martes, 1 de marzo de 2016

Entrevista a Wild Nothing: Fuerza natural

Jack Tatum habla sobre su nuevo y “orgánico” disco y la dualidad de ser solista en el estudio, pero banda sobre el escenario.



Jack Tatum atendió el teléfono dos días d.B. (después de Bowie). Y, claro, era imposible no empezar hablando del acontecimiento que ya definió una nueva era. “Su muerte tuvo un impacto enorme en mí. No puedo pensar en otro artista que haya dejado el mismo legado cultural y musical —dice a Generación B, todavía golpeado por la noticia—. Fue tan influyente para tantas personas diferentes. Las cosas que amo de él no son necesariamente las que otros considerarían. En cierta manera, creo que proyectamos lo que queremos ver en nuestros ídolos. Tengo un gran respeto por las distintas fases de su carrera, aunque su teatralidad no fue lo que me atrajo. Elijo pensar sobre la persona real detrás del personaje”.

Tatum,  la persona real detrás del nombre Wild Nothing, es de esos artistas que, muy probablemente, no existirían en un mundo sin David Bowie. Un músico que, salvando todas las distancias y comparaciones, fue definido por personalidades como la del ex Duque Blanco: inquietas, con formación intelectual, con avidez por la experimentación y, sobre todo, con una aversión innata por las etiquetas. “Me aterra  la idea de ser solo una cosa o ser de un solo género. Y sin importar si lo consigo o no, sé que mi única esperanza de lograrlo es reinventarme constantemente —dijo a la prensa—. Esa reinvención no tiene que ser drástica, pero cada disco nuevo tiene que tener su identidad y un grupo de metas diferente de los anteriores”.

Hasta ahora, sus trabajos vienen cumpliendo ese objetivo. Gemini (2010), el debut que grabó mientras aún estudiaba en la Virginia Tech University, sorprendió a público y crítica con su sofisticado indie-pop soñador. El cerebral y más electrónico Nocturne (2012) fue un salto hacia el profesionalismo (“quería que fuese lo más resoluto y prolijo posible. Es el resultado de mi esfuerzo para que todo quedase armadito y con un lindo moño”, revela). Y ahora, llega el ¿natural? Life of Pause, su disco más orgánico hasta el momento. “Sí; esa idea fue la que condujo todo el proceso de este disco. Quería que existiera una relación real y tangible entre los instrumentos que consideramos vivos y la menor presencia humana de sintetizadores  —explica—. Todos estos instrumentos aparecen en el álbum: marimba, saxo, piano, pero nos esforzamos para que hubiera algo extraño en ellos. Trabajamos un montón de sonidos por capas, melodías que podían repetirse en saxo y teclados para que pudieran convertirse en algo nuevo. Cosas por el estilo”.

Se suele decir que el tercer álbum es el más difícil. ¿Cómo fue la experiencia con Life of Pause?

Creo que hay algo sobre el tercer disco que se siente como un paso muy importante para un artista. En cierta manera, la gente trata el segundo álbum como una especie de test para ver si el primero fue una casualidad. Y está la sensación de que tenés que probarte a vos mismo con el tercero. Quería que Life of Pause hablara desde el lugar en el que estoy ahora en mi vida, personal y creativamente. Pero también deseaba que fuera una declaración de mis intenciones. Quiero seguir haciendo música y deseo que cada disco se sienta como un empuje hacia nuevos territorios.

¿Cómo vivís esta dualidad de ser un artista solista en el estudio, pero una banda en vivo?

Puede ser un poco confuso. Creo que, a veces, la gente no sabe qué hacer porque, en esencia, estas canciones soy yo. En ese sentido, Wild Nothing es un proyecto solista, pero también es muy dependiente del contexto. He tenido la suerte de tocar con gente que realmente apoya lo que hago y respeta la situación. Es por eso que pienso Wild Nothing como una banda en nuestros shows. Pero la verdad es que, cuando se trata de grabar, tiendo a tener una visión muy singular que hace difícil invitar a otros.

¿Pensaste en trabajar como una banda también en el estudio, componer un álbum en forma más colaborativa?

Por supuesto que lo que considerado, pero por la forma en la que trabajo eso no ha pasado.

Grabaste con Jorge Elbrecht (Violens) y Jacob Portrait (Unknown Mortal Orchestra), pero esos temas no terminaron en el álbum. ¿Por qué?

Son cosas que pasan. Hay algunas canciones que  encuentran una manera de despegar y convertirse en algo claro, mientras que otras se estacan. Siempre tengo que considerar cómo los temas funcionan juntos y, al final del día, lo que termina en el disco es lo que se siente más acertado.

Estuviste en Argentina en noviembre pasado, hace muy poco...


¡Sí, estuvo increíble! Nuestro show en Buenos Aires junto a DIIV fue uno de los más divertidos que pueda recordar, en serio. Experimentamos una calidez muy real en Argentina, una comida maravillosa y gente muy genuina. No sé cuándo ni dónde, pero espero que podamos regresar lo antes posible.


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