Jack Tatum habla
sobre su nuevo y “orgánico” disco y la dualidad de ser solista en el estudio,
pero banda sobre el escenario.
Jack
Tatum atendió el teléfono dos días d.B. (después de Bowie). Y, claro, era imposible no empezar hablando del acontecimiento
que ya definió una nueva era. “Su muerte tuvo un impacto enorme en mí. No puedo
pensar en otro artista que haya dejado el mismo legado cultural y musical —dice
a Generación B, todavía golpeado por
la noticia—. Fue tan influyente para tantas personas diferentes. Las cosas que
amo de él no son necesariamente las que otros considerarían. En cierta manera,
creo que proyectamos lo que queremos ver en nuestros ídolos. Tengo un gran
respeto por las distintas fases de su carrera, aunque su teatralidad no fue lo
que me atrajo. Elijo pensar sobre la persona real detrás del personaje”.
Tatum, la persona real detrás del nombre Wild
Nothing, es de esos artistas que, muy probablemente, no existirían en un mundo sin David Bowie. Un músico que, salvando
todas las distancias y comparaciones, fue definido por personalidades como la
del ex Duque Blanco: inquietas, con formación intelectual, con avidez por la
experimentación y, sobre todo, con una aversión innata por las etiquetas. “Me
aterra la idea de ser solo una cosa o
ser de un solo género. Y sin importar si lo consigo o no, sé que mi única
esperanza de lograrlo es reinventarme constantemente —dijo a la prensa—. Esa
reinvención no tiene que ser drástica, pero cada disco nuevo tiene que tener su
identidad y un grupo de metas diferente de los anteriores”.
Hasta
ahora, sus trabajos vienen cumpliendo ese objetivo. Gemini (2010), el debut que grabó mientras aún estudiaba en la Virginia
Tech University, sorprendió a público y crítica con su sofisticado indie-pop soñador.
El cerebral y más electrónico Nocturne
(2012) fue un salto hacia el profesionalismo (“quería que fuese lo más resoluto
y prolijo posible. Es el resultado de mi esfuerzo para que todo quedase
armadito y con un lindo moño”, revela). Y ahora, llega el ¿natural? Life of Pause, su disco más orgánico
hasta el momento. “Sí; esa idea fue la que condujo todo el proceso de este
disco. Quería que existiera una relación real y tangible entre los instrumentos
que consideramos vivos y la menor presencia humana de sintetizadores —explica—. Todos estos instrumentos aparecen
en el álbum: marimba, saxo, piano, pero nos esforzamos para que hubiera algo
extraño en ellos. Trabajamos un montón de sonidos por capas, melodías que
podían repetirse en saxo y teclados para que pudieran convertirse en algo
nuevo. Cosas por el estilo”.
Se
suele decir que el tercer álbum es el más difícil. ¿Cómo fue la experiencia con
Life of Pause?
Creo
que hay algo sobre el tercer disco que se siente como un paso muy importante
para un artista. En cierta manera, la gente trata el segundo álbum como una
especie de test para ver si el primero
fue una casualidad. Y está la sensación de que tenés que probarte a vos mismo con
el tercero. Quería que Life of Pause
hablara desde el lugar en el que estoy ahora en mi vida, personal y
creativamente. Pero también deseaba que fuera una declaración de mis
intenciones. Quiero seguir haciendo música y deseo que cada disco se sienta
como un empuje hacia nuevos territorios.
¿Cómo vivís esta
dualidad de ser un artista solista en el estudio, pero una banda en vivo?
Puede
ser un poco confuso. Creo que, a veces, la gente no sabe qué hacer porque, en esencia,
estas canciones soy yo. En ese sentido, Wild Nothing es un proyecto solista,
pero también es muy dependiente del contexto. He tenido la suerte de tocar con
gente que realmente apoya lo que hago y respeta la situación. Es por eso que
pienso Wild Nothing como una banda en nuestros shows. Pero la verdad es que, cuando se trata de grabar, tiendo a
tener una visión muy singular que hace difícil invitar a otros.
¿Pensaste en
trabajar como una banda también en el estudio, componer un álbum en forma más
colaborativa?
Por
supuesto que lo que considerado, pero por la forma en la que trabajo eso no ha
pasado.
Grabaste con Jorge Elbrecht (Violens) y Jacob
Portrait (Unknown Mortal Orchestra), pero esos temas no terminaron en el álbum. ¿Por qué?
Son
cosas que pasan. Hay algunas canciones que
encuentran una manera de despegar y convertirse en algo claro, mientras
que otras se estacan. Siempre tengo que considerar cómo los temas funcionan
juntos y, al final del día, lo que termina en el disco es lo que se siente más
acertado.
Estuviste en
Argentina en noviembre pasado, hace muy poco...
¡Sí, estuvo increíble! Nuestro show en Buenos Aires
junto a DIIV fue uno de los más divertidos que pueda recordar, en serio.
Experimentamos una calidez muy real en Argentina, una comida maravillosa y
gente muy genuina. No
sé cuándo ni dónde, pero espero que podamos regresar lo antes posible.
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