viernes, 19 de diciembre de 2008

“Twiller”: el thriller en los tiempos de Twitter


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El micro-blogging mete miedo y crea historias de suspenso cada 140 caracteres. ¿Nuevo género literario o moda de la cultura snack?

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Es lógico pensar que la literatura tradicional se “pusiera en forma” y se adaptara a los veloces y cortos tiempos de la vida moderna, y la tecnología parece el medio para entrar en carrera. Desde hace tiempo que, en Japón, las novelas para celulares (keitai shousetsu) son un éxito. Y, más recientemente, servicios de micro-blogging como Twitter son la plataforma elegida para crear nuevos experimentos narrativos como TwitterLit (que ofrece teasers de libros), Twittories (para escritura colectiva de obras) o Quillpill (para relatos y poemas cortos).
Lo último parece ser el “Twiller”, término acuñado por el periodista del New York Times Matt Richtel quien, desde hace unos meses, está escribiendo un thriller en tiempo real en Twitter.
La “novela” es sobre un hombre que despierta en las montañas de Colorado, Estados Unidos, sufriendo de amnesia, pero acechado por la sensación de que es un asesino, y emplea su teléfono móvil para ir “twittereando” su historia, cada 140 caracteres. “Piensen en Memento en un celular, con los eventuales emoticones”, dice Richtel, explicando su creación. El relato se puede seguir desde acá y, para los que recién se suman y no entienden nada, acá pueden ver un sumario.
Más allá de lo atrapante o no de la obra, nuevos “géneros” como este pueden poner los pelos de punta a escritores puristas, normativistas y hasta a amantes de la literatura “normal”, ya que la limitación de caracteres en Twitter hace que los textos arrasen con las reglas lingüísticas establecidas. Con tal de economizar espacio y contar lo máximo en la menor cantidad de letras, la ortografía se extingue, la fonética se fagocita las vocales y los emoticones son la evolución de las metáforas y sentimientos.
Por otra parte, no puedo dejar de relacionar estas noticias con el fenómeno de la fast-life y la cultura snack que estamos atravesando: minisodios, blogs, micro-blogs, iPods Nanos, remeras XS, e-books, automóviles Smart, Mini Rocklets, economías de “nicho”, microcréditos
El mundo se hace cada vez más chiquito, pero yo me sigo sintiendo igual de pequeño. Y tengo miedo.

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