Los australianos, con el canadiense J.D. Fortune en voz, se presentaron anoche en el Luna Park e hicieron lo que mejor saben: entretener con sus grandes éxitos.
¿A qué fueron los que asistieron anoche al recital de INXS, de este INXS? ¿A ver una banda emblemática? ¿A ver una banda emblemática más un cantante? ¿A comparar en vivo a J.D. Fortune con Michael Hutchence? ¿A gritar "Maikeeell, Maikeeeeeelll"? ¿A bailar y apretar con la novia/o (bueno, ya esposa/o)? ¿A recordar los viejos buenos tiempos, aquellos años de nuevas sensaciones, y emocionarse hasta las lágrimas (amargas, je)? Quizás a un poco de todo esto, pero sobre todo, a ver un espectáculo. Y eso es algo que INXS, aquel y este INXS, siempre supo dar. Desde esa primera impresión en el Festival Rock & Pop de 1985, hasta el olvidable recuerdo de 2002 con el aún más olvidable Jon Stevens como frontman; pasando por la tragedia de una pérdida irrecuperable y el desparpajo de un reality show, el grupo australiano siempre supo que esto es, sobre todo, entretenimiento. Y ayer a las 21:30, el telón del escenario porteño se corrió una vez más e INXS, este INXS, salió a continuar el show.
Los tres hermanos Farris, en look CQC y clave batucada, abrieron un juego que desembocó en la explosiva "Suicide Blonde", con Fortune emergiendo a escena como un crooner con galera. La batería de clásicos se embaló con "Devil Inside", "Mystify" y "Listen Like Thieves". "Afterglow" trajo algo contemporáneo al repertorio, pero rápidamente el sonido volvió a los 80 con "Love Is (What I Say)", una joyita recuperada del álbum The Swing (1984). Después llegaría una versión desenchufada de "Don't Change", a cargo solo de los miembros originales, y la artista invitada de la noche: Deborah de Corral, con una folkie "New Sensation" (incluida en Original Sin, nuevo disco de reversiones con distintos vocalistas que la banda está presentando) que generó una tibia y respetuosa respuesta del público.
Tras una etérea y dramática "Beautiful Girl" con Fortune otra vez al frente, "Mediate" trajo de vuelta la electricidad al show y el sexteto dejó los formalismos de lado. Chau trajes y corbatas, hola a la vestimenta rocker (sombreros de cowboy y hasta cascos de aviador incluidos), y los australianos arremetieron con lo mejor de su arsenal: "Need You Tonight", "Bitter Tears", "Not Enough Time", "Disappear", "Original Sin", "What You Need", nuevamente "New Sensation" (pero à la old school) y la siempre conquistadora "Never Tear Us Apart".
A esta altura, poco pesan las dudas y cuestionamientos que pueden rondar por las cabezas. Si este INXS parece una banda de covers de sí misma o no. Por qué hace diez años que permanecen en un estado de permanente interpretación y reinterpretación de su pasado en lugar de evolucionar. O si J.D. Fortune será, finalmente, una voz hacia el futuro o solo un efectivo ejecutor que no desentona con uno de los catálogos pop más sólidos (y sacros) de los últimos 25 años. El cierre, otra vez con "Don't Change", pero ahora en actitud punk, suena como un mensaje en respuesta a esos pensamientos.
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