El “supergrupo”
español se presentará hoy en Buenos Aires, pero antes habló con nosotros.
Punto de encuentro entre el nombre de dos ciudades
españolas, León Benavente es, también, la confluencia entre reconocidos y veteranos
músicos de la madre patria. El vocalista Abraham Boba,
quien tiene una amplia carrera solita, y el guitarrista Luis Rodríguez integran la banda de Nacho Vegas, mientras que el bajista Eduardo Baos y el baterista César Verdú provienen de dos bandas destacadas del indie ibérico de
principios de este siglo: Tachenko y
Schwarz.
La banda sorprendió en 2013 con un álbum debut homónimo que
parecía avalar la etiqueta de “supergrupo” que le puso gran parte de la prensa
de su país, y ahora expanden sus horizontes musicales con “2”, su segundo trabajo, que los trae a Buenos Aires para tocar hoy
en Niceto Club.
“Es nuestra tercera visita al país para nosotros, pero la
primera que tocamos aquí como grupo —explica Boba—.
Vinimos hace unos años con Nacho al festival Ciudad Emergente y estuvimos muy poco tiempo. Recuerdo que tocamos al
mediodía, y volvimos el verano pasado, también con él, donde nos presentamos en
Niceto”.
¿Es un bajón tocar de
día? El rock es nocturno…
Rodríguez: Sí,
nosotros somos más de la oscuridad y el humo…
Boba: Totalmente.
Y Estábamos tan destemplados que calentábamos las manos con el secador del baño
del camerino. Sin embargo, para ensayar y eso, las mañanas nos van de puta
madre. Soy más de trabajar por las mañanas, cuando el cerebro está un poco
menos…
Menos...
Boba: Dañado, ja,
ja, ja.
Este segundo álbum es
mucho más variado en estilos, con más sintetizadores…
Verdú: No
queríamos repetir el sonido del disco anterior. La suerte que tuvimos es que
con el primer álbum nos fue muy bien, y ahora las expectativas, para bien o
para mal, estaban muy altas...
¿Les puso presión
eso?
Verdú: Sí. Uno podría
acomodarse y hacer un disco parecido al anterior; ser conservador o arriesgarse
y divertirnos. El segundo trabajo, ya de por sí, tiene una presión, porque te posiciona y le
da la personalidad al grupo, y con este dejamos muchas puertas abiertas para
que, en el futuro, podamos ir variando y no quedarnos encerrados en un estilo o
fórmula. Suena como que hay más teclados, pero en realidad es como están
procesados los sonidos. Da la sensación de que es más electrónico pero, en
realidad, todo está tocando: para nosotros, es más eléctrico que electrónico.
También hay letras
más irónicas y mordaces. No sé que han estado leyendo o tomando últimamente…
Boba: Ja, ja, ja.
Puede ser, pero creo que están más depuradas. No se trata de que León Benavente
tenga una temática y hable solo de eso. Hay temas muy variados, pero al igual
que se ha ido definiendo el estilo a medida que tocamos, creo que con la letras
pasó lo mismo. Y es la música la que te lleva a escribir de una forma o de
otra. Este disco es mucho más osado, tanto en formato de las canciones como en la
lírica. Pero no he tomando nada que no tomaba antes, je, je.
En “Aún no ha salido
el sol”, en un momento te preguntás si las bandas siguen provocando lo mismo que
lograban The Smiths o The Velvet Undergound. ¿Es una crítica a los nuevos artistas,
a una falta de relevancia de la música actual? ¿O está más vinculado a esa idea
de que “todo tiempo pasado fue mejor”?
Boba: Aunque
suene un poco fea esa frase, tiene que ver lo segundo. No está relacionado con
lo que se hace hoy en día, sino que, cuando pasa el tiempo, te vas dando cuenta
de que vas perdiendo algo por el camino que es irrecuperable. Más allá criticar
a los grupos de hoy o de que haya revival de cosas, tiene que ver con
despertar, con volver a sentir la música tal como la sentías cuando empezaste a
escucharla.
¿Cómo está el rock
español hoy? ¿Floreciente, deprimido? Aquí, por ejemplo, tenemos una escena
independiente muy amplia, en crecimiento, pero atomizada y con dificultades
para llegar a los grandes medios y dar el salto a la popularidad.
Verdú: Eso pasaba
en España hace unos años. El tema de la crisis tuvo bastante protagonismo,
porque nos visitaban muchas bandas extranjeras y, con la crisis y el aumento de
los impuestos, eso se fue cortando. Y sucedió que los medios y los festivales
empezaron a focalizar su atención en los artistas nacionales. Se empezó a
hablar cada vez más del underground, a tal punto que, ahora mismo, una de las bandas
que más gente mete es Vetusta Morla,
que es un grupo independiente que hace todo por su cuenta.
Boba: Pero
también hay un interés del público que antes no estaba tan presente. Ahora
están cogiendo a grupos como Love of
Lesbian, o Vetusta, que no son artistas que veas a cada hora en los
telediarios, en los medios masivos a la hora de comer o en las cadenas de radio
fórmula. Es más: es un interés que no sabemos muy bien de dónde viene, ni qué
es lo que hace que haya tantas ganas de ver conciertos de estos grupos. Por
otro lado, nunca hubo tanta y tan variada buena música como la que se está haciendo
ahora en España. Hay muchos proyectos, todo se ha ido profesionalizando cada
vez más; la gente toca mejor, se lo toma mucho más en serio.
Verdú: Si ves los
festivales en España, el 90 por ciento de las grillas están integradas por
bandas nacionales. Y eso invita a la
gente a tener esperanza de poder tocar y que haya muchos viviendo de eso.
Boba: Nosotros
nos estamos dando cuenta de que llenamos un hueco que nadie estaba ocupando,
tanto por la propuesta musical como por los shows en directo. Había un vacío de
grupos de ese tipo que nosotros, de alguna manera, hemos tomado.
¿Está llegando algo
de música argentina allá? Más allá de Andrés Calamaro y esos nombres que ya
están asentados…
Boba: De lo que
sería un equivalente a León Benavente, no conocemos ninguno.
Baos: Yo recuerdo
cuando llegó Attaque 77 o, en su
momento, La Bersuit. Coincidimos en
algunos shows con El Mató a un Policía
Motorizado. Pero hace muchos años que no nos vienen noticias de grupos
argentinos.
Es curioso eso
teniendo tantos vínculos entre el rock argentino y el español. Así todo, es muy
difícil que una banda de aquí trascienda allá, y viceversa…
Boba: Nos pasa
con toda América Latina, y es raro porque compartimos idioma. Nosotros, siendo
un país “Europeo” (o más bien del “sur de Europa”, ja, ja) no podemos ir hacia otro
lado del continente: Tenés que venir aquí y sería lógico que la cosa sea a la
inversa por una cuestión idiomática.
¿Y por qué pasa eso?
Boba: Yo prefiero
pensar que es algo que está empezando a cambiar. Así como está cambiando el
negocio musical, y así como muchas bandas españolas están viniendo aquí, va a pasar
a la inversa. Quizás haya que esperar unos años, pero ese flujo va a volver.
Creo que nosotros estamos empezando algo, supongo.
Están de gira ahora,
vienen de Chile, luego vuelven a España. ¿Son de escribir en estos momentos?
Baos: Solo
nuestros epitafios, ja, ja.
Verdú: Tenemos
mucho trabajo en la gira, pero estamos preparando un EP para que salga en
febrero próximo. Siempre estamos haciendo cosillas durante el tour y nos
involucramos con algo: una colaboración, o un compilado.
Boba: Pero si te
refieres a meternos en la habitación del hotel a sacar canciones, o si yo me
pongo a escribir letras en una servilleta, eso no sucede. No soy como Nick Cave, que escribe en las bolsas
para vomitar que te dan en el avión…
Rodríguez: O como
el tío este, Stephen Merritt, de los
Magnetic Fields, que se va a bares
gay, todo oscuro con la música fuerte, a escribir.
Bueno, habría que
probar…
Rodríguez: “Hay
que probar de todo”, ja, ja.
¿Expectativas para el
concierto de hoy?
Rodríguez: La
idea del show sería hacer un poco de ruido y que ocurra lo que nos pasó en
España. Que se dé el boca en boca, ganarnos a la gente desde abajo, y con
actitud, que es lo nuestro.
Boba: Es la primera
vez que venimos y somos conscientes de que el grupo no es muy conocido.
Nosotros disfrutamos de todos los shows que hacemos de la misma manera, nos
metemos en una especie de viaje extraño sobre el escenario, por más cansados
que podamos estemos o por poca gente que haya…
Baos: Hablando de
eso bueno, y en cuando a sitios extraños, estuvimos tocando hace unos días en
la casa del embajador en Chile...
¿Comieron bien?
Baos: No.
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