De hit para una leyenda de ideales y rebeldía a jingle
de campaña apropiado por la derecha, así se gestó el exitoso tema de Tango feroz. Hablan sus autores antes del
reestreno del film en alta definición.
La historia de uno de los mayores
éxitos musicales argentinos comienza con un pasado trunco. Cuando el director Marcelo Piñeyro comenzó a
delinear lo que sería su opera prima,
en su cabeza sonaba «La balsa» como canción insignia para el film inspirado en
la vida de uno de sus compositores: José Alberto «Tanguito» Iglesias. Pero Litto Nebbia, coautor del
tema, le negó el permiso para usarlo, disgustado por el retrato que el guión hacía
tanto del músico como del entorno de artistas que dio primera forma al rock
nacional, allá por finales de los 60, en los reductos de La Cueva y La Perla de
Once.
Es así que el realizador y
sus productores tuvieron que salir a la búsqueda de un himno para su mirada rebelde
y romántica del personaje y su época. Lo encontraron en Mendoza, en las cabezas
de Fernando Barrientos y Daniel
Martín que, a principios de los 90, conformaban el dúo Caín
Caín.
«Tocábamos en los bares de Mendoza canciones sobre el
sida en los pueblos, canas gays de gatillo facilísimo y amores extremadamente
autobiográficos. Todo en un formato inusual por entonces: cantábamos sobre
pistas, rapeábamos en “mendocino” y éramos lo menos glamoroso que podíamos —recuerda
Martín—. Pasó lo que tenía que pasar: fuimos puestos en lista negra de Los Andes, el único diario de la
provincia de gran tirada. Dejaron de publicarnos en las agendas porque habían
recibido órdenes de arriba para que nuestros nombres no aparecieran más en sus
suplementos. Así que decidimos mandarnos a Buenos Aires a mostrar lo que
hacíamos. O sea que, sin siquiera saber quién mierda fue aquel tipo de la media
en la cabeza, éramos Tanguito durmiendo en la terminal de Retiro».
En la capital, los contactó
Claudio Pustelnik, productor de la película, a través de amigos en común. «Nos
ofrecieron hacer un par de canciones funcionales a un personaje cuya
descripción era bastante similar a quienes éramos los Caín. A cambio,
tendríamos alojamiento en Buenos Aires por varios meses: ¡BINGO!», remata el
músico.
Sin embargo, «El amor es más
fuerte» nació en Mendoza, lejos de la tierra prometida porteña. «La hicimos una
tarde en la cocina de mi casa, mientras Ariadna, mi mujer, nos cebaba unos
mates. Al otro día teníamos que mandarla», reveló. Barrientos agrega: «La
compusimos respetando puntualmente el guión. Teníamos que hacer un hit y
pensamos mucho en Moris para hacer esa canción. Fue nuestra fuente de
inspiración». Según, Martín «Patotrabaja en una carnicería», clásico del cantante de «Ayer nomás», otorgó el «ámbito sonoro» para dar las
primeras notas.
Pero ¿de dónde sacaron estos
dos muchachitos de Cuyo el conurbano necesario para esa famosa línea de «cagarte
a tiros en Morón»? Martín
revela: «Yo largué el “pueden robarte el corazón” y Fernando agregó, en tiempo
real, “cagarte a tiros en Morón…”. Así seguimos hasta terminarla. Todo lo que
escribimos lo hacía ese Tanguito del guión: nunca nos olvidamos de que trabajábamos
para un film».
La canción se grabó en el
estudio La Escuelita con la producción de David Lebón, aunque la interpretación
estuvo a cargo de Ulises Butrón (quien desistió de participar en este
artículo). «La canta
Ulises porque tenía la voz raspada de (Fernando) Mirás, que
hace de Tanguito. Sus versiones son impecables —detalla Martín—. Además, el
timbre de Barrientos daba mejor para “Presente”, de (Ricardo) Soulé, que en la
peli no la cantaba Tango».
La banda de sonido de Tango feroz reunió canciones originales
con nuevas versiones de clásicos como «Amor de primavera» (de Tanguito), «Me
gusta ese tajo» (de Pescado Rabioso) y «El
oso» (de Moris, interpretada por su hijo, Antonio Birabent). Fue un éxito que
acompañó en las bateas el suceso de la película, que llevó a más de 1,7 millones
de espectadores. Se suele decir que es el segundo disco más vendido de la
historia del rock nacional después de El
amor después del amor, de Fito Páez (aunque, al ser consultados, ni Sony
Music ni CAPIF supieron suministrar cifras que corroboren este dato).
«Por entonces todos querían la
teta de “El amor es más fuerte”, hasta algunos políticos nefastos. El MODIN
estaba en Corrientes y Santa Fe utilizándola sin autorización como tema de
campaña. Tuvimos que enviar abogados para impedirlo y luego se ofuscaron un
poquito», rememora Martín, quien afirma que el hit le permitió a Caín Caín instalarse
en Buenos Aires. «Económicamente, sirvió para bastante más que una habitación
alquilada por unos meses».
¿Qué sensación genera aquel
hit en su dupla creadora hoy? «Aún sigue diciendo cosas y creo que envejece muy
bien. Ese aspecto de la canción fue algo que buscamos mucho con Daniel», responde
Barrientos. Por su parte, su compañero dice que pasó «por sentimientos
encontrados. Fue tan fuerte lo que le sucedió a mucha gente que costaba separarse
de que el tema fue hecho a pedido de un guión. Mientras multitudes de chicos
nos trataban como si fuésemos ese Tanguito de la peli, gran parte del
establishment del rock entró también en esa confusión y, lejos de juzgarnos
como compositores de música de película, sentían que la canción había mancillado
a ese ser que compartió con ellos parte de su vida real. Igual, hace años que
amo el tema, como cada uno que hago».
Martín se refiere a la
polémica que Tango feroz generó con
algunos artistas contemporáneos de Tanguito, que acusan que el film distorsiona
la vida del músico. «Yo me basé en el guión de un film, no el currículum vitae
de un señor», aclaró. Barrientos suma: «La película nunca tuvo la intención de
comportarse como un documental. La figura de Tango es como una metáfora de una
época, de una forma de escribir canciones y de vivir».
Caín Caín se disolvió tiempo después
de su segundo disco (Bip Bip, de
1996), pero sus integrantes continúan haciendo música. Fernando es parte del
dúo Orozco Barrientos, que ya tiene tres álbumes producidos por Gustavo
Santaolalla. Martín, por su lado, siguió componiendo para películas y hasta
videojuegos (su tema «El Bendito», a cargo de La Yegros, está en el soundtrack del FIFA World Cup Brazil 2014) y junto a Gaby Kerpel y Diego Vainer mezcla
folclore y electrónica en el proyecto Terraplén.
Hoy, el recuerdo los reúne
otra vez. A 21 años de su estreno, Tango
feroz vuelve esta semana a las salas del país en alta definición tras un
proceso de remasterización cuadro por cuadro que demandó nueve meses. «El
reestreno me parece groso para acercar la peli a los que eran muy pibes y no
pudieron verla en su momento», dice Barrientos. «Iré a verla con mi hija Liza,
de 14 años —planea Martín—. Corro el riesgo de que se aburra, pero igual lo
intentaré».
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