jueves, 18 de junio de 2015

Entrevista a The Strypes, la reserva del rock

Antes de su show en Buenos Aires, hablamos con Ross Farrelly, vocalista del precoz grupo irlandés.



La última promesa del rock irlandés es una banda que viajó a 1965 y a la que el futuro alcanzó;  cuatro adolescentes obsesionados con The Animals, Yardbirds, Dr. Feelgood, Small Faces y toda la escena del R&B británico de aquellos años, que hoy se siente como un presente perfecto. “Todos los artistas miran al pasado en busca de inspiración, y nosotros no somos diferentes: ¡Solo somos honestos al respecto!”, salta el vocalista Ross Farrelly cuando se habla de la facilidad que hoy (internet y YouTube mediante) tienen los artistas jóvenes en hurgar cualquier recoveco del pasado para redescubrir música y sonar “modernos”. Pero guarda con decir que The Strypes es “retro”. “Etiquetarnos así es injusto, es de un periodismo vago y tonto. Nosotros queremos canalizar el espíritu de las bandas que admiramos y tocar con la mayor energía y honestidad posible”.

Apenas pasados sus 15 años, los muchachos del pueblito de Cavan grabaron un EP con versiones de temas de viejas glorias del blues, como Bo Diddley, Slim Harpo y Eddie Holland, que se fue directo al número uno en iTunes, lo cual llamó la atención de varios en la industria. Elton John se volvió loco con ellos y los fichó para su compañía Rocket Music, y la banda comenzó a cosechar elogios de la prensa y fans VIP, entre ellos Noel Gallagher, Jeff Beck y Roger Daltrey,

En 2013, editaron su álbum debut, Snapshot, producido por el legendario Chris Thomas (The Beatles, Queen, Pink Floyd, Roxy Music y docenas de discos fundamentales de la historia del rock) y, en cuestión de meses, pasaron por escenarios que a miles de artistas les toma una vida llegar a conocer, como Glastonbury, Bowery Ballroom (de Nueva York), El Rey Theatre (Los Ángeles) y los shows de David Letterman, Conan O’Brien y Joss Holland.

La gira los traerá a Buenos Aires el próximo viernes 19, en The Roxy Live (Niceto Vega 5542). “No sabemos mucho sobre Argentina, excepto que el público parece ser muy apasionado. Estamos sorprendidos de que se hayan interesado en nosotros y esperamos ansiosos dar el concierto y comernos unos buenos churrascos”, dice Farrelly.

No es muy común que, siendo tan jóvenes, estén tan influenciados por artistas como Dr. Feellgood, The Byrds, The Animals. ¿Cómo llegaron a esa música y qué es lo que les cautiva de ese sonido en particular?
Los conocimos escuchando la colección de discos que tenían nuestros viejos. No fue una decisión consciente, sino que era la música que siempre estuvo a nuestro alrededor. Y cuando crecimos, empezamos a escuchar a los artistas que influenciaron a esas bandas, como Chuck Berry, Bo Diddley, Slim Harpo y más.

¿Eran un poco los bichos raros de la escuela por tener 16 años y escuchar Yarbirds? Me imagino que sus compañeras estaban enganchadas con One Direction y el teen pop
Ja, ja. No éramos unos  freaks, pero sí un poco diferentes. No nos dábamos mucha cuenta de lo que la gente pensaba porque, la verdad, estábamos muy metidos en la nuestra.

¿Cómo fue trabajar con un ícono como Chris Thomas?  ¿Qué hizo en el estudio y qué les pedía en especial?
Fue fantástico, es una leyenda y la gente con la que colaboró es increíble: desde los Sex Pistols hasta los Beatles, pasando por The Pretenders y Pink Floyd. Nos ayudó mucho con los arreglos de las canciones, pero no nos pedía algo específico, salvo que laburáramos mucho. El disco se hizo muy rápido, básicamente grabamos en vivo en el estudio con un mínimo de overdubs.

¿Por qué usás siempre lentes oscuros?
Comencé a usarlos porque era muy tímido cuando empezamos. Luego se convirtió en mi look y me gusta. Hay una larga tradición de gente en el rock que usa gafas oscuras sobre el escenario, así que no es nada del otro mundo.

Están por sacar un nuevo álbum, ¿qué nos podés adelantar?
Sí, se titula Little Victories y saldrá en julio. Esperamos que sea una progresión de Snapshot. Sigue teniendo mucha de nuestras viejas influencias, pero también refleja el hecho de que estuvimos escuchando otra música también. Es un disco más de estudio que el primero, pero fundamentalmente es el sonido de una banda tocando junta en una habitación.

Ya pasaron por tres escenarios consagratorios para muchas bandas: el de Jools Holland, el de David Letterman y Glastonbury.  ¿Qué experiencia y anécdotas concretas les dejó cada uno?
Holland es alguien a quien admiramos un montón, como músico y personalidad. Estuvo en una de nuestras bandas favoritas, Squeeze, por lo que tocar en su show fue muy movilizador. Lo de Letterman fue increíble porque lo hicimos en el teatro Ed Sullivan, donde estuvieron Elvis Presley, los Beatles y los Stones. Grabamos muy rápido  y recién después nos cayó la ficha de que habíamos estado en un lugar tan legendario. Glastonbury fue, probablemente, lo mejor, porque nos presentamos en el escenario John Peel ante un montón de gente, lo cual nos sorprendió mucho. Además, pudimos ver gente grosa en el festival, como Arctic Monkeys y Gary Clarke Jr.

¿Son conscientes de que, en un par de años, ya les pasó todo lo que a muchas bandas les toma décadas y a otras jamás se les da?
Sí y no. No nos detenemos mucho a pensar sobre eso porque estamos ocupados haciéndolo. Solo cuando nos entrevistan se nos viene esa idea a la cabeza y nos damos cuenta de que ¡somos muuuy afortunados!


The Strypes – “You Can't Judge A Book By The Cover”




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