¿Qué hubiera pasado si John, Paul y George no echaban a Pete Best? ¿Y si Mick Jagger y Keith Richards se desencontraban en la estación de Kent, aquel octubre de 1961? ¿Qué tal si Ozzy Osbourne simplemente decía “no” a su primer Jack Daniels? ¿Si Stevie Ray Vaughan esperaba y se subía al cuarto helicóptero, o si Pappo se quedaba cinco minutos más en aquel bar, antes de salir a la maldita Ruta 5? En la larga lista de los “what if” de la historia del rock que podemos imaginar, hay un lugarcito especial para Steve Tilston.
En 1971, Tilston era un joven músico de Liverpool de 21 años que, en una entrevista a la (ya difunta) revista ZigZag, opinó que la fama y la fortuna podrían tener un efecto nocivo para su música. John Lennon, que por entonces tenía 30, leyó ese artículo y le escribió una carta en la que rebatía sus dichos. “Ser rico no cambia tu experiencia de la manera en que pensás —le aconsejaba, de puño y letra—. La única diferencia, básicamente, es que no tenés que preocuparte por la plata (comida, techo, etc.) Pero todo lo demás, las emociones, las relaciones, son iguales que las de cualquiera. Lo sé. Fui rico y pobre, y también lo fue Yoko. Entonces, ¿qué pensás sobre eso?”. Y debajo de su firma, le dejaba su teléfono personal, por si quería continuar el diálogo.
Tilston jamás pudo responderle, porque nunca recibió ese mensaje y desconoció su existencia durante 34 años, hasta que en 2005 un coleccionista estadounidense que compró la carta lo contactó para confirmar si él era el destinatario que mencionaba, para poder autenticarla. Hoy, casi cuatro décadas más tarde, no debe preocuparse por las penas del dinero y la gloria. Sigue haciendo música como un “desconocido” aunque respetado miembro de la escena folk británica, con más de 20 discos y hasta una novela editada. Pero ¿cómo sería su vida de haber recibido aquellas palabras a tiempo?
Su historia, y esa punzante duda existencial, fue reimaginada en Directo al corazón, film que se estrena hoy en nuestro país, para la creación de Danny Collins, un decadente rockstar (encarnado por Al Pacino) perdido por la celebridad, los excesos y sus millones que replantea su vida al recibir, 40 años después, la misiva de de su ídolo Beatle. “Me alivia decir que no tengo nada en común con el personaje. Nuestros caminos musicales no podrían ser más diferentes y, que yo sepa, no tengo hijos todavía sin conocer —cuenta Tilston a Generación B, sobre su alter ego cinematográfico—. Creo que terminó siendo un personaje bastante compasivo una vez que empieza a perder el bagaje de los excesos”.
¿Cómo surgió hacer una película inspirada en tu historia?
Me estaban entrevistando de un diario británico sobre mi música y la publicación de mi primera novela, All For Poor Jack, y me preguntaron si había algo más que quisiera agregar, como para “sazonar” la charla. Mencioné la carta y así surgió todo. Fue algo que se volvió “viral”. Dan Fogelman leyó el artículo y se comunicó conmigo con una idea que tenía para su debut como director, inspirada en el incidente de la carta. Esa es la única conexión real con mi vida y, como el hecho es algo que me pasó a mí, es mi propiedad intelectual. Pero lo demás, es ficción pura.
¿Viste el film? ¿Qué te pareció?
Lo vi hace un año y disfruté mucho. Me gustó la manera en que Dan fue capaz de evitar todos esos clisés de Hollywood que uno podría esperar de este tipo de película. Y, por supuesto, Pacino siempre se deja ver. De hecho, todo el elenco es muy sólido.
¿Cómo reaccionaste cuando te enteraste, tanto tiempo después, de que Lennon te había escrito?
Por lo que recuerdo, fue un torbellino de emociones mezcladas; el enojo y la frustración estuvieron muy presentes. Si la hubieras recibido a tiempo, ¿de qué manera tu vida podría haber sido diferente? Lennon terminó su carta con la frase “¿Y vos qué pensás de eso?” y puso el teléfono de su casa. Lo habría llamado, no cabe la menor duda. Pero la vida de todos está plagadas de esos “qué habría pasado si…”, y son puras conjeturas. Lo irritante es que nunca tuve la oportunidad de enterarme, así que definitivamente es un caso de “el camino no transitado”, y no por decisión mía.
Tenés 40 años de historia en la escena del folk británico, pero sos desconocido para el público masivo. ¿Qué expectativas tenés con respecto a lo que la película pueda generar a tu alrededor?
Con razón o no, guardo cierta satisfacción al saber que me las ingenié para ser un músico profesional por más de cuatro décadas y, en su mayor parte, lo hice en mis propios términos. La mayoría de los artistas en el ámbito folk (y también aplica para el jazz y clásico) son desconocidos para el público general y eso es algo que uno tiene que aceptar como artista. Tener una carrera en la música no debería automáticamente conducir a un deseo rapaz de fama y celebridad. No estoy siendo elitista para nada. Es que la mayoría de la música mainstream no me interesa. Y, con respecto a lo que puede llegar a provocar la película, sería lindo vender algunos discos más y llenar algunos asientos más.
Seguro que vas a recibir más atención, pero ¿no temés que el film te convierta en “el tipo de la anécdota con Lennon” en lugar de que la gente se interese en vos por tu música?
Nadie sabe adónde va a llevar esto. Todo el episodio es, por lo menos, extraño. La carta no es ni remotamente la cosa más importante en mi vida. Mi música está ahí y, mejor aún, todavía sigo haciéndola, así que dejemos que hable por sí misma y que la gente la descubra. “Lo que será será”.
Steve Tilston – “The Road When I Was Young”
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