Dicen que una imagen vale más que mil palabras, así que resumamos: la chica que ven arriba de estas líneas era esta nenita.
¿La ubican? OK, porque lo que sigue a continuación es la historia de cómo esa tierna criaturita maduró y esquivó un futuro de "chica Disney" para convertirse en la última supervixen del hard rock norteamericano.
Taylor Momsen, que acaba de cumplir 19 años, tuvo una infancia repartida entre un colegio de monjas y audiciones para cine y TV. A los tres años ya estaba protagonizado comerciales y, a los siete, sus ojazos azules encandilaron la pantalla grande como Cindy Lou Who, la pequeñita que enterneció al mismísimo Grinch de Jim Carrey en la película basada en el célebre cuento del Dr. Seuss.
Su adorable imagen la perfilaba como el nuevo angelito dorado de las comedias infantiles. Llegarían papeles en filmes como Hansel & Gretel, Spy Kids 2, Supercan y, en 2007, fue una de las tres finalistas para ser Hannah Montana, rol que finalmente recayó en Miley Cirus. "Supongo que hoy tendría una casa muy linda", dice, imaginando su vida hoy de haberse convertido en la megapopstar del Disney Channel. "No reflexiono mucho sobre eso. Cuando era chica, me presenté a un montón de castings. Las pocas veces que me crucé con Miley, me pareció una mina con onda. Estoy contenta de que haya tenido éxito con el programa".
Momsen consiguió su propio hit televisivo ese mismo año cuando fue elegida para interpretar a Jenny Humphrey en la serie Gossip Girl. Pero tras cuatro temporadas, y justo cuando su rol comenzaba a ser el centro de atención del show, la blonda chismosa decidió abandonar la actuación para dedicarse exclusivamente a su banda, The Pretty Reckless. Así es: la chiquita que no dejó que le robasen la Navidad ahora es una vampiresa rocker que se sube al escenario con actitud badass, enfundada en lencería y bucaneras, detrás de canciones con provocadores títulos como "Make Me Wanna Die" o "Hit Me Like a Man". "Lo que ves es lo que hay. Trato de ser lo más honesta posible, no soy un personaje -afirma-. Me concentré en la música tan pronto como me fue posible. La actuación fue un buen trabajo, pero la música fue siempre la meta".
The Pretty Reckless nació a mediados de 2009, cuando una Momsen de solo 16 años conoció al productor Kato Khandwala (Paramore, Blondie, Papa Roach), quien le presentó al guitarrista Ben Phillips y, juntos, comenzaron a darles forma a las primeras canciones y shows con diversos músicos. El cuartero definitivo se completaría más tarde con Mark Damon, en bajo, y Jaime Perkins, en batería. Todo sucedió muy rápido. En 2010, el single "Make Me Wanna Die" se metió en la banda de sonido del exitoso film Kick-Ass. Luego vendría el álbum debut Light Me Up (recién editado en nuestro país por Universal) y dos años de descontroladas giras mundiales, en las que llegaron a compartir escenario con Evanescence y Marilyn Manson. "Las cosas más locas que pasaron son las que no puedo contar. Como la vez que un miembro del equipo se robó un Ferrari en Europa, que resultó ser de un político que terminó invitándome a salir. Y lo rechacé", chusmea. (Mmmhh... Europa, Ferraris, político amante de jovencitas... ¿Será Berlusconi?). Momsen y sus imprudentes llegarán el próximo 29 de julio a El Teatro de Flores, en lo que será su primera presentación en Argentina.
¿Te ves siguiendo el camino de Joan Jett y Lita Ford, o apuntás a otro lado?
Me gustaría seguir la tradición de The Beatles y Soundgarden, para nombrar solo algunas influencias...
Me gustaría seguir la tradición de The Beatles y Soundgarden, para nombrar solo algunas influencias...
A veces, la prensa y el público miran con prejuicio a actores que se lanzan a la música. Me imagino que más siendo una mujer al frente de una banda de hard rock, un género machista en el que pocas damas lograron ser estrellas. ¿Sentís que tenés que pelearla para tener credibilidad?
En este negocio, tenés que pelear por todo; así que esa es simplemente otra batalla que hay que dar. Realmente, no pienso en eso. Creo que el mundo del espectáculo puede ser difícil para cualquiera, hombre, mujer, perro o mono.
En este negocio, tenés que pelear por todo; así que esa es simplemente otra batalla que hay que dar. Realmente, no pienso en eso. Creo que el mundo del espectáculo puede ser difícil para cualquiera, hombre, mujer, perro o mono.
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