sábado, 5 de mayo de 2012

Duran Duran en el Luna Park: ayer y hoy, como nunca

Enteros, divertidos, tan vigentes como románticos, los fab four de Birmingham dejaron su mejor imagen en el país. Hoy repiten.


Foto de Segismundo Trivero

Algunos preferirán la de 1993, por ser la primera vez, con la banda en su segundo pico de popularidad y ese Vélez repleto inmortalizado en el video de "Breath After Breath". Otros la de 2005, donde la emoción de tener al quinteto original disimuló el disgusto de un show accidentado en Puerto Madero, con retrasos, una paupérrima escenografía y mezclados en un lineup con Erykah Badu y Nortec Collective (¡¿?!). Quizás alguno recuerde las visitas de 2007 (en Mar del Plata) y 2008 (en GEBA). Pero si hay que quedarse para la posteridad con una de las muchas postales de Duran Duran en Argentina, debería ser la de anoche en el Luna Park: la imagen de una banda eterna, divertida, en buena forma, ante una puesta en escena a la altura de su currículum estético y, sobre todo, con un nuevo disco que les permite mostrar un presente digno. "Todo el mundo hace ahora lo que Duran Duran hacía en los 80. ¿Por qué ustedes no?", les dijo el productor Mark Ronson antes de entrar al estudio, y los señores que definieron el pop de hoy hace treinta años se despacharon con All You Need Is Now (2011), casi el eslabón perdido entre Seven and the Ragged Tiger (1983) y Notorious (1986). Un disco con canciones que pueden colarse en un setlist de clásicos sin representar lagunas en la memoria auditiva del público. Hasta es un álbum que les da material para abrir un show (¿cuántas bandas de los ochenta pueden hacer lo mismo en la actualidad?), como lo hicieron anoche con "Before the Rain", que ripea ecos de "The Chauffer" y crea la atmósfera necesaria para, a continuación, poner en órbita a la audiencia con "Planet Earth" y volarle la cabeza con "A View to a Kill", que le disputa al inmortal tema de Monty Norman el título de canción icónica de James Bond.

Por si hacía falta, Simon Le Bon (totalmente recuperado de su afección vocal) volvió a demostrar quién es el heredero del dandismo de Bryan Ferry: el único frontman de su generación que, con busarda y todo, puede calzarse unos pantalones blancos con guarda, rematarlo con un saco plateado y verse como un duque. Se lo vio exultante y tan conversador que hasta bajó de las tablas para pedirle a alguien del público que cantara la intro de "The Reflex". "Shaná na na, shaná na na" con acento tucumano en pantalla gigante, fotito con el ídolo y primer momento YouTube de la noche.

Los que no querían nostalgia, pudieron escuchar cómo "Safe (In the Heat of Moment)" y el fashion de "Girl Panic!" se hacían un sangüichito con "Is There Something I Should Know?". Los que ansiaban apretar, tuvieron su "Save a Prayer" y "Ordinary World" (dedicado a Adam Yauch). ¿Quieren funk? Bueno: a cantar "No-no, Notorious" o pegarse un saque con "White Lies". Y para los que todavía seguían con hambre de hits, estuvo "Hungry Like The Wolf" y una versión de "Wild Boys" con cameo de "Relax", de Frankie Goes To Hollywood: un Big Mac de himnos ochentosos.

Para el final, "Girls On Film", con larga presentación de los integrantes y Le Bon lanzándose a los brazos de la primera fila, más la emblemática "Rio", con esa pose MTV, sus tonos fucsia y el mejor solo de saxo de la historia. Nada que reprochar. Algún jovato inconformista como el que escribe podrá pedirles, para la próxima, que no se olviden tanto de Big Thing (1988) y Liberty (1990), ni nos sigan privando de "All She Wants Is" o "Serious". Pero, ¡qué va! Esta noche tuvo romanticismo, homenajes, moda, jam, crowd surfing, histeria y neón: Instagram de una banda que ayer sonó como siempre y lució como nunca.

Leer en Rolling Stone >>

No hay comentarios: