El servicio de música
vía streaming más importante ya está disponible en nuestro país. Ofrece acceso,
tanto gratuito como pago, a más de 20 millones de canciones. Características, letra
chica y desafíos en un mercado que se legaliza.
Cinco años después de su apertura al público, Spotify
finalmente desembarcó en la Argentina, primer lugar de Sudamérica donde
comienza a operar. El popular servicio de streaming
musical de origen sueco no era accesible en nuestro país de manera oficial, si
bien miles de usuarios se las ingeniaban para emplearlo al cambiar la dirección IP de sus
computadoras para enmascarar el origen y “burlar” el sistema. Ahora, ya no
serán necesarios más trucos técnicos.
Spotify requiere crear una cuenta y bajar una aplicación
tanto para dispositivos de escritorio como móviles. Opera con tres modalidades.
La gratuita solo puede usarse desde computadoras y está solventada por
publicidades de unos tres minutos que se intercalan cada hora. Por $18, el
abono “Unlimited” elimina esos avisos. Y por $36, se puede obtener una cuenta
“Premium” para acceder, también, desde tablets
y smartphones, sin anuncios, con
canciones en calidad 320 kbps y la posibilidad de usar las listas de
reproducción sin necesidad de conexión a internet.
Si bien los precios están expresados en pesos, la
facturación será en dólares, por lo que deberá sumarse el 20 por ciento de
percepción que la AFIP cobra sobre las compras con tarjeta de crédito en el
exterior. Así todo, al cambio oficial, los abonos de la empresa en nuestro país
son inferiores a los de Estados Unidos, donde cuestan 4,99 y 9,99 dólares.
Su catálogo es de 20 millones de canciones, a las que se
agregan un promedio de 20.000 nuevas por día, aunque la variedad de títulos y
artistas varía entre los países según las respectivas licencias y contratos comerciales.
En el listado vernáculo, se puede encontrar un amplio rango de consagrados e
“indies” tanto extranjeros como nacionales: desde Iron Maiden y Pink Floyd,
junto a Wild Nothing y DIIV, hasta La Renga y Andrés Calamaro con No Lo Soporto
y Los Reyes del Falsete.
“Tenemos acuerdos con más de 300.000 discográficas, desde
las tres grandes hasta las más pequeñas. Para nosotros, son tan importantes
Soda Stereo y Babasónicos como el artista que recién empieza”, afirmó Bahigh
Acuña, responsable de Nuevos Mercados de la empresa. Los músicos
independientes que no tengan un contrato con un sello pueden publicar sus
canciones en Spotify por medio servicios agregadores como CDBaby, Record Union,
Ditto Music y Zimbalam, que se encargan de distribuir contenido en distintas
plataformas online.
De esta manera, la compañía se suma a la creciente oferta
local de servicios de música digital, que ya integran iTunes, Grooveshark,
Personal Música, Sonora, Deezer, Taringa Música y el próximo BlackBerry Music,
que se lanzará a principios de octubre.
“iTunes apunta a la venta de música, nosotros al acceso. Con
36 pesos comprás seis o siete canciones en iTunes, pero con Spotify accedés a
20 millones”, aclaró Acuña para desmarcarse de su principal competidor del musicbiz.
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