lunes, 23 de septiembre de 2013

Entrevista con Peter Hook: “Hay otro lado de la historia”

El bajista llega a Buenos Aires con su nuevo proyecto, The Light, para repasar clásicos de Joy Division y los primeros dos álbumes de New Order. Antes, da su versión de la feroz pelea que mantiene con sus ex compañeros. “No sé cómo podría volver a confiar en ellos”, afirma.



Si hubiera un ranking de conventillos mediáticos musicales, la “separación” de New Order debería ubicarse entre el top five, como mínimo. En 2006, cuando tras la gira presentación de Waiting For The Sirens' Call (que los trajo a la Argentina aquel noviembre) Peter Hook dio por hecho la disolución de la banda, empezó una historia que involucra traiciones, insultos y disputas legales.
Desde entonces, sus ex compañeros criticaron que el bajista se hiciera de algunos bienes históricos en común, como la propiedad de la marca The Haçienda y las oficinas de Factory Records (club y sello, respectivamente, donde se crió New Order), y hasta la edición de un tema inédito de Joy Division, “Pictures in My Mind”.
Pero la pelea se encendió a finales de 2011, cuando el grupo de Manchester regresó a los escenarios sin “Hooky” y con la vuelta de la tecladista Gillian Gilbert tras diez años de ausencia. “Todos saben que New Order sin Peter Hook es como Queen sin Freddie Mercury o U2 sin The Edge”, afirmó el bajista, quien prendió un filoso ventilador en los medios: trató a sus ex amigos de “pelotudos”, acusó a Tom Chapman, su reemplazo, de hacer mímica en vivo sobre sus líneas de bajo e inició una disputa legal por el uso del trademark New Order.
Mientras este eterno divorcio continúa, Hook gira por el mundo junto a The Light, banda ¿autotributo? con la que empezó interpretando los discos completos de Joy Division y ahora extendió su repertorio a los primeros trabajos de New Order. “Planeo tratar de tocar cada una de las canciones que escribí antes de quedar liberado del agobio terrenal, y estoy en camino de conseguirlo”, desafía el músico, a quien podremos ver el próximo 2 de octubre en el Teatro Vorterix.

¿Cuál fue tu necesidad de salir a interpretar y reinterpretar temas de Joy Division y New Order?
No es algo que pasó de la noche a la mañana. Después de que New Order se separara, me encontré libre para hacer lo que quería. Grabé con Freebass, junto a “Mani” (Gary Mounfield) y Andy Rourke, un trabajo del que estoy orgulloso. También estuve haciendo dance como Man Ray, con Phil Murphy, y fue bien recibido. Pero, desafortunadamente, parece que la gente perdió el interés no solo en la música nueva, sino en pagar por ella. ¡Hay toda una nueva generación que nunca compró un vinilo o un CD! Además, cuando hacés material nuevo, la gente suele ignorarlo y quiere solo los hits. Cuando estaba con Freebass y giramos por el Reino Unido y Japón, tocamos nuestro material. No hacíamos un par de temas y después una carrada de clásicos. Estoy orgulloso de eso también. 
Hacia mayo de 2010, se estaba planeando hacer un show tributo a Ian Curtis en Macclesfield, pero se cayó. Pensé que era una pena que no hubiera un homenaje después de 30 años y decidí que no podíamos dejarlo pasar. Ahí fue que anunciamos que íbamos a tocar todo Unknown Pleasures en The Factory, mi club de Manchester, para celebrar la vida de Ian. Se suponía que iba a ser solo un show, pero se agotó en minutos, así que agregamos otra noche. A partir de ahí, nos inundaron con ofertas de todo el mundo para ir a tocar. Realmente, nadie pretendía que pasara, ¡pero se convirtió en una gira masiva y la gente parecía estar verdaderamente disfrutándolo!
Cuando me di cuenta de que la gente quería escuchar las canciones, especialmente las menos frecuentes, algunas de las cuales no se tocaban desde mediados de los ochenta, decidimos hacer el segundo disco de Joy Division, Closer, y seguimos hasta el final, Still. Así que pasar a tocar los dos álbumes de New Order que vamos a hacer en Buenos Aires es el siguiente paso lógico en el recorrido de este proyecto. Y el año que viene planeamos continuar con los dos discos siguientes, Low Life y Brotherhood.

¿No te parece algo absurdo que haya dos bandas tocando sus temas en común por separado?
No, y no es exactamente la primera vez que pasa esto. No vamos a tocarlas juntos en algún punto cercano en el tiempo y es bastante obvio que ninguno va a ignorar su catálogo, que es inmenso. Mirá: cuando tocamos con Freebass, solo hicimos material de Freebass. Cuando Barney (Bernard Sumner) y Steve (Stephen Morris) salieron como Bad Lieutenant, tocaron cuatro canciones de su banda y una docena o más de New Order y Joy Division en sus sets en vivo. Lo cual es lo mismo que están haciendo ahora en cada show alrededor del mundo. Es un caso de “hacé lo que digo y no lo que hago”; ellos tocaron material de New Order y Joy Division mucho antes que yo con otro grupo. Lo que me parece absurdo es que ahora se quejen tanto de mí cuando ellos lo hicieron antes. 
Una de las cosas que me molestaba enormemente cuando éramos New Order, en contraposición a esta presumiblemente moderna variante de “New Odour” con la que salieron, es que insistían en tocar los hits en lugar de volcarse al catálogo anterior, que considero mejor. Creo que “Thieves Like Us” es mejor canción que “Blue Monday”. Creo que “Love Vigilantes” o “Leave Me Alone” realmente son mejores que los temas que New Order eligió como simples. ¡Hay tantos temas que estuvimos ignorando como grupo y es una pena!   
Ahora, con The Light, hacemos una cronología que te lleva a través del cambio entre Joy Division y New Order, y su desarrollo. Muchos de los fans de la primera hora de New Order prefieren nuestro enfoque.

Tomaste algunas decisiones que involucraron el “pasado sensible” en común con New Order y que tus compañeros no parece que vayan a perdonarte. Por ejemplo, publicar por tu cuenta un inédito de Joy Division, comprar la marca The Haçienda y transformar las oficinas de Factory en un boliche. ¿Por qué lo hiciste?
Mucho de eso tiene que ver con una mala interpretación o, simplemente, no es verdad. Siempre fui abierto con respecto a lo que estaba pasando y, para dejarlo en claro, teníamos el permiso de los demás en lo que concierne a “Pictures In My Mind”. Ellos necesitaron mi autorización para poner un tema en la compilación Total, que salió más o menos para la misma época.
Con respecto a The Haçienda, el lugar entró en quiebra. Rob Gretton no tenía nada de plata y yo le presté el dinero para mantener la marca. De lo contrario, Ministry Of Sound la habría comprado y prostituido. Ninguno de los otros miembros estaba interesado y, para ser franco, todos habían dejado de darle bola a The Haçienda mucho antes de que cerrara. Al final, éramos solo Rob y yo. En 2006, me enteré de que Rob me había puesto como copropietario. El New Order real todavía estaba activo y nadie dijo nada en ese momento. Por eso, me parece algo absurdo y totalmente falaz que salgan a quejarse al respecto.
Por último, el edificio de Factory lo estaban por demoler para poner un hotel, parte del ostentoso y moderno desarrollo de Manchester. Un amigo mío, propietario de un club, que también conocía a New Order bien, Aaron Mellor, me dijo que quería salvar el edificio y lo iba a comprar. Yo no tenía el dinero para hacerlo. Así que había que elegir: perder el edificio para siempre o ir con lo del club. A juzgar por la reacción de la gente que lo llena cada semana, fue la elección correcta.
Aunque no soy de ventilar mis penurias en público, desde que New Order se separó hubo una sucesión de desprecios hacia mí, tanto con el sello, con los medios y ahora con ese ridículo acuerdo comercial con el que trataron de robarme mi parte de la marca New Order. Aceptaron premios sin decirme, remezclaron material sin mi permiso y, además, trataron de dejarme mal parado ante la prensa y conocidos en común. Hay todo otro lado de la historia, amigo, y es uno de batallas legales, una posible causa judicial y mi libro sobre New Order.

Entrevistamos hace casi dos años a Gillian Gilbert y nos dijo que no te extrañaba, que deseaba que estuvieses feliz y que no veía posibilidad de reconciliación, “aunque nunca se sabe qué puede pasar a la vuelta de la esquina”. ¿Qué sentís al respecto? ¿Existe esa chance?
Bueno, a decir verdad, no me sorprende para nada. Realmente, no me fijo mucho lo que los otros dicen porque me parece todo muy cansador y bastante hipócrita, especialmente en lo que concierne a mi actividad tocando mi propia música y el catálogo pasado sin decirles. Ellos parecen estar muy felices sin mí, con alguien nuevo que toca mis líneas de bajo. Cuando conozcas la verdadera historia sobre las taimadas y deshonestas movidas comerciales que hicieron para reinventarse como “New Lieutenant” o “Bad Odour”, te vas a dar cuenta de que hay mucho más en esa historia que decir: “ah, bueno, vamos a hacer todos amigos de nuevo”. No sé cómo podría volver a confiar en ellos.
El abogado de la banda, que sigue siendo un buen amigo mío, piensa que, si todos obtenemos lo que queremos de esta situación y la cosa se calma de nuevo, quizás en cinco años o algo así puede llegar a pasar. Pero creo que, para entonces, va a ser demasiado tarde. La oportunidad para reunirnos vino y se fue cuando se robaron la marca, para lo cual sigo buscando un recurso legal.

¿Pensás componer temas con The Light, sacar un disco de nuevas canciones, o solo quedará como una banda para interpretar clásicos?
Me gustaría, si pudiera tomarme unos meses para hacerlo. Con las fechas en vivo, hay tanta presión para la banda que es difícil reservarme tiempo para ir al estudio. Y tengo que admitir que los problemas con la música grabada e Internet realmente te desaniman. Los muchachos de la banda tienen varias ideas y algunos riffs que son geniales, y estuve trabajando con eso, porque no quiero que sea solamente lo que yo propongo. Espero que podamos hacerlo, pero todavía no hay planes concretos.

Lamentablemente, tu libro sobre The Haçienda no fue editado en Argentina. ¿Podrías darnos tres consejos elementales para saber cómo NO manejar un club?
La verdad no sé por dónde empezar. ¡Se cometieron tantos errores! No haber comprado inicialmente y haberlo hecho luego, en el pico del mercado, antes de que colapsara a principios de los noventa. Ese fue uno grande. Yo siempre digo que, si vas a desperdiciar una oportunidad, hacé tres cosas: hacelo con estilo, hacelo en público y, sobre todo, hacelo en Manchester.

¿Cómo está la escena de Manchester hoy, 30 años después?
¡Tan vibrante y estimulante como siempre, amigo! Todavía hay un montón de música genial que sale de ahí y que representa la época actual muy bien, creo. Mirá a Delphic, que surgió en los últimos años y realmente se las ingenió para tender un puente entre rock y electrónica. También me gustan Everything Everything, The Slow Readers Club y una banda nueva, Death to the Strange. Por supuesto, grupos como Elbow siguen estando presentes y haciendo muy buena música. Manchester sigue siendo un lugar muy creativo.

Peter Hook & The Light – “Pictures In My Mind” 




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