viernes, 24 de junio de 2016

Brexit: el impacto en la música

La salida del Reino Unido de la Unión Europea genera una crisis en la industria musical. La opinión de los artistas ante el resultado del plebiscito.



La decisión popular de que el Reino Unido ya no sea parte de la Unión Europea (UE) proyecta una enorme sombra de problemas e incertidumbres sobre la vida política, social y económica del país. Y, claro, también lo hace sobre la actividad musical.

La industria de la música es uno de los sectores más pujantes de la economía de las islas, al punto que algunos reportes señalan que su crecimiento es superior al del PBI del país. Según información publicada por RT, el 17 por ciento de los álbumes que se venden en Alemania, Francia, Suecia, Italia, España y los Países Bajos corresponden a artistas británicos. Para la BPI, entidad equivalente a nuestra Capif, la cifra es mayor: en 2015, el 25,9 por ciento de todos los discos comprados en Europa eran de artistas de nacionalidad. Sí: uno de cada cuatro.

Por lo pronto, la medida de abandonar la UE traería grandes complicaciones comerciales y logísticas. Los músicos no podrían viajar tan fácilmente como lo hacen hoy, ya que requerirían de visas de trabajo, y se encarecería el transporte de equipos, lo cual impacta directamente en la organización de giras y festivales.

Otra de las consecuencias está vinculada al turismo musical. Miles y miles de personas visitan Londres y otras ciudades británicas para asistir a conciertos todos los años. De acuerdo con RT, en 2014 esto supuso beneficios por 4.500 millones de dólares para la economía británica, un negocio que ahora podría verse muy reducido.

En los sellos discográficos, la alarma ya estaba encendida desde hace trato. “Una victoria del Brexit sería un desastre económico, político, social y cultural para todos nosotros”, dijeron en una carta conjunta que urgía votar por la permanencia, firmada por los capos de Beggars Group y Universal Music UK, según reveló Billboard.

Desde la BPI se mostraron preocupados por el efecto de este portazo que “traería grandes implicaciones para el negocio musical, que anualmente brinda unos 5.500 millones de dólares al gobierno por ventas al exterior”, destaca NME. Dos tercios de los integrantes de la BPI se oponían al Brexit, según un relevamiento interno de la organización.

“Como cualquier otra industria, necesitamos de un ambiente macroeconómico con crecimiento y confianza, y la incertidumbre alrededor del Brexit no ayuda en lo más mínimo”, le dijo Geoff Taylor, directivo de la BPI, a Billboard. Según el ejecutivo, una de las mayores preocupaciones para los sellos británicos es que, si el país abandona la UE, ya no se verá beneficiado por las leyes de copyright de la Unión y no tendrán voz en la Comisión Europea en materia de regulaciones de derechos, especialmente en momentos en que hay planes para crear un mercado digital único a lo largo de Europa.

Como era de esperar, la mayoría de los artistas se manifestaron en sus respectivas redes sociales en desacuerdo, consternados y con mucha bronca por esta decisión. “Odio este referéndum porque transforma una pregunta tan insondable en El señor de las moscas”, dijo en su cuenta de Twitter el actor y músico Hugh Laurie, quien completó: “Felicitaciones exiters. La marcha atrás es hacia el costado y abajo, suave con el embrague”. Por su parte, Liam Gallagher señaló: “Paren al mundo, yo me bajo”.

“Tengo el corazón muy, muy pesado hoy. Para mí, la democracia nos ha fallado, porque estábamos mal informados”, declaró en un concierto el cantante de Blur, Damon Albarn, que agregó: “Y quiero que todos sepan que, cuando nos vayamos de aquí, podemos cambiar esa decisión. Es posible”.

Ed Simons, la mitad de The Chemical Brothers, dijo sentirse “incrédulo, triste, temeroso y enojado” y agregó: “Increíbles escenas de viejos estúpidos que proclaman una victoria mientras sus ahorros, pensiones y propiedades desaparecen. Idiotas”. 

Johnny Marr tuiteó: “Nunca estuve más feliz de estar en la minoría. Nadie nunca dijo que la mayoría sabe lo que está haciendo. Más razones para que el resto de nosotros nos mantengamos unidos”.

Brian Eno escribió en su Facebook: “Tengo muchos recelos sobre la manera es que se administra la UE, pero no hacen que quiera descartar la idea por completo. Siento que la UE es una de las pocas restricciones para esa clase de fundamentalismo de mercado neoliberal que vio crecer la desigualdad en todo el mundo”.  

Menos analítica, pero mucho más clara, fue Lilly Allen, que en su Twitter publicó: “Bueno, millenials, estamos realmente, pero realmente jodidos”. Las palabras no podrían ser más certeras si se tiene en cuenta que este abandono no fue una decisión de los jóvenes. Según publicó NME, el 75 por ciento de los votantes de entre 18 y 24 años eligió la permanencia.

Una vez más, otro país que hipoteca su futuro. Suena a canción muy vieja y repetida.

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50 años de rock nacional: habla la nueva guardia (parte III)

Científicos del Palo, Barco, Maleza, Tamesis e Ibiza Pareo cuentan qué piensan sobre el presente y el futuro de nuestra música.



Hace 50 años, Los Beatniks entraron al estudio a grabar el single “Rebelde” y, poco más tarde, Los Gatos Salvajes editaban su álbum homónimo; se dio comienzo así a lo que hoy conocemos como “rock nacional”.

Para celebrarlo, en Generación B nos propusimos dejar de lado el revisionismo histórico de este medio siglo y abordarlo como eje para reflexionar sobre el presente y futuro de un arte que periodismo y público suelen poner en cuestión por diversos factores: desde la crisis de la industria discográfica y la carencia de espacios de difusión hasta la supuesta falta de nuevas figuras y exponentes con proyección internacional.

Para saber si es así, mes a mes reunimos a los más destacados artistas emergentes para conocer, de primera voz, qué sienten, qué opinan y cómo se ven a sí mismos y a sus pares quienes, potencialmente, son el futuro inmediato del rock argentino. 

Se trata de un especial de entrevistas mensuales que se extenderá durante todo 2016, que ya tuvo una primera parte con Marilina Bertoldi, Roma, Sambara, Bestia Bebé y Surfistas del Sistema, y una segunda con Indios, Rayos Láser, Foxley, Reyes del Falsete y Utopians.

En esta oportunidad, reunimos a Ani Castoldi y Marina La Grasta (Ibiza Pareo), Mariano Belgrano (Maleza), Pepo San Martín (Científicos del Palo), Alejandro Álvarez (Barco) y Guido Venegoni (Tamesis).

Transcurridos 50 años de rock nacional, ¿qué opinión tienen sobre el estado actual de la escena local?

Ani y Marina: Creemos que el rock nacional está pasando por un muy buen momento. Hay muchas bandas emergentes conviviendo, muchos proyectos nuevos, con propuestas diferentes, búsquedas desde los sonidos, la producción y muy buenas canciones dando vuelta. Creemos que es rica esta multitud de voces y es un lindo desafío seguir creciendo haciendo buenos temas desde el corazón. Obviamente, al haber mucho, también es muy difícil crecer como banda y hay una sensación de que ciertos lugares ya están ocupados. Pero con trabajo y convicción se avanza. Sería buenísimo que mejoraran la difusión y la comunicación en la música, así aparecerían nuevos artistas que están luchando por poder compartir su música y tener un lugar en todo el país. 


Belgrano: Creo que el estado actual es caótico, cada vez más decadente, sumado a la falta de lugares donde se respete al músico como tal y no como un medio para engordar los bolsillos de los propietarios. Hay falta de apoyo por parte de municipios, está el manejo de “los mismos de siempre” en cuanto a difusión donde hay que “entregarse” a ellos, y se suma lo difícil que es tratar de ser y mantenerse independientes. Estos son los problemas y las miserias que tiene que soportar el músico. Como virtudes, rescato la fuerza y constancia que hay que mantener para sobrevivir activos; esas son las bandas a las que, a la larga, “algo” se les va a dar, conjuntamente con la calidad y el buceo musical y compositivo.

San Martín: En rigor de verdad, debo decir que la actual no es la mejor versión del rock nacional, dado que, a mí entender, no están surgiendo grandes canciones como en los 90, que es la época en la que transcurrió mi adolescencia y la que recuerdo con cariño. No ha habido un gran recambio desde ese entonces y, si bien no necesariamente me gustaban todas las bandas que sonaban en la radio, hay que reconocer que el nivel de las canciones era superior. Quizás el hecho de ser contemporáneo de esta escena me quite elementos como para verla en perspectiva, pero esa es mi sensación de lo que pasa hoy a nivel mainstream

Álvarez: Nosotros lo vemos floreciente. En lo que hay que seguir insistiendo, desde nuestra postura, es en la idea de romper con ciertas barreras. A un show de Barco viene gente de todos los palos, un pibe con remera de Callejeros, tal vez una pareja de 40 años, un grupo de chicos de 15 años o alguien bien rockero, y se copan, se abren un poco más a nuestro sonido, que no es 100% rockero. Nos gusta verlo y sentirlo cada vez más así; y no solo en nuestros shows.

Venegoni: Creo que se estancó la industria ante la falta de información que se les brinda a los artistas desde el principio de los tiempos del rock. Todavía es una gran incógnita para muchos la manera de llevar adelante una banda, y para otros es la clave de abarcar mucho en la industria. Por otro lado, la educación musical base, que debería darse en la escuela primaria y secundaria, no evoluciona y muchos chicos tienen 18 años y no conocen la música, ni siquiera la autóctona y su historia. La globalización, en cambio, vapuleada por los medios y grandes magnates, le dio versatilidad y posibilidades a todo el mundo de conocer música que jamás hubiese conocido. Por supuesto, el under a la cabeza del parakulturismo, siempre atacado por los gobiernos, y con la mejor calidad y versatilidad que se pueda ver y oír. Por otro lado, todo esto desemboca en el antiguo pensamiento colectivo argentino de que “hacer y estudiar música es un hobby”.


¿Se sienten parte de una generación de artistas, de un conjunto de músicos representativo de un momento del país?

Belgrano: Sí, totalmente. Pertenecemos a una generación de vieja data ya, de los años dorados de los 80, donde comenzamos con THC con el movimiento reggae/rock y bandas como Los Cafres, Riddim, Todos tus Muertos, La Zimbabwe, y que rindió sus frutos en el tiempo ya que el movimiento reggae se instauró definitivamente en la escena local con peso propio, sin necesidad de ir como “adorno” en diferentes festivales. 

Álvarez: Creemos ser parte de una generación que aflora luego de Cromañón. Si bien la banda es de 2011, vimos bien el hueco que se generó, el vacío, el dolor y luego, de a poco, un renacer que sigue y debe seguir con nosotros, con los que vengan, con los que estaban, con todos.


Ani y Marina: Nos sentimos parte de una escena que hace mucho de forma independiente, que apuesta a un sonido diferente y que no le tiene miedo al pop ni al baile. Nos sentimos parte del mundo Geiser, que, como sello, está armando un escena muy interesante y diversa, nucleando bandas de todo el país y apostando a lo nuevo. Entre los artistas con los que nos sentimos pares podemos nombrar a Sobrenadar, Diosque, Joyaz, Aldo Benitez, entre otros.

San Martín: Nosotros somos medio autistas en ese sentido. Si bien tenemos contacto con muchas bandas, no hemos desarrollado una “hermandad” con ninguna. Nos vemos, nos hablamos y nos queremos con un montón de grupos, como Parteplaneta, Huevo, Sambara, La perra que los parió, Sig Ragga, Eruca Sativa, no hemos fomentado mucho la unión en términos de organizar cosas junto y demás. Es, quizás, un defecto nuestro, o simplemente es lo que nos tocó como humanos por nuestra naturaleza. Nos sentimos parte, lógicamente, de un pelotón de bandas que busca llevar adelante su proyecto y mantenerse en el camino.


Venegoni: Realmente, hicimos muchos buenos amigos y tenemos la aceptación y el respeto de muchos colegas, de los cuales nos sentimos pares. Parte de Tamesis lleva adelante una organización de blues, con el fuerte en un jam, que se llama Blues en Movimiento, y muchos disfrutan de ella. Cualquier banda que enfoque su sonido de los 70 para atrás tiene que ver con Tamesis.
¿Qué artistas creen que pueden tener un lugar destacado en la escena nacional en los próximos años y por qué?

San Martín: Las bandas que más me gustan distan bastante de lo que hacemos, como Rayos Láser y Francisca y los Exploradores, que son más “poperas” y tienen canciones que puedo tararear y silbar. Espero que, en el futuro, tengan su lugar en las radios y la gente consiga acceso masivo a su obra.

Ani y Marina: Indios viene creciendo y consolidándose cada vez más fuerte. También Diosque, y ya estamos ansiosas por que saque un nuevo disco. Francisca y los Exploradores tienen un sonido muy fresco y muy clásico a la vez. Estos grupos están enfocados en hacer buena música y  se dedican con mucha fuerza a sus proyectos. Eso nos parece vital, suenan sinceros y poderosos. Ojalá que suenen por todo el país y por toda Latinoamérica. 

Belgrano: Hay muchas bandas que van a dar que hablar. Personalmente, me gusta mucho Sig Ragg; creo que son de las pocas con una innovación constante y una calidad musical y escénica sorprendente.

Venegoni: Hay grandes artistas, pero es una incógnita; el veredicto lo da la gente con su apoyo y asistencia. Y hay otro juicio que lo dan los medios, sin necesariamente ser convocante o exitoso. Muchas bandas son “el tema del año” sin llevar 200 personas siquiera a su show. Así que todo es raro y relativo.


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jueves, 23 de junio de 2016

Cine: críticas de "Julieta" y "Día de independencia: contraataque"

En "Con todo el país", por Nacional AM 870, comentamos el nuevo film de Pedro Almodóvar y la secuela del film de ciencia ficción de 1996.






viernes, 17 de junio de 2016

Red Hot Chili Peppers: cambiemos

Colorido, delicado y filosófico. Así es el nuevo disco de la banda californiana.



Es curioso que esos tipos que se animaron a subir al escenario con solo una media colgando de la poronga, los que tomaron las olas más bravas de la Costa Oeste (y las drogas más duras de la Costa Este) y los que se partieron varios huesos en el camino hayan asumido ligeros riesgos musicales en sus más de 30 años de historia.

A no confundir: Los Red Hot Chili Peppers han evolucionado y cambiado mucho (empezando por la formación, claro), pero en general su sonido ha mostrado un nivel de seguridad que no se condice con la aventurada vida e imagen de sus integrantes.

Bueno, parece que los cincuenta y pico les pegaron en especial. Tanto que hasta se divorciaron de Rick Rubin, su compañero en la producción de los últimos 25 años y llamaron a la última estrella de las consolas Danger Mouse, quien directamente les propuso deshacerse de una veintena de canciones que ya tenían grabadas para empezar desde cero. “Si esto va a funcionar, nos tenemos que tirar del precipicio y ver qué pasa”, dijo Anthony Kiedis. Y resulta que los Peppers también tienen huevos para un salto de madurez.

The Getaway es un álbum fresco, actual y poptimista, al tiempo que delicado, ambicioso y experimental. La canción que abre y titula el álbum bien podría habérsele olvidado al Duran Duran más funky, y la irresistible “Go Robot” debería meter a los californianos en la disco. Incluso sus momentos más tradicionalistas, como “We Turn Red” o la motorizada “Detroit”, están intervenidos con los yeites de Mouse: teclados retro, quiebres orquestales, firuletes cósmicos y arrebatos psicodélicos.

Sí, claro: hay desaciertos e inconsistencias. Al invitado Elton John no se lo escucha en “Sick Love” y se lo pide a gritos en “The Hunter”, mientras que las (digamos) “citas” beatlescas (o más bien, maccartistas) de “The Longest Wave” y “Feasting On The Flowers” podrán resultar algo incómodas a los seguidores más radicales de la banda. Muchos se preguntarán dónde está el sudor sexual y el rap guarro de antaño, y qué son estos chiles floydianos de la locura que se tienen que tragar en “Dreams of a Samurai”.


De vuelta, a no confundir: The Getaway es el mejor disco de los Red Hot Chili Peppers… para los que no son fanáticos de los Red Hot Chili Peppers. El resto lo disfruta, pero espera que esto sea tan solo una escapada, murmurando por lo bajo un “volveremos, volveremos”.




jueves, 16 de junio de 2016

lunes, 13 de junio de 2016

Melvins: Tres cabrones

Los precursores del grunge sacaron disco y el inefable Buzz Osborne, como siempre, habló poco y repartió mucho.



Hay que poner a Melvins entre los ilustres desconocidos más grandes del rock: el trío que pocos recuerdan, pero que terminó articulando punk, grunge y metal para moldear el sonido con los que otras bandas hicieron mucha historia (y plata). Basta mencionar que de su exbajista, Matt Lukin, surgió Mudhoney; que su baterista Dale Crover tocó con unos primerísimos Nirvana y que el vocalista Buzz Osborne fue amigo de la infancia de Kurt Cobain. Es más: fue él quien presentó a Dave Grohl con Kris Novoselic y el blondo y guitarrista. Y ni hablemos de cuánto le deben grupos como Mastodon, Tool y Boris.

Desde hace más de 30 años que fama y reconocimiento popular los esquiva, y ellos ni se calientan en buscarlos. Tras una larguísima discografía e innumerables cambios de formación (entre ellos, una decena de bajistas), acaban de editar Basses Loaded: 12 canciones de rock tosco y fumón (incluida una valvular versión de “I Want to Tell You”, de los Beatles) que grabaron con ¡seis! bajistas diferentes, todo un chiste a la difícil historia de la banda con los amantes de las cuatro cuerdas. “Sí, seis tipos involucrados… fue muy difícil, pero estuvo bien. Todos tienen sus momentos. Y de vez en cuando tuve que poner orden; aunque no hubo violencia física ni corrió sangre en el estudio”, revela Osborne a Generación B, con esa mezcla de acidez, parca simpatía y honestidad brutal que lo han convertido en el tipo con la lengua más áspera (y el peinado más electrizante) del ambiente.

¿Qué pasó que recién se concretó ahora la colaboración con Kris Novoselic? Se siente que es algo que debería haberse dado hace muchos años…

No sé… Tampoco fue que él vino a golpearme la puerta y a rogarme para tocar. Eso debe haber tenido algo que ver. Fue accidental: Él estaba acá, se suponía que se iba a hacer algo con Dave Grohl, pero no vino, así que lo hicimos nosotros.

Estuviste muy vinculado a Nirvana, desde el principio y en el final. Y sabemos lo que pensás de Montage of Heck, el reciente documental sobre Kurt Cobain. ¿Cómo deberíamos recordarlo?

Era un tipo talentoso con muchos problemas. Una historia triste con un final triste.

¿Nada más?

Eso es todo: es una historia trágica.

¿Qué sentís cuando se los menciona como “los padrinos del grunge”? ¿Es algo que te enorgullece o a esta altura ya te rompe las pelotas?

No me importa en lo más mínimo. Eso fue hace mucho tiempo.


En más de 30 años de historia, viste pasar muchas cosas en la música: estilo, modas, cambios en el negocio. ¿Qué opinás del estado actual de la escena musical?

Creo que es lo mismo de siempre: hay buenas y malas bandas. Así es como funcionó siempre. No creo que haya una “era de oro de la música” o algo así. No tiene ninguna diferencia; al menos, yo no siento que haya alguna.

¿Te importan tendencias como el streaming, las empresas como Spotify, o la reaparición del vinilo?

No sé si alguna de esas cosas va a marcar una diferencia… Veremos.

¿Alguna chance de venir pronto a Buenos Aires otra vez?

Recuerdo que dimos un muy buen show ahí hace unos años, conocimos gente muy agradable y la pasamos muy bien. No estoy seguro si vamos a volver, pero no me opongo a eso. [risas]

Salieron de gira con Kiss, White Zombie, NIN, Primus, Tool, Napalm Death y muchos artistas más. ¿Cuál fue el mejor y el peor tour y por qué?

Bueno, los Napalm Death son cool. No me gustaron algunas personas del crew de Tool, pero ellos son buenos. Los de Kiss son muy macanudos. El de White Zombie fue el peor tour en mi vida, por lejos. Igual, fue hace mucho tiempo, como veinte años atrás. Y no tanto por los demás en la banda, sino por Rob Zombie: tenía todos los aires de estrella de rock que puedas imaginar. Eso y la falta de respeto. Un reverendo pelotudo. Es la única manera de describirlo.

Son un tipo con mucha historia y una boca filosa y divertida. ¿Pensante en escribir un libro de memorias o algo similar?

Sí, es una posibilidad… Nunca se sabe. Muy probablemente lo haga.

¿Y cómo se titularía?

No te lo voy a decir, porque no quiero que alguien me lo robe.




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viernes, 10 de junio de 2016

Comentario del libro de Diego Maradona sobre el Mundial de México 86 - Radio Nacional

En "Con todo el país", por Radio Nacional AM 870, comentamos el libro de Editorial Sudamericana de Diego Maradona sobre la historia del Campeonato Mundial de Fútbol de México 1986, a 30 años de su obtención por el Seleccionado argentino.





jueves, 9 de junio de 2016

Cine: críticas "El Conjuro 2" y "El poder de la moda"

En "Con todo el país", por Nacional AM 870, comentamos los estrenos del film protagonizado Kate Winslet, y una nueva historia de horror del director James Wan.







martes, 7 de junio de 2016

Entrevista a Calexico: sin límites

Antes de su show en Buenos Aires, hablamos con John Convertino.



John Convertino y Joey Burns conforman un dúo de espíritu colectivo que, desde hace veinte años, se la pasa construyendo puentes allí donde otros se empecinan en levantar muros. Calexico, formado en Tucson (Arizona), a menos de cien kilómetros del límite con México, mestiza ritmos, sentimientos y culturas. Mezcla indie rock, tex-mex y “feeling” mariachi, de bronces festivos y cuerdas tristonas, en una música con más geografía que fronteras.

Luego de Algiers (2012), concebido en Nueva Orleáns e influenciado por las raíces del jazz y la música latina de la ciudad, la banda retomó la sureña y polvorienta ruta de su propia americana en Edge of the Sun (2015), un trabajo que estarán presentando el próximo 9 de junio en Niceto Club y al que definieron como “un hijo del amor”. ¿Por qué? “Lo parece con cada álbum. La vida se pone cada vez más complicada y desafiante, y la edad debe ser un factor —explica Convertino—. La logística de grabar requiere más tiempo y esfuerzo en estos días, y lo sentís como que es un trabajo de amor. Al fin de cuentas, eso es algo bueno”.

También se siente como un trabajo más esperanzador, alegre y colorido que otros.  ¿La cita del escritor Charles Bowden en la contratapa, “No creo en el vino blanco, yo insisto en el color” también es una definición?
Me alegra que hayas reparado en el optimismo del álbum y, sí, lo que Charles dice define mucho de lo que hacemos. Siempre tratamos de llegar al origen, “la fuente”, buscando esa veta de color.

¿Por qué le dedicaron el álbum?
Creo que siempre ha sido un pilar espiritual, un escritor con alma que supo reflejar las complejidades de la frontera. “Un México mejor hará una frontera mejor” es otra cita de él en la que siempre pienso. Los Estados Unidos no difieren ideológicamente de México. Somos hermanos, deberíamos ayudar en lugar de construir muros, rejas y armas.

¿Cómo se dieron las colaboraciones con Neko Case, Carla Morrison y Gaby Moreno?
Fue muy simple: ¡preguntamos y ellos dijeron que sí! Se fue dando que este disco tuviera un invitado en cada canción.

Atendiendo al espíritu colectivo de la banda, ¿con qué artistas les gustaría trabajar y todavía no se dio?
Siempre admiramos a Cat Power y Bill Callahan. También tengo en la cabeza que deberíamos trabajar con Morrissey desde que leí su autobiografía. Pero las colaboraciones se dan porque nosotros permitimos que pasen. Tratar de forzar algo o hacer un plan, usualmente, nunca funciona.

Para artistas con tu filosofía e ideales debe ser una pesadilla lo que está sucediendo con Donald Trump. ¿Qué te pasa cuando ves que un tipo así, con su mensaje, gana trascendencia y adeptos?
Sí, es de terror; pero no muy diferente a cuando se candidateó Bush y ganó. Creo que en el país hay gente que está empecinada en no evolucionar. Aunque también hay mucha que progresa. Lleva tiempo, pero, si mirás la historia, los progresistas han tenido varias victorias. El tiempo revelará que los años de Obama trajeron enormes cambios para un montón de personas dañinas, y espero que esos cambios perduren. Hay muchos sucesos que parecen una locura en este siglo, en todo el mundo, pero también hay cosas positivas sobre las que tenemos que seguir construyendo.

Más de 600 reconocidos escritores estadounidenses firmaron una carta abierta en rechazo a su candidatura. ¿Sentís que los músicos deberían manifestarse en su contra también, ya sea así o de otra manera?
No creo que debamos. Es decir; no sería malo hacerlo, pero más allá de Ted Nugent, no puedo pensar en otro músico que apoye a Trump. Realmente, la demografía de los Estados Unidos no permitirá que alguien así sea Presidente.

Van a estar por tercera vez en Buenos Aires. ¿Recordás algo especial de las visitas anteriores?
Siempre es como un torbellino cuando llegamos allá, y nos quedamos sin tiempo para relajarnos. Tenemos una amiga de Tucson que no sabíamos que se había mudado a Buenos Aires. Y la noche de nuestro último concierto allá apareció en el show con su Harley Davidson. ¡Eso sí que fue una gran sorpresa! Nos llevó después a su casa, en un barrio antiguo, y nos quedamos a tomar cerveza toda la noche. Estuvo genial.

Están cumpliendo veinte años como banda. ¿Sos de mirar para atrás y ver el camino recorrido? ¿Qué balance hacés?
Me siento afortunado. Pudimos hacer buenos conciertos, visitar muchos países y estamos muy agradecidos de que la gente aún venga a nuestros shows. Se hace cada vez más difícil vender discos, los números siguen cayendo, pero todavía podemos salir de gira y hacer un poco de plata… Así que estamos bien.
 







lunes, 6 de junio de 2016

Henry Padovani: el policía secreto

Mirá el rockumental donde el músico cuenta los orígenes punk de The Police y cómo se quedó afuera de la banda.



Henry Padovani se quedó afuera de uno de los tríos más importantes de la historia del rock, pero podría ser parte de otro: junto a Pete Best y Ian Stewart, formaría ese grupo de músicos que fueron expulsados de sus bandas instantes antes de alcanzar el suceso. Ellos son Los Hermosos Perdedores que, por esas cosas de la fortuna, se quedaron en la puerta del éxito.

A bordo de un Citroën destartalado, este francés oriundo de Córcega llegó a Londres en diciembre de 1976 con un sueño de rock and roll. Y allí se encontró con un baterista llamado Stewart Copeland que estaba determinado a conquistar la efervescente escena punk de la ciudad.

Junto a Gordon Sumner, un joven y necesitado bajista más conocido como “Sting”, formaron la primerísima encarnación de The Police: un trío de canciones rápidas y furiosas, que nada tendría que ver con aquel que, poco más tarde, se convertiría en leyenda al conjugar pop, reggae y jazz de manera única.

Con ellos dio los primeros conciertos y lanzó el single debut, el urgente Fall Out, hasta que el destino quiso que Andy Summers se cruzara en el camino. Tras el fallido intento de grabar un primer álbum como cuartero, Padovani fue despedido de la banda, víctima de una lucha de egos, intereses y diferencias musicales.

Casi cuatro décadas más tarde, el francés estuvo de paso por Buenos Aires y Generación B lo entrevistó en exclusiva para descubrir aquel primer The Police, rabioso y pistolero, que intentaba hacerse de un presente en la Londres del no future. Lo que sigue a continuación es la historia de una banda imposible en la vida del policía secreto.