sábado, 4 de julio de 2009
Desde la cintura de América
El domingo mis ojos, como los de todo el mundo, se posaron sobre Honduras tras los nefastos sucesos políticos. Y hoy, mis pies arribaron a Centroamérica. Mi trabajo me trajo a la región más agitada de nuestro ya movido continente: golpes de estados, aperturas de mercado, cambios de mandatos, oscuros asesinatos...
Estaré un tiempito instalado en República Dominicana, Costa Rica y El Salvador, y aunque no pase por Tegucigalpa, "el" escenario de la región hoy, voy a tratar de hacerme el espacio para contarles historias, experiencias, noticias o simples curiosidades que vaya encontrando sobre las distintas y dispares partes de una geografía que es casi un espejo pocket de los contrastes que caracterizaron todo lo que hay del Río Grande para abajo, prácticamente, desde la colonización.
Y acá estamos, con ganas de espiar un poco la fina cintura de América, tan sinónimo de atractivo y belleza como síntoma de hambre y desproporción.
Me despido por ahora. El viaje, las emociones, las obligaciones y un taxista que me llevó al hotel de Santo Domingo escuchando Pimpinela a un volumen que destartalaba lo poco que quedaba sólido de su camionetita Toyota me dejaron exhausto.
Buenas noches, América: me voy a dormir en tu regazo y a soñar con conocerte.
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