miércoles, 5 de septiembre de 2012

Zoé: dulce perla blanca mexicana

Luego de varias visitas como parte de festivales, la banda de Cuernavaca regresa al país para darse a conocer por primera vez con su propio show; el vocalista León Larregui cuenta presente y futuro del último secreto azteca.

En México son estrellas multipremiadas. Tienen quince años de historia, cuatro discos de estudio, DVD, recopilaciones y hasta grabaron un MTV Unplugged (algo reservado solo a los artistas "consagrados"). Se dan el lujo de tener al productor británico Phil Vinall (Placebo, Elastica) como fetiche, gurú y hasta casi sexto integrante. Alan McGee, fundador del célebre sello Creation y padrino artístico de Primal Scream, Oasis y The Jesus and Mary Chain, los quiso hacer grandes en Gran Bretaña. Colaboraron con Enrique Bunbury, Adrián Dárgelos, Nick McCarthy (Franz Ferdinand) y Tim Burgess (The Charlatans), entre otros. Y son uno de los mejores exponentes de ese rock latino de espíritu "indie" pero sonoridad internacional; una banda capaz de reunir la experimentación y la angustia espacial de Radiohead con la sofisticación pop de Soda Stereo.
Sin embargo, para el público masivo argentino, Zoé sigue pareciendo un secreto azteca, pese a que sus últimos cuatro trabajos están editados en el país y "Poli", ese hit de amor estudiantil, tuvo rotación en las radios locales. El quinteto de Cuernavaca pasó en varias oportunidades por estas tierras, pero siempre como acto soporte o parte de festivales. Ahora, regresan para encabezar, por primera vez, su propio show el próximo 14 de septiembre en el Teatro Vorterix. "Estamos muy contentos de volver y poder tocar en un lugar solos y hacer nuestro espectáculo, sin ser parte de un lineup o abriendo para otros", dice León Larregui, vocalista de Zoé, con la expectativa de que nuestro público pueda descubrir esta "dulce perla blanca mexicana".
El perfil de Zoé en Wikipedia los describe como "space rock". ¿Te gusta esa definición? 
¡Sí, suena padre! Quizás tiene que ver con nuestro costado más psicodélico y que mis letras tengan referencias galácticas. Así que podría ser una definición aceptable.
¿De dónde sale ese imaginario cósmico y surrealista de tu lírica, habitada por "zombis de metal", "rímel de miel" y "tragos de luz"? 
No sé. Desde el principio han sido mi influencia Lennon, Cerati, Caifanes... Para mí es importante crear imágenes con las palabras, más que tener una narrativa, y que puedan ser interpretadas de diferente manera por las personas que las escuchan. Por eso pueden resultar surrealistas.
En Argentina hubo, entre fines de los 90 y principios de 2000, una ola de rock mexicano que copó nuestras radios y medios. Pero ahora no están llegando tantas cosas desde allá. ¿Cómo está la escena musical actual de México? 
Sí, hace unos diez años sonaban Molotov, Café Tacvba y Plastilina Mosh. En el 2001 salimos nosotros y bandas como Kinky, con la que somos contemporáneos. Kinky tuvo una aceptación muy rápida y a nosotros nos tomó mucho trabajo, porque nuestra música no tenía nada que ver con la electrónica y otras cosas que sonaban en el mercado en esa época. Ahora la escena mexicana está en un muy buen momento. Hay muchas bandas de muy buena calidad. Los conciertos suelen estar llenos de gente, hay mucha vivencia. Además, con la apertura a nivel de la información, circula más música y eso genera que, culturalmente, haya mejor calidad en las cosas que se crean. Recomiendo bastante una banda que se llama Hello Seahorse!, que son muy buenos.
¿Se ven continuadores de una tradición de bandas latinas, como Soda Stereo, Caifanes y Fobia, que conjugaban un pop masivo pero, a la vez, caracterizado por la experimentación y cierto barroquismo sonoro? 
En nuestra música hay influencias clásicas como David Bowie, The Cure, Bauhaus, Led Zeppelin, que tiene cosas en común. Pero, desde el principio, hemos tenido muy en claro que queríamos descubrir y generar nuestra propia identidad sónica. Y Phil Vinall, el productor que ha estado con nosotros desde el principio, ha sido parte de ese empuje y esa búsqueda.
¿Cómo surgió la relación con Vinall? 
Le escribimos y mandamos a Londres unas primeras versiones de nuestros temas a ver si le interesaba mezclar nuestro primer álbum [Zoé, 2001]. En ese momento, no teníamos discográfica ni nada. Conseguimos dinero de donde pudimos y tres de nosotros viajamos para allá a trabajar. Así se dio la relación. Phil ya es uno más, tenemos el mismo lenguaje y también es una gran influencia. Siempre nos sigue enseñando más y más y, seguramente, trabajaremos con él en el próximo álbum.
¿Qué nos podés adelantar del nuevo disco? 
Por ahora, que entraremos a trabajar en enero y tenemos la expectativa de lanzarlo para agosto o septiembre del año que viene.
Alan McGee dijo que si la banda cantara en inglés sería masiva en Inglaterra. Zoé tiene algunas canciones en inglés, pero ¿alguna vez consideraron la posibilidad de grabar todo un disco en ese idioma y ver qué pasaba? 
Cuando hablamos con McGee trabajamos con canciones en inglés, pero estaban muy enfocadas en que yo cantara sin acento alguno. Fue algo que no se dio y eso nos permitió descubrir que, si alguna vez irrumpimos en el mercado anglo, será en español, porque esa es mi lengua y se acabó. No voy a estar pretendiendo ser un inglés.


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