Por el estreno de Chappie, recordamos a grandes autómatas de la pantalla grande.
María (Metropolis, 1927)
En una
ciudad dividida entre una elite que gobierna la superficie mientras los
oprimidos obreros le dan sustento en las profundidades, una peligrosa
simpatizante del proletariado será suplantada por el robot más temible y hermoso
que ha dado el séptimo arte.
Gort
(El día que paralizaron la Tierra,
1951)
En plena
época de paranoia anticomunista y escala armamentista, el director Robert Wise
trae de un planeta distante un alienígena con un ultimátum pacifista a la
humanidad. Y para cuidar que nadie se descontrole, ahí estaba este cíclope
gigante metalizado listo para vaporizarlo. ¿Acaso fue Gort el primer robot
patovica?
Robby (El planeta desconocido, 1956)
Era el
sirviente del misterioso Dr. Morbious, pero les robó el protagonismo a todos en
esta clásica fábula interestelar, inclusive a un Leslie Nielsen que estaba a
años luz de La pistola desnuda.
Nuestro eterno respeto a Frankie Darro, el actor que estaba metido dentro de
Robby y no fue mencionado en los créditos.
C3PO y R2-D2 (La guerra de las galaxias:
Episodio IV, 1977)
No podíamos elegir
solo a uno porque sería como separar al Gordo y el Flaco de una galaxia muy,
muy lejana. “Citripio y Arturito” aportaron comedia camp a la saga de George
Lucas y se transformaron en los robots más famosos del universo. Parece
increíble que no hayan tenido éxito cuando se cortaron solos con su propia
serie animada, Droids, a mediados de
los 80. Aunque claro: losmataron con esta presentación.
T-800 (Terminator, 1984)
No
sabemos por qué los científicos aún siguen investigando: Arnold Schwarzenegger
ya descubrió hace 30 años cómo borrar los límites entre hombre y máquina. Este
año, volverá con Terminator: Genesis.
Number 5 (Cortocircuito, 1986)
Fue pensado
como un arma letal, pero le cayó un rayo y se convirtió en el robot más
simpático de los 80 en esta recordada comedia que, también, nació con otra
intención: iba a ser un thriller sobre
un mecanoide asesino. Number 5 (¿cuántos lo vimos en la Argentina animando
eventos y cumpleaños?) tuvo un padre genio: Syd Mead, el cráneo detrás del
imaginario de filmes como Tron, Aliens y Blade Runner (donde, recordemos, también están los androides y
famosos “replicantes” Roy y Pris).
Data (Viaje a las estrellas: Generaciones, 1994)
El miembro más poderoso de la tripulación a bordo
del USS Enterprise también era el bit humorístico de la franquicia de TV y cine,
a partir de sus intentos por comprender comportamientos, costumbres y
sentimientos. Finalmente, su cerebro positrónico recibió su “chip emocional” y
se transformó en alguien más humano que los humanos.
Bumblebee
(Transformers, 2007)
¿A quién esperaban? ¿A Optimus Prime, a Megatrón? El
verdadero capo de todos los Transformers es el auto con más onda del cosmos. De
todas formas, guardémosle también un lugarcito especial en este listado robótico
al director Michael Bay, flor de aparato digital.
WALL-E (WALL-E, 2008)
La
última esperanza de un planeta que hicimos chatarra está en las pinzas de este
tierno y melancólico compactador de basura. Obra maestra eco-friendly y religiosa de Pixar.
Chappie (Chappie, 2015)
Un androide policía destinado al desguace es reprogramado en
un experimento y se convierte no solo en la primera inteligencia artificial, sino
en el primer gangsta-robot. El nuevo
genio del sci-fi, Neill Blomkamp, nos
muestra que lo difícil no es crear vida, sino educarla correctamente, en otro
de sus filmes cargados de comentarios sociales, dialéctica de videojuego y
homenajes cinéfilos (ahora le tocó a RoboCop),
pero con dosis de comedia infantil. No será tan contundente como Sector 9 y Elysium, pero el director se las ingenia, una vez más, para hacernos
salir del cine preocupados por ser parte de la raza humana.
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