Antes
de su segundo arribo a Buenos Aires en nueve meses, la revelación del dance-pop
británico habla de su nuevo álbum, recomienda boliches en Inglaterra y apps
para el iPad.
La música y los escenarios acompañan a Victoria Hesketh desde
chiquita, cuando sus padres la llevaban a clases de danza. “Era verdaderamente mala, pero
había un tipo que solía tocar el piano durante las lecciones y recuerdo que, al
mirarlo, pensé que eso era lo mío”, revela. Tanto fue así que a los seis ya
tocaba el piano, luego la flauta, el arpa, era miembro del coro escolar y a los
trece ya componía sus propias canciones.
Probó suerte al intentar concursar en el reality Pop Idol, pero
quedó eliminada, y se pagó los estudios universitarios cantando covers de Norah Jones en hoteles.
Con dos compañeras de curso, formó la banda electropunk Dead Disco.
Lanzaron cuatro singles y, justo
cuando empezaban a lograr cierta atención, Hesketh dejó el trío para iniciar
una carrera en el pop bailable bajo el seudónimo de Little Boots.
El éxito llegaría en 2009 con Hands,
un debut a puro dance azucarado que alcanzó el quinto puesto del ranking británico y ubicó a Little Boots
como la
nota “indie” entre Lady Gaga, Kylie Minogue y Sophie Ellis-Bextor.
La estela de aquel álbum la trajo a Buenos Aires en
diciembre como parte del line up del
Personal Fest 2012. “Nos quedamos toda una semana y la pasamos bárbaro. La
ciudad tiene una atmósfera genial y fue uno de mis lugares favoritos de la gira”,
elogia. Ahora,
regresa para presentar su reciente trabajo, Nocturne, el próximo
31 de agosto en Niceto Club.
Pasaron casi cuatro años entre un disco y otro, lo cual puede
ser una eternidad para un artista nuevo. ¿Por qué?
Tardé en encontrar el sonido y la dirección para el nuevo álbum. Tuvo
mucho de prueba y error, y me pasé bastante tiempo girando por el mundo, así
que era difícil escribir. También hubo varios problemas relacionados con el
sello y la logística que insumieron tiempo y fueron muy frustrantes.
¿Qué buscaste
en Nocturne a diferencia de
Hands? Da la sensación de que
haber trabajado con Tim Goldsworthy como único productor le dio más unidad
al disco.
Definitivamente, fue una decisión consciente la de colaborar con una
sola persona en un sonido de producción y una atmósfera cohesivos para el álbum.
En retrospectiva, esa es una de mis principales críticas hacia Hands.
Muchos
dicen que el dance-pop está anclado en un sonido “genérico”, que hay muchos
artistas nuevos, pero poca inventiva. ¿Cómo ves la escena hoy?
Creo que es justo decir que mucho del género que se pasa en la radio es
muy poco original y todos parecen copiarse mutuamente para lograr hits, pero
eso no quita que haya cosas novedosas.
¿Te
molesta el mote de “disco diva” que parte de la prensa te dio?
Me gusta que se me conecte con el disco, ¡pero la parte de “diva” no
tanto! Soy una persona que tiene los pies sobre la tierra, aunque me parece que
ser un poco diva sobre el escenario está bueno y me gusta que
las cosas sean brillantes y glamorosas.
Tocás
el Tenori-On, el Stylophone y pareces una chica techie. ¿Qué hay del iPad? ¿Lo usás para hacer música? ¿Cuáles
son tus apps favoritas?
Juego con el iPad, pero prefiero los equipos físicos, como pequeños
teclados y secuenciadores. La app del Korg iMS-20 está
bárbara y la de Fairlight y Tenori-On también. Además, uso mucho Shazam para encontrar nuevas melodías
para mis sets de DJ.
¿Cuál fue el lugar más extraño en donde tocaste y por qué?
Hace poco hicimos un show silencioso dentro de una caja de vidrio. El público
tenía que usar auriculares para escucharnos. ¡Fue muy raro!
¿Qué tres boliches no deberíamos dejar de visitar en Gran
Bretaña?
La verdad, no me gusta ir a lugares grandes y de moda. Prefiero los más
chicos, íntimos. Visions, un videobar de Dalston, es uno de mis
favoritos de Londres. XOYO también está bueno y The Warehouse Project, en Manchester, tiene
algunas de las noches más geniales del país.
Una duda final que nos carcome: si abrimos tu placard, ¿podemos
morir sepultados por miles de zapatitos?
¡Ja, ja! Sí, definitivamente, tengo muchos, MUCHOS, zapatos. No tantas
botas, más que nada tacos altos. ¡Y también un montón de cosas
brillosas con lentejuelas!
Little Boots – “Broken Record”
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