jueves, 30 de julio de 2015

Todo lo que hay que saber sobre Misión imposible

Historia, secretos y curiosidades de la saga protagonizada por Tom Cruise, antes del estreno de su quinta entrega.



Por si hay alguien que recién salió de un termo, recordamos que Misión imposible se basa en la serie de TV homónima, que se desarrolló entre 1966 y 1973 y contó con las actuaciones de Peter Graves, Martin Landau, Leonard Nimoy, Greg Morris y Barbara Bain, entre otros. En 1988, se realizó una nueva versión, con Graves otra vez como el líder de la Impossible Missions Force, Jim Phelps. 

Parte del elenco del show original fue convocado para el film de 1996, a cargo de Brian De Palma, pero se rehusaron a participar disgustados con el guión. A Graves le ofrecieron repetir su papel, pero lo rechazó al ver que lo convirtieron en un traidor (rol que recayó en Jon Voight), mientras que Landau no estaba de acuerdo con la muerte de los miembros del equipo. “¿Por qué ofrecerse voluntariamente a que nuestros personajes cometan suicidio? Pasé”, dijo.

Aquel fue el primer film producido por Tom Cruise (que continuaría con los otros cuatro, además de obras como Los otros y Minority Report: Sentencia previa). Pero también marcó el gusto (ya casi obsesivo) del actor por desempeñar él mismo las escenas de riesgo. La más recordada quizás sea en la que, colgado desde el techo, debe robar información de una computadora alojada en una habitación con sensores de movimiento. Durante la filmación, la estrella no paraba de darse la frente contra el piso cada vez que lo bajaban. Hasta que le pidió a un asistente que le pusiera monedas en sus zapatos, para que hicieran contrapeso. No sabemos si alguna vez devolvió ese cambio.

La película de De Palma también es recordada por la versión que los U2 Adam Clayton y Larry Mullen Jr. hicieron del tradicional tema de la serie compuesto por Lalo Schifrin, además de la música incidental de Danny Elfman. Pero, originalmente, ese trabajo estaba a cargo de Alan Silvestri, que llegó a componer más de 20 minutos del score antes de ser “renunciado” (según se cuenta) por el mismísimo Cruise, que quería a Elfman a bordo porque había quedado sorprendido con el trabajo que hizo en Todo por un sueño, donde actuó Nicole Kidman, su por entonces esposa.

Otra canción histórica de la saga (aparte de, bueno, esto de Limp Bizkit  fue “I Disappear”, que Metallica compuso especialmente para Misión imposible 2 (2000) y que se filtró meses antes del estreno en internet vía Napster y desató la famosa pelea de la banda con la empresa de downloads.

La segunda parte iba a ser dirigida por Oliver Stone, pero tuvo que bajarse del proyecto por problemas de agenda cuando el rodaje de Cruise en Ojos bien cerrados (1999) se extendió más de lo pensado. John Woo tomó la posta y lo convirtió en el film más taquillero de 2000 en los Estados Unidos, y todavía se mantiene, con más de 540 millones de dólares, como la más recaudadora de la saga después de la cuarta entrega (que embolsó casi 700 millones). Es, también, la más pirotécnica, absurda y exagerada. El metraje original tenía más de tres horas, y el estudio forzó a dejarlo en 123 minutos (lo cual explica muchas de las incongruencias del relato). Cruise también se lució con performances de riesgo, como la pelea en la que un cuchillo queda a milímetros de su pupila, en la que se usó un arma real, o la épica escalada libre en Utah (con el uso parcial de un doble experto en montañismo).


En 2006, llegó la tercera entrega, tras varios problemas. David Fincher iba a ser el director, pero renunció por diferencias con el estudio, y fue reemplazado por Jon Carnahan, quien llegó a trabajar más de un año en el film antes de también dar un paso al costado. Finalmente, J.J. Abrams, quien venía de éxitos en televisión como Alias y Lost, se hizo cargo y fue su debut en la pantalla grande. El elenco original también incluía a Kenneth Branagh como villano, además de  Carrie-Anne Moss y Scarlett Johansson. Resultó la más cara de la saga, y la menos recaudadora.

Misión imposible: Protocolo fantasma se estrenó cinco años más tarde y también marcó otro debut, ya que fue el primer film “live action” de Brad Bird, quien hasta entonces solo había realizado cine de animación (Los increíbles, Ratatouille). Nos mostró a Cruise en más tomas de gran altura, trepando la torre Burj Khalifa de Dubai, el edificio más alto del mundo.

Como era de esperar, para Misión imposible: Nación secreta Cruise subió la apuesta con dos escenas épicas. En una se lo podrá ver colgado del fuselaje de un avión de transporte militar Airbus a 1.500 metros de altura.  La estrella dijo que estuvo “cagado de miedo: estaba agarrado de un arnés al costado del cuerpo que estaba algo suelto, por lo que se puede ver mi cuerpo vibrando contra el avión”. Así todo, repitieron la toma ocho veces.

En otro momento descomunal, se zambulle en un enorme tanque con más de 260.000 litros de agua presurizada, para lo que tuvo que entrenar y aprender a retener la respiración por más de seis minutos. Basta, Tom: nos vas a matar de un infarto.

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