viernes, 6 de febrero de 2009

Odio Facebook

La red social más grande del mundo cumplió cinco años. Desde un bar, yo le deseo que no los cumpla feliz.



De: Pablo Strozza
Enviado el: Miércoles, 04 de Febrero de 2009 02:09 p.m.
Para: Maximiliano Poter
Asunto: Cinco años de Facebook

Maxi, podemos armar un post con esto? Es hoy, pero si lo damos en estos días está todo OK.
Abrazo
P


-------

De: Maximiliano Poter
Enviado el: Miércoles, 04 de Febrero de 2009 02:49 p.m.
Para: Pablo Strozza
Asunto: RE: Cinco años de Facebook

Hola Pablo:

Vengo masticando esto desde hace unos días... Yo me considero el CEO de Hatebook.com, la red antisocial más grande del planeta jamás fundada, así que este tema no es fácil para mí... :-)
Dejame ver qué onda...

abz
Maxi


-------


Así empezó este post. Y estuve masticando el asunto, tal como dice el mail, hasta hoy. Hasta que tuve algo para escupir: odio Facebook. Y, aun más, odio no entender su fenómeno.


Lo reconozco: mis 13, 14 años vinculados al mercado tecnológico no sirven para nada a la hora de intentar comprender qué nos pasó a todos como para cambiar la compañía del bar por un mantel electrónico para el picnic unipersonal, la sonrisa por el smile, las discusiones por comentarios o los abrazos por clics.


Claro que debería analizar esto con “objetividad periodística”. Hablar sobre lo buena que es esta plataforma para el “relacionamiento” a la distancia, para seguir vinculado con aquellos seres queridos que están lejos, para los reencuentros familiares, como servicio público, como simple diversión, como movilizador de causas e ideales. O de lo interesante que es para el desarrollo de nuevas estrategias de marketing y como generador de negocios e ingresos (especialmente para su dueño, un tipo acusado de robo y, aparentemente, bancado por inversores muy oscuros).


Pero, en realidad, no puedo, y acá estoy: yo, el techie de Rolling, el vanguardista que, de tan actualizado, se convirtió en un antisocial 2.0, con la ñata contra el vidrio mirando, frío, esta kermés virtual con diálogos mudos, contactos sin tacto, comunicación sin emoción, contenido vacío, presencias ausentes y pertenencia sin participación de 150 millones de soledades que “ahora son amigas”.

Les dejo un mensaje en el muro a todos: basta. Me voy a un boliche a la esquina, a tomar una ginebra con gente… real. ¿Alguien me acompaña? Vengan, no tengan miedo: ahora le pusieron Wi-Fi.

Leer en Rolling Stone >>

No hay comentarios: