Ante el estreno de la nueva y anémica Carrie , recordamos buenas reversiones para
julepearse todo.
House of Wax (1953)
Sí, leíste bien. La película de 2005 (¡con Paris Hilton!)
es, en realidad, una tercera versión, ya que la primera y verdadera remake es esta cinta con el descomunal Vincent
Price embalsamando gente en cera y ¡en 3D O-R-I-G-I-N-A-L (no el flojito de
ahora, el posta: el que derretía las córneas). ¿Cómo no la vamos a incluir?
La cosa (1982)
Aislamiento, miedo y paranoia en una base antártica cuando
sus ocupantes comienzan a ser asimilados por un organismo extraterrestre.
Muchísimo más que una reinterpretación del film de 1951, esta obra maestra de
John Carpenter (de pie, por favor) podría encabezar cualquier listado tanto de
mejores películas de terror y como de ciencia ficción.
Lamentablemente, en 2011 fue atacada por el moderno parásito
de las precuelas, pero no consiguió (ni logrará) imitarla.
La mosca (1986)
Obra que prueba que una remake debe ser mucho más que
simplemente rehacer y actualizar una obra. David Cronenberg, que ha hecho del
terror una expresión carnal, presenta (a su manera tan personalmente grotesca y
repulsiva) la degeneración y metamorfosis psíquica y física de un científico tras
un experimento que sale horriblemente mal. Tené miedo, tené mucho miedo.
La llamada (2002)
Hay varias incómodas versiones hollywoodenses de películas
de terror orientales, pero Gore Verbinski (Piratas
del Caribe, Rango) se calza con soltura
los zapatos del gran Hideo Nakata para una adaptación respetuosa y estilizada
de su escalofriante Ringu (1998). El
resultado nos recordó que los maleficios, además de muñecos, libros y amuletos,
también vienen en VHS.
El amanecer de los muertos (2004)
En 1978, George Romero presentó la segunda cinta en su saga zombie y logró su más pulida sátira a la sociedad de consumo a través la historia de un grupo de personas que se refugiaba en un shopping de una embestida de muertos vivientes. Veinticinco años después, Zack Snyder (300, Watchmen) hizo su debut con esta impactante nueva interpretación que superó cualquier expectativa e hizo redescubrir la temática zombie a toda una nueva generación.
En 1978, George Romero presentó la segunda cinta en su saga zombie y logró su más pulida sátira a la sociedad de consumo a través la historia de un grupo de personas que se refugiaba en un shopping de una embestida de muertos vivientes. Veinticinco años después, Zack Snyder (300, Watchmen) hizo su debut con esta impactante nueva interpretación que superó cualquier expectativa e hizo redescubrir la temática zombie a toda una nueva generación.
Despertar del diablo (2006)
Todo lo que puede pasar cuando un demente como Wes Craven (de
pie, otra vez) le da carta blanca a un trastornado como Alexandre Aja (Alta tensión) para rehacer su clásico mutante
de 1977, The Hills Have Eyes.
Halloween (2007)
Te guste o no, le debemos dos cosas a Rob Zombie: primero,
este enorme pedacito de los90.
Segundo, haber restablecido la reputación de Michael Myers como el gran asesino
de la pantalla grande. Gracias
por tanto, Rob.
Déjame entrar (2010)
Chloë Grace Moretz, esa pequeña que apareció en Terror en Amityville (2005) y se
desarrolló en el género hasta convertirse en la nueva Carrie , es la pequeña y letal vampira en esta
gran lectura del sangriento romance infantil sueco Let the Right One In (2008).
La epidemia (2010)
En 1973, George Romero apuntó con The Crazies contra el complejo militar estadounidense en la
historia de los habitantes de un pequeño pueblo que se convierten en depravados
asesinos tras el escape de un arma biológica. El resultado fue pobrísimo en
presupuesto y calidad, pero 37 años más tarde, pudo rescribir y producir esta
nueva versión dirigida por Breck Eisner, muy superior a la original.
Posesión infernal (2013)
En 1981, Sam Raimi iniciaba su pasaje hacia el infernal
éxito con Evil Dead (conocida como Diabólico en nuestro país): la historia
de cinco amigos que, en una cabaña en medio de un bosque (dónde, si no)
encuentran un antiguo libro que les permitirá invocar al demonio.
Más de tres décadas después, para su remake, le pasa la antorcha a otro debutante, el uruguayo Federico
Álvarez, quien saltó del Río de la Plata al corazón de Hollywood sin escalas
gracias a un corto sobre una invasión de robots a Montevideo que fue sensación
viral en Internet. La apuesta rindió en una obra contundente, más oscura,
perversa y violenta que su predecesora.
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