Cómo es Todos nuestros átomos, el nuevo disco de
una banda por explotar.
Hace diez años que Utopians
es un tic tac in crescendo. Cada
disco sube la adrenalina, aumenta el peligro y dispara las tensiones. Y ahora Todos nuestros átomos, su quinto
trabajo, los pone a segundos de reventar, finalmente, a la popularidad como una
de las grandes bandas argentinas surgidas en esta última década.
Su álbum previo, Vándalo,
de 2014, los llevó a grabar al famoso estudio Sonic Ranch de Texas, Estados
Unidos, y el espíritu garage se cargó de nafta rutera y ganó kilometraje entre
el ripio y la nostalgia desértica. Sin embargo, la vuelta a Buenos Aires les
sienta mejor. La portada del álbum, con sus reminiscencias del film Metrópolis, ya los ubica en el
imaginario de una ciudad nocturna, y ahí el sonido del cuarteto se enciende.
“Tren de la Alegría”, con su paisajismo de “roturas” urbanas, no solo es el arrollador
primer corte del disco, es el “you are here” (o, perdón, el “Ud. está aquí”,
ahora que Barbi Recanati canta en
español) del nuevo mapa que transita la banda.
Y en esta geografía de cemento y asfalto, Utopians no solo conservó
su roña, polvo y chivo natural, sino que ganó elegancia, matices y sensualidad.
Está el punk animal (“Alimaña”, “Todo lo que tengo”) y los agites rockeros
(“Los ríos”, “Uhh”) de siempre, pero también aparecen la melancolía blues y una
brillante oscuridad new wave que desnuda la mano del productor Jimmy Rip, tipo
que reunió en las pistas del grupo todos los sonidos de su currículum con Television, Mick Jagger, Jerry Lee Lewis
y Debbie Harry.
Leer en GeneraciónB.com >>
No hay comentarios:
Publicar un comentario