A 35 años de la
censura a “Another Brick in the Wall”, repasamos otros temas vetados del aire.
Un 2 de mayo de 1980, “Another Brick in the Wall”, de Pink
Floyd, era prohibida en Sudáfrica tras haber sido adoptada por los jóvenes
negros como canción de protesta por la educación de segunda que recibían. La
obra de Roger Waters también fue víctima de la censura en nuestro país durante
la última dictadura. Pero la fecha no es más que una excusa para recordar otros
15 actos de imbecilidad humana contra la música.
The Kingsmen - “Louie
Louie”
La histórica
versión de la banda británica del clásico de Richard Berry merece cualquier tope
de listados de gansadas autoritarias. Fue vetada por varias estaciones de radio
y prohibida en el estado de Indiana por “obscena”, a partir del rumor de que su
cantante, Jack Ely, con su particular estilo, balbuceaba sobre un encuentro
sexual. Padres indignados llegaron a escribirle cartas
como esta a Robert F. Kennedy, por entonces Fiscal General de los Estados
Unidos, en protesta por lo que imaginaban escuchar. Todo cayó en manos del FBI
que, durante más de dos años, se dedicó a investigar la canción para saber qué
demonios decía Ely, solo para llegar a la conclusión de que fueron “incapaces
de interpretar cualquier palabra de la grabación” y que era “ininteligible a
cualquier velocidad”, por lo cual desestimaron el caso. Parece que los agentes no
pudieron ver que Ely, además de una dicción “somnolienta”, en ese momento usaba
aparatos en los dientes.
Frankie Goes to Hollywood – “Relax”
La letra de este clásico de los 80 fue considerada ofensiva
por la BBC, por sus referencias al orgasmo (“Relax don't do it, when you want
to come”). El DJ de Radio One, Mike Read, llegó a romper el disco al aire y se
negó a pasarlo en su repaso del Top 40. El incidente no hizo más que
multiplicar las ventas del single,
que fue número uno durante más de un mes.
Dire Straits –
“Money for Nothing”
En 2011, el
Broadcast Standards Council de Canadá consideró el hit de 1985 “inapropiado
para la difusión”, ya que Mark Knopfler menciona la palabra faggot (“maricón”, en inglés), lo cual
viola su código de ética. Parece que los canadienses tardan 26 años en
ofenderse. La decisión se revisó meses más tarde, y se les dio a las estaciones
de radio y TV la libertad de decidir transmitirla.
The Kinks – “Lola”
Las autoridades de la BBC no son tan conservadoras
como se podría pensar. Por ejemplo, el problema con este clásico de 1970 no era
que Ray Davies relatara, supuestamente, una noche de amor con un travesti, sino
la mención a la marca “Coca-Cola”. La banda estaba de gira por los Estados
Unidos cuando se enteraron de esta decisión, que podía complicar el lanzamiento
del single, lo que obligó al cantante
a tomar un avión de vuelta a Londres para poder regrabar la pista y reemplazar las
palabras por “Cherry Cola”.
Sex Pistols – “God
Save the Queen”
Justo para
el 25.o aniversario del ascenso al trono de la reina Isabel, los
reyes del escándalo tomaron el título del himno del Reino Unido para un explosivo
punk que trata a la monarquía de régimen fascista. Encima, la portada del single “profana” la imagen de la
coronada. Obvio, la BBC y la Independent Broadcasting Authority (el ente
regulador de allá) le bajaron el pulgar.
The Rolling
Stones – “Let’s Spend the
Night Together”
El éxito de sus majestades
satánicas no sufrió ninguna veda en el éter, pero fue objeto de disputa en
una de las anécdotas más famosas del rock. La banda se presentó el 15 de enero
de 1967 en el popular programa de televisión de Ed Sullivan, quien les exigió
que cambiarán la letra por “let’s spend some time together”, en un intento de
atenuar el sentido sexual de la propuesta. Aceptaron a regañadientes, pero
durante el show Mick Jagger se la
pasó revoleando los ojitos cada vez que cantaba la frase. Cuenta la leyenda
que, después de esa performance, los Stones intentaron volver al escenario
vestidos con uniformes nazis, lo que provocó que Sullivan los echara del
estudio. Ese mismo año, el host
también le demandó a The Doors que modifique la alusión a drogarse en “Light My
Fire”, pero Jim Morrison terminó
cantando al aire la letra original.
The Beatles – “Lucy in the Sky with Diamonds”
¿Está hablando o no
de la droga? John Lennon siempre dijo que la canción estaba inspirada en un
dibujo que su hijo Julian trajo del colegio (incluso Lucy era una compañerita
de clase) y que las iniciales LSD eran una mera coincidencia. No importó: la
BBC, por las dudas, la suprimió del aire. El tema volvió a estar involucrado en
la polémica después de los atentados del 11 de septiembre de 2001,
cuando la red de radios Clear Channel Communications lo habría incluido en una
supuesta lista de más de 150 canciones con letras “cuestionables” y “sensibles”
para aquel momento.
Pescado Rabioso – “Me
gusta ese tajo”
El blues carnal entonado por Luis Alberto Spinetta fue uno
de los centenares de víctimas del COMFER durante la Dictadura. El nefasto
organismo hizo callar numerosas canciones por su “connotación sexual”, como por ejemplo “Da Ya Think I'm Sexy?”, del depravado
Rod Stewart; “Get Down, Make
Love”; de los enfermos homosexuales de
Queen; “Tú Quieres, Yo Quiero”, del terrorista
de púberes Cacho Castaña; y “Amor libre”, de ese hippie comunista
llamado Camilo Sesto.
MC5 – “Kick Out the Jams”
“Right now, it’s
time to kick out the jams, motherfuckers!” fue el grito de batalla con el que
los protopunks de Michigan abrieron su éxito de 1969. La frase, además, también
estaba impresa en el interior de la cubierta del álbum en su primera tirada, lo
cual espantó a los directivos del sello Elektra. El disco fue retirado de la
venta y reemplazado por dos ediciones: una censuraba tanto la portada como el
audio, y otra solo la tapa. Así todo, la cadena comercial Hudson’s se negó a
comercializar el álbum y todos los lanzamientos de esa discográfica. La banda,
en represalia, pautó avisos en los diarios que tenían la foto de su vocalista, Rob
Tyner, con el texto “Fuck Hudson’s”. Finalmente, el sello terminó echando al
grupo para evitar pérdidas comerciales. La canción se convirtió en un clásico
versionado por decenas de artistas, y la polémica frase puede escucharse
sampleada por The KLF, en su hit de 1991 “What Time is Love?” (que no fue
censurado).
Rage Against The Machine – “Killing in the Name”
Hablando de puteadas, en esta
venenosa crítica hacia el racismo y la brutalidad policial, Zack de la Rocha se
manda 17 “fucks” en cinco minutos, además del famoso final in your face: "Fuck you, I won't do
what you tell me". La versión original fue levantada de radios y cadenas
de TV, pero todavía muchos recuerdan el episodio en la BBC Radio 1, cuando su
DJ, Bruno Brookes, la pasó al aire en su recuento del Top 40 ¿por accidente? La
canción volvió a ganar fama en 2009, cuando se creó una campaña en Facebook
para que la gente comprara el single y
evitara que el ganador de ese año de The
X-Factor se quedara con el primer puesto de ventas en Navidad. La movida (apoyada
por muchos músicos, inclusive miembros de Rage Against The Machine y hasta
exparticipantes del programa) fue un éxito.
The Who - "My Generation"
En 1965, hubo toda una generación de padres a las que se les
paró el corazón por dos segundos cuando escucharon a Roger Daltrey decir “Why don't you
all fff... fade away!". Los malpensados esperaban otra palabra, pero el
tartamudeo más amenazante del rock no fue más que una casualidad. Según su
productor, Shel Talmy, el cantante estaba muy nervioso durante la grabación y se
trabó porque no entendía la letra escrita por Pete Townshend. A todos les
pareció cool el accidente y lo
repitieron lo largo del tema. Poco importó esto, ya que la BBC lo sacó del aire
por considerarlo ofensivo hacia las personas con dificultades para hablar.
Donna Summer – “Love to Love You Baby”
Este himno a la sensualidad de la cantante de Boston y
Giorgio Moroder fue un hit menor en
Europa. Pero, meses más tarde, el single
llegó a Estados Unidos a manos del presidente de Casablanca Records, quien le
encargó al productor italiano una versión más larga. Así, Summer volvió al
estudio y grabó la mejor colección de gemidos y orgasmos fingidos que puedas escuchar
en 17 lujuriosos minutos. Radios de ambos lados del Atlántico (incluida las
argentinas) le pusieron un cinturón de castidad, pero eso no impidió que Summer
fuera nombrada la “Primera dama del amor” y, poco después, coronada como la
“Reina del disco”.
León Gieco – “El fantasma de
Canterville”
Charly García la compuso en 1976 para el
álbum de PorSuiGieco, pero la Dictadura los obligó a sacarla y la reemplazaron con
“Antes de gira”. Así todo, la primera tirada de ejemplares conservó el tema
original. Ese mismo año, Gieco la incluyó en su tercer disco, pero se vio forzado a cambiarle la letra. Así, “si
pudiera matarlos” pasó a ser “si pudiera odiarlos”, la frase “siempre fui un
tonto que creyó en la legalidad” se convirtió en “siempre fui un tonto que
creyó en la humanidad” y “he muerto muchas veces acribillado en la ciudad” se
transformó en “he muerto muchas veces rodando sobre la ciudad”. El COMFER
objetó la mayoría de las canciones del álbum y hasta prohibió publicar “Canción
de amor para Francisca”, “La historia esta” y “Tema de los mosquitos”, que el
músico logró incluir en su siguiente trabajo.
The Bangles – “Walk Like an
Egyptian”
Uno de los tres hitazos que las muchachas de California
tuvieron en los 80 (¿pueden recordar los otros dos sin googlear?) fue una de
las muchas canciones que desaparecieron del aire cuando estalló la Guerra del
Golfo, para “no dañar susceptibilidades”.
John Lennon – “Imagine”
El conflicto del Golfo
Pérsico bombardeó las pocas neuronas que quedaban en los directivos de la BBC, quienes
durante ese período crearon una “lista negra” de canciones inapropiadas. Incluyeron
cualquier cosa que tuviera una mínima asociación con la guerra y las armas,
como “Brothers in Arms”, de Dire Straits; “In the Army Now”, de Status Quo; y
“Atomic”, de Blondie. Pero el colmo es que la lista menciona los dos himnos
populares más asociados a la paz universal: “Give Peace a Chance” e “Imagine”. La
estupidez no hace distinciones.
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