Antes de su segunda
visita a Buenos Aires, entrevista con el guitarrista de la última sensación del
metal.
“Si querés ir a un lugar donde no te puedas reír, entonces,
no deberías venir a vernos”, dice (con una fritura infernal detrás del teléfono)
uno de los Nameless Ghouls, esos cinco demonios encapuchados que acompañan al
Papa Emeritus II, voz y decrépito sumo pontífice de Ghost. La frase suena tanto
a advertencia como a humorada, la mezcla exacta para una banda que puede celebrar
la llegada del anticristo entre covers
de ABBA y ¡Army of Lovers!
Pero Ghost es cosa seria. Con la potencia malévola del
primer Black Sabbath, el shock rock de Alice Cooper y King Diamond, y cierto punch marketinero a lo Kiss, son la
última sensación del heavy. Seis suecos desquiciados, fanáticos de las
películas de terror, que tomaron la teatralidad y el mensaje anticristiano del black
metal escandinavo y le dieron un envase pop para convertirse en el grupo capaz
de llevar la palabra de Lucifer a las masas. Si no, escuchen “Body and Blood”, toda
una eucaristía blasfema con encanto beatlero.
Su debut, Opus
Eponymous, los ubicó entre las sorpresas musicales de 2010 y se ganaron la
bendición de varios dioses del metal, como James Hetfield, Phil Anselmo y Steve
Harris. Llegaron giras por Europa y, luego, el contrato con un sello
multinacional para el muy celebrado Infestissuman
(2013), que los metió en el mercado norteamericano.
El disco los trajo a Buenos Aires en septiembre del año
pasado, cuando abrieron para Slayer y Iron Maiden en el estadio de River Plate.
Luego, editaron If You Have Ghosts, un
EP de versiones de temas de Depeche Mode y Roky Erikson, entre otros, con la
producción de Dave Grohl. “Es tan buen tipo como parece. Todos los rumores que
hay sobre él son ciertos”, bromea sobre el líder de Foo Fighters nuestro macabro
entrevistado sin rostro ni nombre, en una charla antes de que la banda se
presente en el Teatro Vorterix, el próximo domingo 31.
¿Significa algo
especial venir al país donde nació el actual Papa católico?
La verdad que
no. Me gusta más la idea de ir por la carne y el vino argentino, ¡que nos
encanta!
¿Cómo surge el
“concepto” de Ghost, ese imaginario religioso y la idea de esconder sus
identidades como sacerdotes del infierno?
Empezamos como muchas bandas, como otros proyectos.
Básicamente, las canciones se escribieron solas y entendimos que pedían ser
tocadas no por un grupo normal, sino en algo más teatral. Surgió a partir de
ahí y la imagen se sintió muy natural, por los temas y sus letras. El anonimato
es, simplemente, una extensión de eso.
Este año Nergal, de
Behemoth, filtró una foto de quien sería en realidad el Papa Emeritus II.
¿Reservar la identidad se está transformando en un problema?
Cada año se está haciendo más difícil, obviamente, porque
cada vez hay más gente a la que le gusta la banda. Pero, también, muchos
dejaron de pensar que éramos solo una novedad y se fueron convirtiendo en fans
acérrimos, con lo que son muy protectores de la forma en que elegimos
conducirnos. Entiendo que se asumiera que esa foto era de un integrante. Pero
no es un problema, incluso si fuera alguien de la banda. La mayoría de los
que saben quiénes somos son, más o menos, fans del grupo.
Hay un alto
componente de ironía en Ghost. Pero una banda “satánica” que hace covers de Abba y The Beatles puede ser
tomada por una parte del público como un chiste. ¿Buscan no pasarse de graciosos
y mantener cierta seriedad? ¿Les preocupa encontrar ese equilibrio artístico?
Sí, creo que tenemos un muy buen balance en ese sentido. Y
hay ejemplos del pasado de grupos o artistas que decían cosas muy serias pero,
para poder transmitirlas, estaban envueltas en un exterior divertido. Alguien
que sea intenso desde el punto de vista, pero entretenido, es exactamente lo que
Ghost quiere ser.
¿Cómo eligen los covers que hacen?
Es consciente seleccionar temas que no suenen obvios o
parecidos a nosotros. No somos una banda de versiones, no tratamos de hacer covers para hacernos conocidos o lograr
sacar un disco. Lo hacemos porque nos divierte.
Grabaron su segundo álbum
en Nashville, Estados Unidos, una ciudad que es el centro de la industria
musical, pero también bastante conservadora. ¿Cómo fue esa experiencia para una
banda sueca que canta loas al diablo?
Nashville es un lugar muy interesante. Hay mucha música, más
de la que hay en lugares como Nueva York, Los Ángeles o Londres. Es
absolutamente demencial la cantidad de gente que está allá metida en la industria.
Desafortunadamente, para nosotros, si bien nos gustan muchas
cosas diferentes, si hay un género musical que no nos interesa es el country (sacando
a Johnny Cash y muy pocas personas más). Y allá es todo country. Había algunos locales
que tenían otras cosas, pero para los coleccionistas de discos, no hay nada.
Obviamente, algo que resaltaba era nuestra imagen. En Nashville,
si ven caminando un grupo de tipos vestidos de cuero, lógicamente van a pensar
que somos unos maricones. Pero no fue problema, estuvo muy divertido.
¿Ya están trabajando
en un tercer álbum?
Sí, en efecto, en este momento estamos escribiendo. Cuando
volvamos de esta gira por Sudamérica, nos vamos a poner a trabajar en eso hasta
fin de año.
¿Tendremos un nuevo Papa
para ese disco?
Sí, claro:
Emeritus III.
¿Cuánta gente votó por
Emeritus II para sumo pontífice en la elección
online que hicieron el año pasado, durante el cónclave?
Uh, no me acuerdo, pero fue una cantidad importante. Aunque
me parece que el Papa de ustedes probablemente haya ganado (risas).
Para el final, un
tema que nos preocupa mucho: ¿Todavía están a la venta los juguetes
sexuales de Ghost?
No, se acabaron todos. Desaparecieron, para siempre. Pero quizás
podamos encontrar alguno para vos (risas).
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