domingo, 1 de mayo de 2011

Las mejores y peores películas de superhéroes


Ante el estreno de Thor, repasamos las adaptaciones de los héroes del comic a la pantalla grande y armamos un debate digno de The Big Bang Theory.



Se viene una avalancha de films basados en superhéroes. Hoy se estrena Thor (entretenida, efectiva, pero discreta, con un pobre uso del 3D y un guión funcional a The Avengers, la megaproducción que reunirá a gran parte del universo Marvel en 2012). Y en los próximos meses tendremos las cintas de Capitán América, una "precuela" de X-Men, Linterna Verde y nuevas entregas de Wolverine, Batman, Spider-Man y Superman, entre otras que se están planeando.
Pero si hurgamos un poco en la historia que reúne el cine con el cómic, veremos que estos artes, que parecen tan emparentados, tienen una relación difícil, con resultados muy desparejos. Aquí, como un episodio más en la eterna batalla entre el bien y el mal, las mejores y peores adaptaciones de superhéroes al séptimo arte.

Las mejores

1. El caballero de la noche (2008)
Con Batman inicia, Christopher Nolan consiguió recuperar al hombre murciélago del gay parade al que lo sometió Joel Schumacher en los 90, devolviéndole la oscuridad y complejidad al personaje. Pero en su secuela, el director inglés lo enmarcó en el lugar que se merece: el género del policial urbano, otorgándole una crudeza y realismo que hizo que un personaje del cómic pueda resultar entretenimiento inteligente para las masas ajenas al mundo "nerd" de las historietas. Mención aparte merece la actuación de Heath Ledger como el célebre Joker, quizás uno de los mejores villanos del cine.

2. Superman (1978)
Sí, uno la ve ahora y se ríe. Los efectos son horribles y Marlon Brando, por Dios, con ese pijama plateado que parece sacado de una venta de garage de Liberace... Pero, digan lo que digan, esta versión de la historia del hombre de acero a cargo de Richard Donner sentó las bases de las modernas adaptaciones de comics. Tiene un gran guión y un gran reparto (con el enorme Gene Hackman como Lex Luthor), y es la única película donde un superhéroe encarna a un humano porque (por si aún no lo sabían) Christopher Reeve no hace de Superman: Superman hace de Christopher Reeve. Inolvidable.

3. Spider-Man (2002)
Ninguna película logró capturar la esencia de un cómic como esta. Tobey Maguire es el Peter Parker que todos llevamos dentro, el héroe oculto en el chico sensible y loser. El traje, algo tan difícil de sacar de la tinta y representar en la pantalla, luce realista, y uno tiene la sensación de andar colgado de los edificios cuando el arácnido sobrevuela la ciudad. Por su fuera poco, el director Sam Raimi subió la apuesta en Spider-Man 2 (aunque después arruinó todo en la tercera parte). Mis sentidos arácnidos me indican que todo mejorará el año que viene, cuando el talentoso Andrew Garfield tome la posta en The Amazing Spider-Man, de Marc Webb.

4. Iron Man (2008)
Si Christopher Reeve será por siempre el verdadero Superman, Robert Downey Jr. nació para encarnar al ingeniero playboy y millonario de las armas Tony Stark, el otro hombre de metal que tiene el mundo de la historieta. Genio, atorrante y seductor, el actor que supo hacer de Chaplin le imprimió encanto y credibilidad como nadie supo hacer a un personaje de cómic, y demostró que no importan los kilos de maquillaje, las máscaras o armaduras: el verdadero poder de un superhéroe es su carisma.

5. Watchmen (2009)
Para muchos (entre los que me incluyo), la brillante novela gráfica de Alan Moore es un tesoro intocable, pero hay que reconocer que la adaptación de Zack Snyder estuvo a su altura. Respeta la épica, el tono apesadumbrado y el corte crítico y político de la obra original sin dejar de entretener y consigue uno de esos pocos blockbusters de culto que hay en el cine. No hay que perderse la edición The Ultimate Cut en DVD, con la versión de 215 minutos de esta gema.

Las peores

1. Batman y Robin (1997)
Como es el personaje de cómic más maltratado por el cine y la TV, no debe sorprendernos que el encapotado lidere tanto en las mejores como en las peores adaptaciones. En esta entrega, Joel Schumacher terminó de destruir el trabajo iniciado por Tim Burton en 1989, cuando Batman volvió a la senda gótica, revistiéndolo de una estética trash-pop casi al mejor estilo de la ridícula serie protagonizada por Adam West en los 60. Este desastre, que reunió a George Clooney como enmascarado, Uma Thurman (Poison Ivy) y Arnold Schwarzenegger (Mr. Freeze), tiene, entre otros honores, el galardón de ser considerada la peor película de todos los tiempos por los lectores de la revista Empire.

2. Gatúbela (2004)
Si bien el film no tiene una estricta relación con el universo de Batman, el director francés Pitof logró algo imposible: que Halle Berry enfundada en cuero negro tenga menos sensualidad que el gato Félix.

3. Supergirl (1984)
Helen Slater se calzó el traje de prima de Superman e hizo lo que pudo en esta abominable cinta que nos da una lección: no esperes una buena película de un pésimo personaje. El trailer exime cualquier intento por seguir profundizado.

4. Elektra (2005)
Si algo tuvo de malo Daredevil (como si ver a Ben Affleck haciendo de superhéroe no fuese suficiente) es que tuvo una secuela en la forma de un spin-off sobre su "novia", esta asesina mercenaria experta en artes marciales, encarnada por Jennifer Garner. La adaptación, más digna de película ATP para televisión que de la pantalla grande, resultó una burla al violento y despiadado personaje creado por el gran Frank Miller, que merece una disculpa de por vida por este atropello.

5. Hulk (2003)
Un caso testigo de todo el daño que la animación digital puede hacerle al cine: el director Ang Lee dejó que uno de los personajes más conflictivos y temibles del cómic (¡un pobre tipo condenado a transformarse en un monstruo cada vez que se calienta!) se convirtiera en una especie de mascota de Bubbaloo de melón. Cinco años después, el estudio Universal se redimió en una nueva (y buena) versión, con Louis Leterrier tras las cámaras y Edward Norton en la piel de Bruce Banner. Pero la original es intragable.



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