con que toda la familia quedó secuestrada a merced de un enfermo asesino que transformó el hogar en un laberinto de desquiciadas trampas mortales.
Con poco seso (más bien, con toda la imaginación solo al servicio del sadismo), El juego del terror es otro producto de la máquina de hacer “películas morcilla”: alimento para los que gustan del cine berreta, serial y sangriento.

Cine: Estrenos destacados del 02/12

Cine: Estrenos destacados del 25/11

Cine: Estrenos destacados del 18/11

Cine: Estrenos destacados del 11/11

martes, 30 de noviembre de 2010

Manifiesto por una Red Neutral

Los ciudadanos y las empresas usuarias de Internet adheridas a este texto manifestamos:

1. Que Internet es una Red Neutral por diseño, desde su creación hasta su actual implementación, en la que la información fluye de manera libre, sin discriminación alguna en función de origen, destino, protocolo o contenido.

2. Que las empresas, emprendedores y usuarios de Internet han podido crear servicios y productos en esa Red Neutral sin necesidad de autorizaciones ni acuerdos previos, dando lugar a una barrera de entrada prácticamente inexistente que ha permitido la explosión creativa, de innovación y de servicios que define el estado de la red actual.

3. Que todos los usuarios, emprendedores y empresas de Internet han podido definir y ofrecer sus servicios en condiciones de igualdad llevando el concepto de la libre competencia hasta extremos nunca antes conocidos.

4. Que Internet es el vehículo de libre expresión, libre información y desarrollo social más importante con el que cuentan ciudadanos y empresas. Su naturaleza no debe ser puesta en riesgo bajo ningún concepto.

5. Que para posibilitar esa Red Neutral las operadoras deben transportar paquetes de datos de manera neutral sin erigirse en “aduaneros” del tráfico y sin favorecer o perjudicar a unos contenidos por encima de otros.

6. Que la gestión del tráfico en situaciones puntuales y excepcionales de saturación de las redes debe acometerse de forma transparente, de acuerdo a criterios homogéneos de interés público y no discriminatorios ni comerciales.

7. Que dicha restricción excepcional del tráfico por parte de las operadoras no puede convertirse en una alternativa sostenida a la inversión en redes

8. Que dicha Red Neutral se ve amenazada por operadoras interesadas en llegar a acuerdos comerciales por los que se privilegie o degrade el contenido según su relación comercial con la operadora.

9. Que algunos operadores del mercado quieren “redefinir” la Red Neutral para manejarla de acuerdo con sus intereses, y esa pretensión debe ser evitada; la definición de las reglas fundamentales del funcionamiento de Internet debe basarse en el interés de quienes la usan, no de quienes la proveen

10. Que la respuesta ante esta amenaza para la red no puede ser la inacción: no hacer nada equivale a permitir que intereses privados puedan de facto llevar a cabo prácticas que afectan a las libertades fundamentales de los ciudadanos y la capacidad de las empresas para competir en igualdad de condiciones.

11. Que es preciso y urgente instar al Gobierno a proteger de manera clara e inequívoca la Red Neutral, con el fin de proteger el valor de Internet de cara al desarrollo de una economía más productiva, moderna, eficiente y libre de injerencias e intromisiones indebidas. Para ello es preciso que cualquier moción que se apruebe vincule de manera indisoluble la definición de Red Neutral en el contenido de la futura ley que se promueve, y no condicione su aplicación a cuestiones que poco tienen que ver con ésta.

La Red Neutral es un concepto claro y definido en el ámbito académico, donde no suscita debate: los ciudadanos y las empresas tienen derecho a que el tráfico de datos recibido o generado no sea manipulado, tergiversado, impedido, desviado, priorizado o retrasado en función del tipo de contenido, del protocolo o aplicación utilizado, del origen o destino de la comunicación ni de cualquier otra consideración ajena a la de su propia voluntad. Ese tráfico se tratará como una comunicación privada y exclusivamente bajo mandato judicial podrá ser espiado, trazado, archivado o analizado en su contenido, como correspondencia privada que es en realidad.

Europa, y España en particular, se encuentran en medio de una crisis económica tan importante que obligará al cambio radical de su modelo productivo, y a un mejor aprovechamiento de la creatividad de sus ciudadanos. La Red Neutral es crucial a la hora de preservar un ecosistema que favorezca la competencia e innovación para la creación de los innumerables productos y servicios que quedan por inventar y descubrir. La capacidad de trabajar en red, de manera colaborativa, y en mercados conectados, afectará a todos los sectores y todas las empresas de nuestro país, lo que convierte a Internet en un factor clave actual y futuro en nuestro desarrollo económico y social, determinando en gran medida el nivel de competitividad del país. De ahí nuestra profunda preocupación por la preservación de la Red Neutral. Por eso instamos con urgencia al Gobierno español a ser proactivo en el contexto europeo y a legislar de manera clara e inequívoca en ese sentido.

viernes, 26 de noviembre de 2010

Moshi Moshi y James Yuill: ser indie hoy

Stephen Bass, cofundador del sello Moshi Moshi, y James Yuill, uno de sus más destacados nuevos artistas, pasaron por Buenos Aires para tocar y hablar sobre la industria de la música independiente; vanguardia, internet y el amor por editar discos para salvar el romance.

Además de ser artistas ya consagrados por público y crítica, Bloc Party, Florence and The Machine, Kate Nash, Lykke Ly y Hot Chip tienen un denominador en común: todos nacieron o fueron editados en algún momento por Moshi Moshi, un sello independiente del Reino Unido que continúa la vieja tradición de Factory, Creation o Warp: ser la curaduría de lo mejor del presente musical "alternativo".
Con doce años de historia, Moshi Moshi sigue pariendo vanguardia como Casiokids, Hot Club De Paris, The Drums, Au Revoir Simone, Slow Club y Niki & The Dove, entre otros. Stephen Bass, su cofundador, y James Yuill, uno de sus más destacados descubrimientos (que el sábado presentó toda su ternura folktrónica en el Hot Festival), pasaron por Buenos Aires para dar un workshop en el marco de Incubator, el programa de intercambio cultural del British Council. Aprovechamos la oportunidad para charlar con ambos sobre el presente de la industria de la música independiente.



¿Qué significa ser indie hoy?
Yuill (Y): Desde el punto de vista del artista, tiene que ver con el control. Desarrollar tu carrera como algo que te permita hacer la mayor cantidad de plata posible en el menor tiempo.
Bass (B): No solo se trata de "música indie", de guitarras, o que la gente asocia con un espíritu más libre. Moshi Moshi es una discográfica independiente. Ese es un significado: no somos un sello grande.
¿Hay lugar en la industria musical hoy para hacer lo mismo que hiciste hace 12 años: largar tu trabajo formal y formar tu propio sello?
B: Sí.
Vaaamos...
B: (Risas) En realidad, renuncié al trabajo hace dos años. Tuve que seguir laburando porque tener un sello independiente es difícil. La gente baja música de internet, es complicado vender discos. Sin embargo, la red hace que llegar a la gente sea más fácil. Entonces, por un lado te quita, pero por el otro te ayuda. En cinco años, te digo en qué lado se equilibró. Pero, definitivamente, hay espacio. Cada vez hay más sellos individuales y no creo que la gente lo haga para ganarse la vida.
Y: Hay muchas bandas que están creando sus propios sellos, también. Sellos de un solo acto.
B: Y las compañías de management más grandes, con un pensamiento directo, no firman con sellos importantes y venden ellas mismas, especialmente si una banda está establecida y tiene una base de fans y una carrera, lo que le permite empezar a lanzar sus propios discos y retomar el control. Así que no solo hay muchos sellos indie dando vueltas, sino que los sellos indie también están cambiando.
Solés decir que editás lo que te gusta, pero teniendo un sello chico y con bajos recursos, ¿cómo encontrás el equilibrio entre lo que te agrada y lo que realmente tiene posibilidades de trascender comercialmente?
B: Bueno, esperás que, en ocasiones, esos dos elementos estén combinados. Tenés que tener cuidado con lo que hacés y trabajar con niveles. Si firmás con una banda que sabés que no va a vender mucho, entonces no le des un adelanto muy grande. Y tenés que ser rápido, ese es el yeite. Hay que tratar de conseguir al artista antes de que alguien más se dé cuenta de que es bueno, lo atrape y no lo deje escapar. Eso es algo que no hice tan bien en el pasado, pero la idea es conseguir la gente y crecer con ellos.
¿Cómo suelen trabajar con los artistas? ¿Qué tipo de acuerdos comerciales establecen con ellos?
B: Con muchos trabajamos con un 50/50. No operamos como las grandes ni, lamentablemente, tenemos álbumes que venden millones. Pero, por otro lado, James no tiene que vender miles de discos para ser exitoso. Operamos en un nivel en el que esperamos que las bandas tengan éxito, que hagan una carrera. Y buscamos un equilibrio: saber cuándo gastar plata y cuándo no.
Internet y la tecnología hicieron posible que cualquiera pueda crear, difundir y vender su propia música. ¿Cuál es la tarea, incluso el sentido, de un sello en esta era digital de "autoproducción"?
B: El trabajo es hacer lo que las bandas y los managers no están haciendo. Los grupos tienen que escribir y tocar música brillante, dar buenas entrevistas, verse bien, tener buenas fotos. Nosotros tenemos que hacer todo lo posible para llevar la música a los medios, venderla y pagar por cosas que los artistas no deberían pagar. En muchos sentidos, los sellos seguimos haciendo lo mismo que antes, pero con la ayuda de internet. Cuando empezamos, no podíamos lograr que una banda se conociera del otro lado del mundo. Pero ahora sí. Que James esté tocando en Argentina no habría pasado hace doce años, a su nivel de carrera. Tenías que ser del tamaño de Depeche Mode para poder venir acá. Tratamos de pensar todas las maneras posibles de hacer que la música llegue a la gente para que James pueda dedicarse a ser poético, a cantar como Freddie Mercury. Nosotros hacemos el trabajo de oficina.
James, vos empezaste autoeditando tus trabajos, vendiendo en iTunes. ¿Qué recomendaciones tenés a partir de esa experiencia?
Y: Cuando arranqué hacía demos y se los mandaba a la gente. Pero lo principal es salir a tocar y hacer que tu nombre sea conocido. Tener un buen show en vivo es lo que hace que una banda sea interesante y es muy, muy importante hoy, especialmente cuando ganás plata por tocar y no tanto por vender discos.
Se dice que ya nadie compra discos porque la música se baja y comparte en Internet, o porque tiendas online como iTunes prefieren vender canciones en lugar de álbumes. ¿Está en peligro el concepto de disco como "obra artística"?
B: Eso hace que sea más difícil que Moshi Moshi exista, sobreviva y, en última instancia, también está dañando a los artistas, porque puede ser que la única manera de que ganes plata como músico sea tocar en vivo. Es una lástima que la gente solo compre canciones y no discos, porque un álbum es una forma de arte, es algo brillante. Creo que el mundo sería un lugar más pobre si los artistas dejaran de hacer discos. Pensá en todos esos compilados que armaste para pasarle a un amigo o para impresionar a una chica, y cuántos de esos tenían tracks sacados de álbumes. Si se dejaran de hacer discos, el romance sufriría tanto como la industria musical. A nosotros nos gusta editar discos y yo estoy bastante obsesionado con que los artistas creen una buena obra. Un buen sello tiene que trabajar con los artistas, darles una segunda opinión sobre cómo conciben un álbum.
El download gratis está bárbaro para los shows en vivo. Una banda puede ir a tocar a un lugar en el que nunca vendió discos y la gente puede cantar. Pero si, en el largo plazo, esto significa que quizás no van a poder hacer un álbum, va a provocarles un daño.
Y: Yo dediqué mucho tiempo para pensar el orden correcto del disco. Es algo que trabajo mucho y desde temprano. No me gusta la idea de que alguien elija solo un par de canciones; cada track del álbum tiene que escucharse.
¿Iniciativas como el Moshi Moshi Singles Club, que edita placas de 7", apuntan a incentivar la "cultura del disco", de tener música como un objeto de colección?
B: Creo que sí. Siempre que sigamos lanzando cosas buenas, la gente va a querer comprarlas. Lo de Singles Club nos permite ser más rápidos, seguir divirtiéndonos y no preocuparnos demasiado sobre las finanzas o la decisión comercial. Se trata de encontrar una banda con un par de canciones que nos gustan y decir "vamos a ver qué pasa".
¿Escuchaste alguna banda argentina?
B: No, me gustaría encontrar alguna. Hubo un período en Inglaterra en el que todos los grupos nuevos estaban influenciados por los Beatles, y a mí me aburría. Una de las cosas que más me entusiasman de estar acá es escuchar algo diferente.

Leer en Rolling Stone >>

lunes, 22 de noviembre de 2010

Entrevista a Marcus Meyn de Camouflage

La banda synth-pop alemana vuelve a presentarse en Argentina con dos shows en Buenos Aires y uno en Rosario; su vocalista promete clásicos, un adelanto del nuevo disco y hasta revela la "musa inspiradora" del eterno "Love is a Shield".


Si hiciste click en el link de esta nota hay muchas chances de que tengas entre 32 y 42 años (maso), tu corazón aún palpite romanticismo darkie y tu CD de Methods of Silence esté tan limado como el Violator, de Depeche Mode. Si es así, no hace falta que te explique quiénes son los Camouflage, porque seguro musicalizan las reuniones con tus amigos cada fin de semana (son los que suenan cuando todos gritan "¡Uuyy, qué temazo este!"), o alegran tus mañanas en la oficina cuando Aspen pasa "The Great Commandment". Podés saltear los siguientes párrafos y pasar directo a las preguntas y respuestas.

Si no entendiste nada de lo que dije arriba, es porque tenés mucha menos edad y caíste en este artículo por algún maquiavélico ardid de La Nación o por curiosidad de saber quiénes son estos tipos.

En cualquier caso, vale la aclaración: Camouflage es eso que (todavía) escucha tu tío modernoso, ¿OK? Es un trío alemán con más de 20 años de trayectoria, siete discos de estudio y varias grandes canciones que le han dado un lugar privilegiado dentro del movimiento tecno pop junto a bandas como Pet Shop Boys y los mencionados DM. Y aunque muchos no lo reconozcan, gran parte de la electrónica europea no sería lo mismo sin Camouflage.

¿Algo más? Sí: vuelven por segunda vez a nuestro país para presentarse en Buenos Aires el 24 y 26 de noviembre (Niceto Club), y el 25 en Rosario (Complejo Metropolitano) con shows que, según el vocalista Marcus Meyn, incluirán pasado, presente y futuro.

Estuvieron en Argentina hace tres años. ¿Qué recordás de aquella visita?
La pasamos muy, pero muy bien. Fue un viaje bárbaro, Buenos Aires es una ciudad fantástica y el público en la Argentina es genial. Todo lo que podemos recordar son cosas buenas.

No lanzaron nuevo material de estudio desde entonces. ¿Qué tendrá de diferente este recital al anterior?
La mayoría de las canciones serán distintas. Haremos otros temas, reversiones y quizás toquemos uno nuevo.

¿Uno nuevo? ¿Están trabajando en un disco en este momento?
Sí, creo que lo vamos a terminar a mediados del año que viene, para lanzarse a fines de 2011. Ya reservamos la gira para la promoción del álbum, en noviembre y diciembre.

¿Ya tiene nombre?
No, todavía.

Los dos últimos trabajos, Sensor y Relocated, remiten al Camouflage más clásico, el de los primeros dos álbumes. ¿Tuvo algo que ver el regreso de Oliver Kreyssig a la banda con esto?
Estamos muy, muy contentos de que haya vuelto, pero el sonido es algo que trabajamos junto al productor, no tiene que ver con el regreso de Oliver. Hay un nuevo sentimiento entre nosotros desde que volvió, pero el sonido de un disco es una decisión que tomamos durante la grabación.

Al menos en Argentina y Latinoamérica, cuando se dice Camouflage inevitablemente se piensa en los años 80. ¿Les molesta ser una banda asociada a una década?
No, la verdad que no. Durante los ochenta pasaron muchas cosas geniales. De toda la música, la más popular es la de esa década. Soy un hijo de los ochenta. Pero si simplemente me reducen a eso, entonces no me gusta porque yo sigo haciendo música. Claro, la hacemos en la tradición de ese estilo, pero no es todo para nosotros.

Horas antes de entrevistarte estaba escuchando la recopilación de rarezas y lados B Archive #01 y, en el booklet, está la foto de la revista Billboard con la canción "The Great Commandment" en el puesto número uno del Dance Chart. ¿Qué recordás de ese momento?
Fue muy raro, porque la discográfica estadounidense encomendó 17 remixes de la canción sin decirnos nada. Y cuando llegamos al país todos nos felicitaban por el número uno, pero nosotros nunca habíamos escuchado la versión. La verdad, era muy diferente de la original. Por otra parte, estuvo bárbaro porque, aparentemente, fuimos los primeros en la historia de Billboard en lograr dos veces la primera posición con el mismo tema.
"Love is a Shield" es otro clásico de todos los tiempos. ¿Hay alguna anécdota o curiosidad relacionada con esta canción después de tantos años de tocarla?
Cuando la escribimos estábamos en Nueva York. Yo miraba la televisión y estaban pasando una película en la que Ernest Borgnine le decía a otro tipo "¿Sabés?, el amor es un escudo". Yo pensé "¡esa oración está buenísima!", la anoté y la usé como el motivo principal de la canción. Esa es la pequeña historia detrás de la frase. Pero, básicamente, cuando empezamos a hacer música, queríamos llegar al punto en el que, con el tiempo, nos dijeran que tenemos una canción para cierta parte o situación de su vida y que, cuando la escuchan, vuelven todos esos recuerdos. Creo que con temas como "Love is a Shield", "The Great Commandment" y otros llegamos a ese punto, lo que nos pone muy contentos.

¡Saber que la musa inspiradora de "Love is a Shield" fue Ernest Borgnine me tiró el romanticismo al tacho!
Ja, ja, ja.

La banda tiene más de 20 años de historia y la escena electrónica ha vivido muchos cambios desde entonces. ¿Cuál es tu visión sobre la actualidad de este estilo?
Me gusta el presente, se está yendo en una nueva dirección y reinterpretando las raíces de las cuales venimos para hacer algunas muy buenas canciones con un entorno electrónico. Para mí, siempre es interesante escuchar bandas nuevas. Ahora estamos en un punto de desafío porque ya se hicieron muchas cosas y todos esperan algo realmente nuevo.

Happiness, el reciente y exitoso debut de los británicos Hurts, parece por momentos un álbum de Camouflage...
Sí, mucha gente nos dijo eso. Es gracioso, porque creo que ni siquiera nos conocen.

Leer en Rolling Stone >>

martes, 16 de noviembre de 2010

¿La muerte del download?

Mientras todavía se debate la desaparición del CD, en el mercado de la música digital el streaming de canciones aparece como un modelo que podría complementar y hasta reemplazar el negocio de las descargas. Servicios como Spotify y Grooveshark ganan usuarios ofreciendo escuchas gratis bajo un esquema soportado por publicidad, pero la rentabilidad no llega. La situación en Argentina.

El año pasado, las ventas mundiales de música sonaron agridulces como un tango. Por un lado, la facturación de las compañías discográficas cayó un 7,2%, a u$s 17.000 millones, y los dos mercados más grandes del mundo, Estados Unidos y Japón, representaron el 80% del declive. Además, las ventas de copias físicas bajaron un 12,7%, según el último informe de la International Federation of the Phonographic Industry (IFPI).

Sin embargo, la venta de música digital creció un 9,2% y alcanzó los u$s 4.300 millones, diez veces más que en 2004. Los canales digitales representan hoy el 25,3% de los ingresos de discográficas y en Estados Unidos constituyen el 43% del mercado total de música grabada. Según el análisis de la IFPI, más de 30 países registraron tasas de crecimiento de dos dígitos en este segmento y en 17 mercados, incluyendo el argentino, ese negocio creció más del 40%.
Sí: internet provocó que se venda menos, pero sobre todo forzó a que se tenga que vender de una forma diferente. Hoy se observa una diversificación del modelo de negocio de la industria musical, que ha pasado de un esquema rígido que se sustentaba en el despacho de CD, a uno flexible donde los sellos comercializan a sus artistas por medio de tiendas online (con iTunes a la cabeza, con el 70% del mercado digital mundial), acuerdos de partnership con operadores de telefonía fija y móvil (Telefónica y Telecom), con fabricantes de celulares (como los modelos de Nokia que vienen con canciones precargadas) y hasta iniciativas que buscan monetizar los videoclips en la web (con el ejemplo de VEVO, el servicio surgido en Estados Unidos de la alianza entre YouTube, Universal y Sony Music).

Pero uno de los esquemas que más está creciendo es el que está basado en la distribución de música vía streaming, que brinda acceso online a infinidad de canciones sin necesidad de descargarlas, ya sea en forma gratuita, bajo el soporte de publicidad, o bien mediante suscripción, que elimina los avisos y ofrece algunos extras a los “abonados”.

Uno de los íconos de este negocio es Spotify, un servicio de origen sueco con disponibilidad en Noruega, Finlandia, España, Francia, Holanda y el Reino Unido, que ofrece un catálogo de más de diez millones de canciones gracias a un acuerdo de licencias con las cuatro discográficas más grandes (Sony, Universal, EMI y Warner), que también son accionistas de más del 15% de la compañía.

Según su fundador, Daniel Ek, en declaraciones del diario El País de España, “el futuro de la música está en el acceso más que en la propiedad” y “a la gente le da igual tener o descargarse canciones. Lo que quiere es acceder a ellas”. La industria parece estar en sintonía con esa idea y así han aparecido varios emprendimientos de este tipo como Grooveshark, We7 y Deezer, con algunos resultados interesantes. Solo en Gran Bretaña, los servicios de streaming musical tuvieron ingresos por más de u$s 12 millones en 2009 (un 247% más que 2008), y los sitios de suscripción aumentaron un 37,2%, y llegaron a los u$s 18 millones. Pero, ¿son rentables?

La gran popularidad que Spotify consiguió en sus dos años de vida se cimentó en la gratuidad del servicio, basado en publicidades que rotan cada tres o cuatro temas. De sus diez millones de usuarios, solo 650.000 pagan entre 4,99 y 9,99 euros por mes para escuchar música sin avisos y con mejor calidad de audio, entre otros beneficios. We7 es otro ejemplo de un esquema que muestra sus grietas: el sitio inglés tuvo ingresos por 412.000 euros en 2009, pero costos por 1,72 millones. Las visitas únicas mensuales crecieron un 1.350% en el año, pero eso no alcanzó para corregir un rojo de 4,18 millones de euros.

Así, el streaming basado en publicidad oficia más como una estrategia para recolectar suscriptores a un esquema pay per listen que otorgue el verdadero sustento financiero. Spotify requiere que al menos el 10% de sus usuarios sean pagos para no dar pérdida. Es por esto que la empresa está intentando hacer pie en Estados Unidos para expandir su base, pero se encuentra con la reticencia de varios players vinculados a la música digital que dudan sobre la viabilidad comercial del sistema ad-supported, entre ellos Apple, que no quiere que un servicio de escuchas gratis le ahuyente compradores de downloads o clientes de un futuro (y cada vez más rumoreado) iTunes streaming.

Sonido local

En nuestro país, un modelo similar al de Spotify es el de Sonora, el canal de streaming musical creado por el ISP Speedy y el portal Terra (ambos de Telefónica) en alianza con las sedes locales de los cuatro major labels. Ofrece acceso a más de un millón de canciones bajo dos esquemas: “Free” (permite a cualquier persona la escucha sin cargo de hasta 20 horas por mes no acumulativas, con spots que se intercalan cada cuatro temas y sin posibilidad de downloads) y “Plus” (exclusivo para clientes de Speedy, con acceso en forma ilimitada y hasta diez descargas mensuales por $16,90, que se incluyen en la factura del proveedor).

“Es un aprendizaje, porque no había experiencia de un servicio de este tipo en la Argentina”, explica Alejandra Prado Torres, responsable de producto de Telefónica, quien agrega que hoy tienen “más de 300.000 visitas únicas por mes y más de 80.000 usuarios, la mitad pagos”.

Sonora es el único servicio de streaming y uno de los pocos sitios que comercializan música digital en el país, junto a Personal Música (de Telecom) y BajáMúsica, entre los más conocidos. Según datos de CAPIF, la cámara que agrupa a las discográficas en Argentina, solo el 13% de la distribución de música digital se hace por canales de internet. El 66% está en manos de la telefonía celular.

“El digital es un negocio de canciones, muy diferente a vender álbumes, y en Argentina el 99% pasa por los celulares”, afirmó Diego Villanueva, director de Marketing de Warner Music Argentina, para quien “las telefónicas son nuestros Musimundos” en lo que a la distribución local de música digital se refiere.

En nuestro país, en 2009 las ventas digitales representaron el 7% del market share total, cuando el promedio en la región es del 15, de acuerdo a CAPIF. ¿Son estos números el resultado de que el negocio local esté tan atado a las operadoras de telefonía? Y si es así: ¿por qué no se han desarrollado otras vías digitales de consumo, como sitios web especializados?

“Nosotros vemos personas que tienen la voluntad de comprar online y no saben dónde hacerlo. ¿Creés que el que paga $5 más IVA por un mastertone de 30 segundos para el celular no va a querer descargar un tema completo por $3? En el país no hay una tienda online atractiva y si hubiera un modelo como iTunes, donde la gente puede encontrar todo lo que busca con una forma sencilla de pagar, yo creo que funcionaría”, opina Villanueva, pero señala: “Aunque hay otro problema: acá el método de pago es un dolor de cabeza, y nadie quiere poner la tarjeta para comprar canciones, un poco porque está instalada la idea de que la música es gratis, y no es así”.

Publicado hoy en el suplemento IT Business del diario El Cronista.


viernes, 5 de noviembre de 2010

Recoil: una hora extraordinaria

El ex Depeche Mode se presentó ayer en Niceto y sumergió a 750 personas en una función de película.


Foto: Tomás Correa Arce

Alan Wilder lo dijo en una entrevista a Rolling Stone días atrás: "No se parece en nada a Depeche Mode, de verdad" (ver más abajo). Los que todavía no le creían ayer no lo escucharon: lo vivieron. A las 21:30 el telón de Niceto Club se corrió no para dar otro concierto, sino para rodar un recital. "Recoil: A Strange Hour", se leyó en la pantalla, y un solitario Paul Kendall tras su laptop comenzaba a hacerle la película a 750 espectadores parados en las butacas de sus oídos.

Wilder apareció y se vino el estallido. Aviones y bombas comenzaron a caer al ritmo del electro-blues de "Pray", lo que inició el recorrido multimedia a lo largo de ese imaginario de ambient, trip-hop, avant-garde e industrial que es Recoil. Pegado, "Want" encantó con la sensual perversión de las imágenes del ilustrador H. R. Giger solo para hacernos acabar en el cabaret de la lujuriosa "Drifting". La excentricidad al palo, pero ¿qué carajo está pasando?

¿Estamos visualizando un soundtrack o escuchando un film? ¿Son estos los ecos perdidos en los ojos de David Lynch? ¿O acaso somos víctimas de una placentera sesión de brainwashing? Sonido y visión fusionados en una proyección de la imaginación, Recoil es un experimento vivo de inner cinema: el ver representado como última manifestación del escuchar. Abrí los oídos y mirá.

Un micro Vélez apareció cuando Wilder tomó posesión de Depeche Mode. La belicista "The Killing Ground" entró en combate con un mix de "Never Let Me Down" y la audiencia celebró la guerra con la coreografía marca registrada de la canción: brazos arriba agitados de un lado a otro y Niceto transformado en un estadio de maíz al viento. La escalada armamentista explotó cuando apareció en escena un corrosivo "Zephyr Mix" de "In Your Room". ¿El resultado? Sudor y cenizas entre la gente y un Alan Wilder que emerge triunfante como la figura que puede hacer y deshacer a su ex banda.

"Stalker" y "Faith Healer", con las imágenes del vocalista Douglas McCarthy cual maníaco predicador de fondo, empezaban a señalar que el fin estaba cerca. Con "Shunt" llegaron los créditos, pero esta celebración negra aún tenía una escena sorpresa. "Supongo que quieren escuchar algo más de Depeche Mode", dijo Wilder para el bis y, tras la estruendosa hambruna del público, extendió la función con un cierre memorable apropiándose de dos clásicos de sus otrora compañeros. Una ¿trip-hip-hopera? versión de "Walking in my Shoes" mezclada con "Jezebel" y "Personal Jesus" intervenida y reconfigurada con "Edge to Life": un mash up realmente violador.

Fue todo. Oscura, sensual, confusa, la hora (y cuarto) extraña fue, sobre todo, extraordinaria en todos los sentidos.

The end.

Leer en Rolling Stone >>

viernes, 8 de octubre de 2010

Entrevista con Alan Wilder, ex Depeche Mode

El responsable de delinear el sonido de la banda de Gahan y Gore, presentará en Buenos Aires y Rosario su ¿colectivo multimedia? denominado Recoil. ¿Qué es? Él mismo lo aclara: "No se parece en nada a Depeche".

Durante una década y media, Alan Wilder fue el responsable de delinear el sonido de Depeche Mode, la persona que dio forma y sustancia a las composiciones de Martin Gore. Hasta que en junio de 1995 se pudrió. Cansado tras la conflictiva grabación de Songs of Faith and Devotion
(con el vocalista Dave Gahan que comenzaba a hundirse en las drogas), extenuado luego de una larga y desgastante gira, y harto de los tironeos y la mecánica laboral de una banda que le daba mucho trabajo y poco reconocimiento, dijo adiós por carta y se fue con la música a otra parte.
Al poco tiempo, reactivó su proyecto Recoil, un imaginario sonoro que cruza el trip-hop, el blues, la música para películas y la electrónica experimental y que cuenta con diversos invitados, como las voces de Diamanda Galas, McCarthy (Nitzer Ebb), Toni Halliday (Curve), Nicole Blackman y el productor Paul Kendall. Este será su compañero sobre el escenario el 4 y 5 de noviembre, cuando Wilder se presente en Buenos Aires y Rosario, respectivamente, en el marco del tour mundial promocional de su último álbum, Selected, una recopilación de canciones de sus seis discos de estudio, pero reelaboradas y puestas al día.
Si tuvieses que explicar qué es Recoil, ¿qué dirías?
Por lo general, me la paso buscando los adjetivos correctos y quedo como un reverendo idiota. Entonces, sigo con un "No se parece en nada a Depeche Mode, ¡de verdad!". Al final, se me ocurre algo pretencioso como "ah, es una especie de paisaje sonoro fílmico avant garde" o alguna estupidez por el estilo.
Es difícil encontrar influencias recientes en tu trabajo, especialmente en los últimos dos discos, pero sí hay mucho del blues antiguo, la música clásica y de películas. ¿Qué estás escuchando actualmente y qué cosas del presente y del pasado te inspiran?
Siempre me gustaron músicas distintas, de diferentes épocas; principalmente cosas viejas. Algunos de mis favoritos, viejos y actuales, son U.N.K.L.E., Radiohead, David Bowie, Roxy Music, Elbow, Massive Attack, Morrissey, The Who y Goldfrapp. Mis últimas compras incluyen cosas de Gill Scott Heron, John Foxx, Architect, Boards of Canada, Johnny Cash, Howlin' Wolf y Grinderman. También escucho muchas bandas de sonido, algunas de las cuales me sirven de inspiración.
Estuviste en Argentina en 1994 en tu último tour con Depeche Mode. ¿Tenés algún recuerdo de aquella visita?
La verdad es que no tengo ninguna anécdota para contar. Solo sé que es un lugar hermoso y estar ahí fue una experiencia agradable. Los shows de DM en Sudamérica fueron siempre fantásticos, con un público muy entusiasta.
Esta es la primera vez que salís de gira desde entonces. ¿Con qué show se van a encontrar los fans? En el tour europeo se pudo ver una fuerte puesta multimedia...
Las presentaciones son más instalaciones artísticas que shows de una banda. Paul (Kendall) y yo simplemente llevamos lo que hicimos en el estudio al entorno en vivo, en el que agregamos efectos espontáneos y partes extras a una base ya preparada. La música está compuesta por secciones tomadas y editadas de remixes de Recoil y versiones alternativas, que se combinaron de manera tal que el resultado fuera reconocible como Recoil, pero que no necesariamente sonara como las versiones de estudio.
Tenemos cierta flexibilidad para adaptar el sonido a cada lugar, pero también estamos atados a un film continuo que acompaña todo. Los primeros tres meses del año los pasé colaborando con cuatro directores para este proyecto usando un servidor central al cual podíamos cargar nuestro trabajo en progreso. Desde la primera parte de la gira, adapté algunos elementos del show, cambié la música un poco y pusimos a los directores a trabajar también, así que va a haber un par de sorpresas...
Dejaste Depeche hace ya 15 años. ¿Qué cambió en tu forma de trabajar y qué aprendiste como músico en este tiempo?
Obviamente, gané una vasta experiencia desde mi época en el grupo, particularmente al trabajar con gente como Daniel Miller, Gareth Jones y Flood. Mi modo de trabajar no cambió mucho desde que hicimos Songs of Faith and Devotion, para el cual refiné una metodología y logré el equilibrio justo entre performance humana y electrónica. Ahora sé de qué manera quiero hacer discos y me temo que, actualmente, implica un alto grado de autonomía.
Aprendí que, al hacer música, puede ser liberador no tener que someter cada decisión a votación, pero también puede ser bastante duro trabajar solo, sin nadie cerca para saber qué opina. También tuve que aprender a confiar en mis instintos y a creer en mi propia perspectiva. Puede ser algo arrogante (y el peligro es que podés volverte indulgente con vos mismo), así que me vi obligado a imponer mi propia disciplina a todo el proceso.
Resulta extraño que, con tu experiencia y perfil, no hayas trabajado como productor más allá de ocasionales remixes y colaboraciones que hiciste para algunos artistas. ¿Por qué?
Me pidieron muchas veces que produjera, pero es algo que no me entusiasma demasiado; principalmente, porque en ese trabajo hay muchísimos elementos que no necesariamente se centran en la creación de música. Producir a otro grupo, por lo general, implica actuar como mediador en su política interna, ¡a veces incluso como asesor conyugal o psicoanalista! Era de eso de lo que quería librarme cuando opté por dejar de ser miembro de una banda. Habiendo dicho esto, voy a seguir escuchando ofertas y, si aparece el trabajo indicado, estaría abierto a la idea. Debería ser algo que me interesara explorar especialmente.
Los fans de Depeche tuvieron una gran sorpresa este año cuando te reuniste con la banda en el escenario del Royal Albert Hall, y ahora Martin Gore va a ser DJ en uno de tus recitales en California. ¿Cuál es tu relación con ellos hoy?
Sigo en contacto con Dave, sobre todo por e-mail o mensajes de texto. No tuve mucha comunicación con Martin o Fletch (Andrew Fletcher) desde 1995, pero estuvo bueno encontrarnos en nuestra reciente reunión. Estoy ansioso por ver de nuevo a Martin en California para la gira de Recoil.
¿Sos conciente de que gran parte del público y la crítica dice que hay un período pre y post Wilder en la música de Depeche y que se extraña tu presencia en sus últimos trabajos?
Eso es algo que me honra y halaga. Desde mi punto de vista, las canciones de Martin merecían más que un tratamiento pop descartable, aun cuando el sonido de DM fuese fresco y diferente en las primeras épocas "puramente electrónicas". Mi objetivo era endurecer el sonido, erradicar algunas de las reglas restrictivas (como nada de guitarras, nada de músicos extras) y tratar de darle más profundidad. Quería desesperadamente que la banda fuese tomada en serio y durante mucho tiempo eso no pasó. Con los años y con la ayuda de Daniel (Miller), Flood y otros, el sonido evolucionó y siento que estuvo en su punto más interesante desde Black Celebration hasta Songs Of Faith And Devotion.
¿Te pasó por la cabeza la idea de volver? ¿No sentiste la necesidad de llamarlos y decirles: "Chicos, los extraño"?
No me sentí abrumando de deseo, je, je. Pero, claro, hay aspectos de esa vida que extraño y hay algunos de los cuales todavía puedo prescindir.
¿Tampoco sentiste la tentación de llamarlos y decirles: Ey, muchachos, ¡por favor, consigan un mejor productor para sus discos!?
Ja, ja, ja...
Leer en Rolling Stone >>



sábado, 2 de octubre de 2010

La era de los conciertos virtuales

Del recital de U2 en Second Life a la presentación de Kiss en Facebook y el tour virtual de Mike Posner, cómo la tecnología e internet están cambiando el concepto de concierto en vivo.

El "vamos todos", esa arenga musical por excelencia, nunca sonó tan literal como en nuestros días. No importa qué artista la grite y, menos aún, dónde. Puede ser desde el filo del escenario en el Rose Bowl de Pasadena, Estados Unidos, o desde la intimidad del estudio Hansa de Berlín. Hoy, gracias a las redes digitales, vos podés estar ahí.
El uso de servicios online de streaming, plataformas de telefonía móvil y redes sociales aparecen como medios ideales para llegar a más público y aumentar los ingresos en un mercado deprimido donde es cada vez más complicado vender un disco.
La forma más elemental de "concierto virtual" es el webcast del show a través de YouTube o servicios similares, fórmula que ya ha sido empleada en numerosas ocasiones por estrellas como Alicia Keys, U2, Foo Fighters y Radiohead. El portal de videos de Google inauguró la era del live stream el 22 de noviembre de 2008, cuando transmitió un recital especial en el que participaron Joe Satriani, Katy Perry y Will.I.Am, entre otros.
Pero algunos artistas fueron más allá del simple broadcast apelando a las ventajas de la tecnología y la interactividad que ofrece la red de redes. Keane, por ejemplo, realizó en abril del año pasado el primer recital para internet en 3D. Solo bastaba conectarse a su web y calzarse los tradicionales anteojitos bicolores para ver al trío saltar del mítico estudio Abbey Road a tu pantalla.
Hace dos meses, Arcade Fire emitió en YouTube su presentación en el Madison Square Garden (filmada por Terry Gilliam, director de 12 monos y Brazil), en la que el público podía interactuar desde su hogar: elegir diversos ángulos de cámaras para ver el show, votar por la canción del "bis" y hasta enviar fotografías que luego eran proyectadas en las pantallas del escenario durante uno de los temas. El evento fue el primero de la serie de streaming concerts denominada Unstaged, que hace días tuvo su segunda fecha con la presentación de John Legend y The Roots junto a varios invitados en Nueva York, en esta oportunidad con Spike Lee tras la lente.
También hubo varias iniciativas fuera de YouTube, Ustream,Livestream o plataformas similares. Sting, Duran Duran y U2 son algunos de los que, en algún momento, se subieron al escenario de Second Life, aquella comunidad virtual en 3D que tanto auge tuvo hace algunos años, antes de que Twitter y Facebook se robaran el protagonismo de la web 2.0.
Justamente, la red fundada por Mark Zuckerberg sirvió de tribuna el sábado pasado para la presentación de Kiss dentro de Nightclub City, un popular jueguito social (más de ocho millones de usuarios) donde uno puede ser el manager de un club nocturno.
Los equipos móviles también representan una gran audiencia. En octubre de 2009 Mariah Carey dio el primer concierto virtual para celular. Los usuarios de diversos países podían comprar vía SMS un ticket para ver el show de la diva en Las Vegas desde su teléfono móvil por 9,99 dólares.
Pero si se trata de presentaciones digitales, el cantante de synthpop / hip-hop Mike Posner elevó la apuesta al hacer el primer tour de prensa virtual para la presentación de su último disco 31 Minutes to Takeoff (de reciente edición en nuestro país).
Desde su sitio web, Posner "aterriza" en distintos países con entrevistas, videos y otros contenidos digitales estreno. El tour comprende 13 destinos (Canadá, México, Australia, España, Suiza, Alemania, Suecia, Finlandia, Corea, Singapur, Reino Unido, Irlanda y Estados Unidos), donde en diversas fechas se va activando el acceso exclusivo al material del músico.
Coreando desde el celular o haciendo pogo entre el teclado y el monitor de casa, internet es una entrada para ese recital al que siempre quisiste ir y, en vivo, desde el lugar donde estés, ser parte de la audiencia más grande del mundo.
Leer en Rolling Stone >>