viernes, 14 de diciembre de 2018

VINíLOCO - Entrevistas a Naomi Preizler y Amalia Andrade


Audio completo del programa del jueves 13 de diciembre.

Me parece vital, en especial en estos días, que le presten un poquito de atención a la reveladora charla que tuvimos anoche con Naomi Preizler en #VINíLOCO. De las siniestras y abusivas prácticas del mundo del modelaje a desarrollarse como voz de una nueva y comprometida generación de musicas argentinas. Del sadísmo de la moda, la obsesión por el peso y las medidas, hasta la liberación de la sororidad musical. "A mi me dijeron puta toda la vida...¿Sabés qué? ¡Basta!".
- "Prefiero la palabra referente a modelo: cada persona puede buscar un referente más allá del cuerpo que tenga, y siendo modelo no representaba a mucha gente".
- "Sufrí mucho la exigencia por el peso en la moda, es una cagada y no sé por qué no hay ni una ley que se ocupe de eso... Te exigen unas medidas: está la clásica 90-60-90 que es mentira, porque de cadera tenés que tener 88. Yo llegué a estar en 86".
- "En el contrato te especifican las medidas que tenés que tener. Si vos viajás, llegás, vas a la agencia, te miden y no tenés esas medidas, te mandan de vuelta y rompen el contrato".
- "Una vez llegué a Japón y estaba reparaonica de que no estaba lo suficientemente flaca, entonces salí a correr. Estuve una hora corriendo por las calles sin conocer la ciudad para bajar y que al día siguiente estuviera todo bien cuando me midieran".
- "También, al ver a otra chicas tan flacas, es como una enfermedad contagiosa: empezás a adoptar manías".
- "Hay una noción de que la ropa queda mejor en alguien delgado, porque a los diseñadores les gusta hacer ropa que no les joda: que una teta, una curva no se muestre. Como que les molesta visualmente. Una vez en un casting me pusieron unos jean ajustados y les molestaba que yo tuviera cuádriceps. Me tocaba y le decía a otro: ¡esto no está bien!".
- "Hay trabajos donde no te dan de comer. Me han echado de una agencia porque, en un catálogo de Levi's en Los Angeles, paré para comer. Les cayó remal y llamaron a mi agencia y se quejaron por eso".
- "Una vez hice fotos con un fotógrafo refamoso: incluso estaba Kim Kardashian en la producción. Yo estaba con los labios pintados de rojo y el maquillador se puso histérico, como una loca, cuando quise ir a almorzar. Después me terminaron cortando de la nota y nunca más me llamaron, porque me dijeron que era una irrespetuosa".
- "Hay directores de casting muy influyentes que eligen a las modelos: Russell Marsh era el casting director de Prada, que era una eminencia. Tenés que chuparle las medias porque, si le gustás, te pone en todo... A mí me llegó a medir la cara, tenía una obsesión. Hace poco leí denuncias de sus abusos a modelos"
- "Hay otros dos casting directors, Rami (Fernandes) y Maida (Gregori Boina) que tenían a un montón de marcas, y si les gustabas te ponían en todo, y ahora los denunciaron. Hacían esto: ibas a su casting y se quedaban con tu portfolio, por lo que no podías ir a otro casting, y te dejaban esperando. En Calvin Klein te dejaban ocho horas, sin comida, sin agua, sin nada. Y en ese momento nadie decía nada porque si decías algo eras una boluda y no trabajabas más. Y te quedabas ahí esperando porque a estos chabones se le ocurre ponerse a comer, reírse y cagarse en las modelos".
- "En Nueva York los public relations de las marcas tocaban timbres de los departamentos donde estaban las modelos para invitarte a boliches, y todas iban. Una vez fui y las ves a todas en vestiditos y tacos con hombres grandes trajeados y con plata. Y yo ahí dije: a la mierda. Me chocó. Ahí caí cuál es el negocio".
- "Me contaron que Leo Di Caprio llamaba a las agencias para que les manden modelos a su casa, a hacer no sé qué. Y había un montón de modelos que decían 'Ay, fui a lo de Leo'".
- "Empecé a rapear. Podía así darle importancia a las letras, yo quería decir un mensaje, porque antes pensaba que, por una cuestión familiar, la música era virtuosismo: saber tocar bien, saber afinar, conocer los instrumentos y hacer música 'linda', y no importaba la letra, lo que decías. Y la música me permitió decir más cosas de las que decía con mis dibujos, llegarle a más gente. La música , de todos los artes, es el más universal".
-"El rock no dice mucho hoy en día. Es un género que se caracterizó mucho por la poesía, la metáfora. Y hoy, con las redes sociales y todo más directo, los adolescentes buscan que alguien les hable como ellos hablan en la calle y con sus amigos. Capaz que escuchan un tema de rock y está buenísimo, bien tocado. Pero hoy le damos importancia a lo que se dice".
- "Nunca pensé que iba a ser música. Música era lo que hacían mis primos, o mis papás, que veían Operación Triunfo y decían: ¡Fuuaaa, qué buena voz! Yo caigo a la música porque podía decir algo".
- "Me parece perfecto el cupo de artistas femeninas en festivales... Yo escuché a montón diciendo que las mujeres no venden. Esa cuestión de las productoras y las discográficas de que los hombres venden más tickets. La mayoría de los fans adolescente son mujeres, y fantaseaban con el cantante, entonces a los hombres les iba mejor porque todas las chicas querían fantasear. Ahora hay una sororiodad y algo de que las chicas empatizan y se sienten identificadas con chicas lideres. A mi me dijeron cuando empecé que iba a tener un público gay, porque no esperaban que tuviera fans mujeres. Ahí fue cuando me dije que iba a hablarle a las chicas directamente, voy a hacer que se sientan identificadas, que no sientan competencia y distancia conmigo, no mostrarme como alguien que no pueden ser".
- "Puta es un insulto que todas hemos recibido. Y está bueno apropiarse de los insultos y los fantasmas de tu pasado, así como los homosexuales se apropiaron del gay y el puto... A mi me dijeron puta toda la vida: que por ser modelo era puta, que cuando tuve una experiencia con un chico a los 13 era una puta, que porque me chapaba a varios era puta, mi mamá porque me teñí de rubia me dijo puta, que porque salía con pollerita corta era algo de puta, ¿Sabés qué? ¡Basta!"

Además, extensa charla con la escritora colombiana Amalia Andrade, best seller en Latinoamérica y fenómeno en redes sociales, y un diálogo con Sergio Criscolo, director del documental "Volver a Boedo", sobre la recuperación de los hinchas de San Lorenzo de los terrenos del Viejo Gasómetro.





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