miércoles, 17 de febrero de 2016

Amaral: “Siempre hemos estado al margen de esta industria”

Hablamos con el dúo español antes de su show en Buenos Aires.



Dicen ser “absolutamente mainstream”, tienen uno de los discos más exitosos de la historia del rock español (Estrella de mar, de 2002) y compartieron escenarios con notables figuras, como Moby, Lenny Kravitz, Annie Lennox y Queen. Sin embargo, Eva Amaral y Juan Aguirre son dos “indies” en esencia: desde cuando se conocieron en el fondo de un bar de Zaragoza a principios de los 90 y comenzaron a componer juntos, hasta cuando tocaban el cielo arriba de hits siderales como “Te necesito” y “Sin ti no soy nada”.

El dúo encontró una particular forma para llegar a las masas bajo sus propios métodos y recursos y, desde 2011, con el lanzamiento de Hacia lo salvaje, tiene su propio sello. “Somos una banda libre y libertaria en su forma de funcionar”, explican desde España en diálogo con Generación B. “Para nosotros, la autogestión ha sido siempre básica a la hora de hacer discos. Antártida es el nombre de nuestro sello y, más que eso, es una bandera bajo la cual editamos nuestra música”.

Su último trabajo es Nocturnal, un álbum en el que, sin abandonar el pop universal que los caracteriza, suenan más crudos y comprometidos, y que presentarán el próximo 3 de marzo en el Teatro Vorterix. “Va a ser un reencuentro con una ciudad que sentimos como nuestra. Esperamos un show enérgico, eléctrico”, adelantan.

¿Qué experiencias de estos cuatro años que hubo entre los álbumes influyeron en la creación de Nocturnal?
Multitud de viajes en América y Europa, además de los tiempos convulsos y cambiantes que nos han tocado vivir en este rincón de Europa así como experiencias personales y de gente cercana. Cualquier sensación, cualquier sentimiento puede ser el detonante para un texto, para una canción.

¿Tenían algún objetivo sonoro en particular para este álbum? ¿Querían que se escuchara de determinada manera o que transmitiera algo específico?
Componemos de una forma muy caótica, básicamente anárquica, dejando que hable la parte más irracional e instintiva. Luego, una vez que el sonido se ha registrado, pensamos sobre lo que hemos hecho. Pero creemos en la fórmula de dejarnos llevar sónicamente. Es una manera de estar abiertos a sorpresas. Así es como entendemos el hecho de hacer música. Es un proceso de búsqueda, de continua insatisfacción. Esta idea de viaje a lo desconocido forma parte de la filosofía de la banda. Es como un proceso continuo de cambio.

Han dicho que son “populares, no rebuscados”. ¿Cómo se encuentra el equilibrio para tratar de llegar a la mayor cantidad de gente posible sin caer en un fórmula “apta para todo público” y sin resignar la experimentación?
La filosofía de la banda pasa por aislarnos completamente de este tipo de categorías. Básicamente, siempre hemos volado por encima de las etiquetas de la industria del entretenimiento. Siempre hemos estado al margen de esta industria. En ese sentido, somos una banda libre y libertaria en su forma de funcionar.

Si bien no se consideran una banda politizada, en este trabajo aparecen más a la vista las críticas y opiniones, como en “Ratonera”, “La ciudad maldita” o “Llévame muy lejos”. ¿Fue algo que salió por inspiración y reacción al contexto social en España? ¿O decidieron conscientemente estar más atentos e involucrarse con lo que está pasando en el país?
Siempre se han filtrado en nuestros discos imágenes de los tiempos en los que fueron escritos y grabados. No es algo nuevo. Lo que ocurre es que, últimamente, a nivel global, hay una presión del poder muy fuerte sobre cada uno de los ciudadanos. Tiene que ver con la voracidad imparable de las élites económicas que influye poderosamente sobre las decisiones políticas.

 “La ciudad maldita” es una canción muy personal, relacionada con un familiar de Eva que fue fusilado…
Sí. Está dedicada a una persona que sufrió la pérdida de un ser querido a causa de una guerra injusta. Pretende destacar la vitalidad y la luz de esa persona que dejó su ciudad natal tras el fusilamiento de su padre y cómo vuelve después de mucho tiempo a ese lugar con unas ganas de vivir impresionantes. Es una canción que habla del recuerdo, de la necesidad de la memoria para seguir adelante. En ese sentido, las historias de España y de Argentina ofrecen tristes similitudes.

¿Cómo está la escena del rock español por estos días?
Hay un momento de efervescencia enorme. Hay bandas diferentes y de distintos géneros que merecerían más atención de los medios. En nuestra ciudad, Zaragoza, siempre ha florecido un montón de grupos interesantes. Ahora mismo destacaríamos nombres que pueden buscar en la red, como Copiloto, Calavera, Ygram

Y al revés: ¿Qué artistas argentinos de los últimos tiempos están sonando hoy en España? Estuve unos días en Madrid y Barcelona en septiembre pasado y nadie sabía nada del rock argentino actual, salvo mencionar a Andrés Calamaro…
En nuestro caso ocurre que estamos bastante conectados con Argentina. Tenemos amigos allí y escuchamos su música de forma bastante habitual. La última banda argentina que vimos tocar en un club de Madrid fue El mató a un policía motorizado.

Más allá de aquella colaboración con Ariel Rot en “Sin saber qué decir”, ¿con qué otro artista argentino desearían colaborar en un futuro próximo?
Normalmente, las colaboraciones surgen de un modo bastante natural, sin planificarlas demasiado. Salen por amistad, por casualidad, por admiración o simplemente por alineación de planetas que hacen que los encuentros ocurran, ja, ja.




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