Entrevista con Tom Panton, una de las cabezas de Warp Records, sello emblema de la vanguardia musical inglesa.
Yo viví dos décadas bajo la influencia de Warp, con importantes secuelas. La menos grave es ser hoy un tipo de treinta y pico con el espíritu de un pibe de 15. Pero la peor fue que, cuando realmente tenía 15, era tratado como un raro y sofisticado nerd cuarentón. Es lógico: ¿qué pibe (y menos, ¡qué mina!) iba a juntarse con un chabón que, a principios de los 90, escuchaba algo llamado Autechre y pensaba que Pearl Jam era un gusto de mermelada?
Yo me enteré del "album negro" de Metallica varios años después porque, en ese momento, lo único oscuro que conocía era The Black Dog. Y mientras mis amigos alcanzaban el Nirvana con Nevermind, yo me daba con el Electro-Soma de B12, e imaginaba el día en que tendría mi propio conjunto tecno.
Sí: por culpa de Warp, tuve una adolescencia "desfasada", fuera de tiempo, escuchando la música de un sello que es un género en sí mismo, que suena como el mañana pero que, en realidad, nos ofrece ecos de un universo musical presente y paralelo al que todos conocemos. Hace unos días me encontré con Tom Panton, cabeza de Warp Records, en la conferencia que dio en Buenos Aires dentro de la gira que está realizando por diversos lugares del globo con motivo del vigésimo aniversario del label.
No sabía si putearlo o agradecerle por lo que su empresa me hizo. Al final, terminé entregándole un demo de mi banda (recuerden que soy un quinceañero soñador) y hablando sobre el presente de la música. Aunque, como era de esperar, terminamos volviendo al futuro.
En una entrevista dijiste que "el método de supervivencia de Warp es adaptarse en forma rápida a los desafíos". ¿Cuál son los desafíos actuales para ustedes?
Creo que sería muy fácil volver atrás y editar solo un número limitado de artistas. El desafío es mantener el tamaño de la empresa, poder probarles a los músicos que podés competir con los grandes sellos, mantenerse lo suficientemente grandes como para satisfacerlos. Ellos tienen bastantes expectativas sobre lo que un sello debe brindarles. Y también hay desafíos relacionados con la piratería y el downloading, que tiene también sus beneficios.
¿Cuál es tu posición con respecto a eso, la tan llamada "piratería"?
Parte del download es piratería y parte, no. Es difícil porque se define con esa palabra, pero una gran parte son amigos que comparten música, lo cual es bárbaro. Hay un montón de razones positivas y reales de por qué compartir música en Internet está bueno. Pero el problema es para quien crea el contenido y tiene derecho a venderlo: ¿cómo obtenés beneficio de eso, cómo ganás dinero para poder seguir haciéndolo? Si no, vas a tener que dejar de hacerlo y, así, ya no va a haber nada para compartir. Es muy difícil, muy complicado.
Hoy la tecnología permite que cualquier persona componga, edite y publique música. Podés hacer un tema en tu laptop y ponerlo a disposición de millones desde MySpace en cuestión de minutos. ¿Cómo impacta esto en un sello independiente y, a partir de ello, cómo imaginan los próximos 20 años de la industria?
Es interesante, es bueno, porque el hecho de que cualquier persona pueda crear música genera una mayor necesidad de filtros culturales, ya sea un blog, una revista o un sello como Warp, en los que la gente confía por lo que hicieron antes, que diga si vale la pena o no escuchar algo. Esto es lo que busca la gente normal, filtros como esos. Así que, cuanta más música se haga, más relevancia van a tener.
En la conferencia mencionaste que Warp ahora está como "cerrando un círculo" histórico, al volver a interesarse y promocionar músicos de la electrónica. Fuera de tu catálogo, ¿cuáles son los artistas más interesantes del género hoy?
Mmmhhh. hay cosas buenas que están viniendo de Londres. Tenés el dubstep, que es muy interesante, con artistas como Kode9. También me gustó el álbum de Burial y estoy esperando escuchar lo que sigue.
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