viernes, 8 de octubre de 2010

Entrevista con Alan Wilder, ex Depeche Mode

El responsable de delinear el sonido de la banda de Gahan y Gore, presentará en Buenos Aires y Rosario su ¿colectivo multimedia? denominado Recoil. ¿Qué es? Él mismo lo aclara: "No se parece en nada a Depeche".

Durante una década y media, Alan Wilder fue el responsable de delinear el sonido de Depeche Mode, la persona que dio forma y sustancia a las composiciones de Martin Gore. Hasta que en junio de 1995 se pudrió. Cansado tras la conflictiva grabación de Songs of Faith and Devotion
(con el vocalista Dave Gahan que comenzaba a hundirse en las drogas), extenuado luego de una larga y desgastante gira, y harto de los tironeos y la mecánica laboral de una banda que le daba mucho trabajo y poco reconocimiento, dijo adiós por carta y se fue con la música a otra parte.
Al poco tiempo, reactivó su proyecto Recoil, un imaginario sonoro que cruza el trip-hop, el blues, la música para películas y la electrónica experimental y que cuenta con diversos invitados, como las voces de Diamanda Galas, McCarthy (Nitzer Ebb), Toni Halliday (Curve), Nicole Blackman y el productor Paul Kendall. Este será su compañero sobre el escenario el 4 y 5 de noviembre, cuando Wilder se presente en Buenos Aires y Rosario, respectivamente, en el marco del tour mundial promocional de su último álbum, Selected, una recopilación de canciones de sus seis discos de estudio, pero reelaboradas y puestas al día.
Si tuvieses que explicar qué es Recoil, ¿qué dirías?
Por lo general, me la paso buscando los adjetivos correctos y quedo como un reverendo idiota. Entonces, sigo con un "No se parece en nada a Depeche Mode, ¡de verdad!". Al final, se me ocurre algo pretencioso como "ah, es una especie de paisaje sonoro fílmico avant garde" o alguna estupidez por el estilo.
Es difícil encontrar influencias recientes en tu trabajo, especialmente en los últimos dos discos, pero sí hay mucho del blues antiguo, la música clásica y de películas. ¿Qué estás escuchando actualmente y qué cosas del presente y del pasado te inspiran?
Siempre me gustaron músicas distintas, de diferentes épocas; principalmente cosas viejas. Algunos de mis favoritos, viejos y actuales, son U.N.K.L.E., Radiohead, David Bowie, Roxy Music, Elbow, Massive Attack, Morrissey, The Who y Goldfrapp. Mis últimas compras incluyen cosas de Gill Scott Heron, John Foxx, Architect, Boards of Canada, Johnny Cash, Howlin' Wolf y Grinderman. También escucho muchas bandas de sonido, algunas de las cuales me sirven de inspiración.
Estuviste en Argentina en 1994 en tu último tour con Depeche Mode. ¿Tenés algún recuerdo de aquella visita?
La verdad es que no tengo ninguna anécdota para contar. Solo sé que es un lugar hermoso y estar ahí fue una experiencia agradable. Los shows de DM en Sudamérica fueron siempre fantásticos, con un público muy entusiasta.
Esta es la primera vez que salís de gira desde entonces. ¿Con qué show se van a encontrar los fans? En el tour europeo se pudo ver una fuerte puesta multimedia...
Las presentaciones son más instalaciones artísticas que shows de una banda. Paul (Kendall) y yo simplemente llevamos lo que hicimos en el estudio al entorno en vivo, en el que agregamos efectos espontáneos y partes extras a una base ya preparada. La música está compuesta por secciones tomadas y editadas de remixes de Recoil y versiones alternativas, que se combinaron de manera tal que el resultado fuera reconocible como Recoil, pero que no necesariamente sonara como las versiones de estudio.
Tenemos cierta flexibilidad para adaptar el sonido a cada lugar, pero también estamos atados a un film continuo que acompaña todo. Los primeros tres meses del año los pasé colaborando con cuatro directores para este proyecto usando un servidor central al cual podíamos cargar nuestro trabajo en progreso. Desde la primera parte de la gira, adapté algunos elementos del show, cambié la música un poco y pusimos a los directores a trabajar también, así que va a haber un par de sorpresas...
Dejaste Depeche hace ya 15 años. ¿Qué cambió en tu forma de trabajar y qué aprendiste como músico en este tiempo?
Obviamente, gané una vasta experiencia desde mi época en el grupo, particularmente al trabajar con gente como Daniel Miller, Gareth Jones y Flood. Mi modo de trabajar no cambió mucho desde que hicimos Songs of Faith and Devotion, para el cual refiné una metodología y logré el equilibrio justo entre performance humana y electrónica. Ahora sé de qué manera quiero hacer discos y me temo que, actualmente, implica un alto grado de autonomía.
Aprendí que, al hacer música, puede ser liberador no tener que someter cada decisión a votación, pero también puede ser bastante duro trabajar solo, sin nadie cerca para saber qué opina. También tuve que aprender a confiar en mis instintos y a creer en mi propia perspectiva. Puede ser algo arrogante (y el peligro es que podés volverte indulgente con vos mismo), así que me vi obligado a imponer mi propia disciplina a todo el proceso.
Resulta extraño que, con tu experiencia y perfil, no hayas trabajado como productor más allá de ocasionales remixes y colaboraciones que hiciste para algunos artistas. ¿Por qué?
Me pidieron muchas veces que produjera, pero es algo que no me entusiasma demasiado; principalmente, porque en ese trabajo hay muchísimos elementos que no necesariamente se centran en la creación de música. Producir a otro grupo, por lo general, implica actuar como mediador en su política interna, ¡a veces incluso como asesor conyugal o psicoanalista! Era de eso de lo que quería librarme cuando opté por dejar de ser miembro de una banda. Habiendo dicho esto, voy a seguir escuchando ofertas y, si aparece el trabajo indicado, estaría abierto a la idea. Debería ser algo que me interesara explorar especialmente.
Los fans de Depeche tuvieron una gran sorpresa este año cuando te reuniste con la banda en el escenario del Royal Albert Hall, y ahora Martin Gore va a ser DJ en uno de tus recitales en California. ¿Cuál es tu relación con ellos hoy?
Sigo en contacto con Dave, sobre todo por e-mail o mensajes de texto. No tuve mucha comunicación con Martin o Fletch (Andrew Fletcher) desde 1995, pero estuvo bueno encontrarnos en nuestra reciente reunión. Estoy ansioso por ver de nuevo a Martin en California para la gira de Recoil.
¿Sos conciente de que gran parte del público y la crítica dice que hay un período pre y post Wilder en la música de Depeche y que se extraña tu presencia en sus últimos trabajos?
Eso es algo que me honra y halaga. Desde mi punto de vista, las canciones de Martin merecían más que un tratamiento pop descartable, aun cuando el sonido de DM fuese fresco y diferente en las primeras épocas "puramente electrónicas". Mi objetivo era endurecer el sonido, erradicar algunas de las reglas restrictivas (como nada de guitarras, nada de músicos extras) y tratar de darle más profundidad. Quería desesperadamente que la banda fuese tomada en serio y durante mucho tiempo eso no pasó. Con los años y con la ayuda de Daniel (Miller), Flood y otros, el sonido evolucionó y siento que estuvo en su punto más interesante desde Black Celebration hasta Songs Of Faith And Devotion.
¿Te pasó por la cabeza la idea de volver? ¿No sentiste la necesidad de llamarlos y decirles: "Chicos, los extraño"?
No me sentí abrumando de deseo, je, je. Pero, claro, hay aspectos de esa vida que extraño y hay algunos de los cuales todavía puedo prescindir.
¿Tampoco sentiste la tentación de llamarlos y decirles: Ey, muchachos, ¡por favor, consigan un mejor productor para sus discos!?
Ja, ja, ja...
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sábado, 2 de octubre de 2010

La era de los conciertos virtuales

Del recital de U2 en Second Life a la presentación de Kiss en Facebook y el tour virtual de Mike Posner, cómo la tecnología e internet están cambiando el concepto de concierto en vivo.

El "vamos todos", esa arenga musical por excelencia, nunca sonó tan literal como en nuestros días. No importa qué artista la grite y, menos aún, dónde. Puede ser desde el filo del escenario en el Rose Bowl de Pasadena, Estados Unidos, o desde la intimidad del estudio Hansa de Berlín. Hoy, gracias a las redes digitales, vos podés estar ahí.
El uso de servicios online de streaming, plataformas de telefonía móvil y redes sociales aparecen como medios ideales para llegar a más público y aumentar los ingresos en un mercado deprimido donde es cada vez más complicado vender un disco.
La forma más elemental de "concierto virtual" es el webcast del show a través de YouTube o servicios similares, fórmula que ya ha sido empleada en numerosas ocasiones por estrellas como Alicia Keys, U2, Foo Fighters y Radiohead. El portal de videos de Google inauguró la era del live stream el 22 de noviembre de 2008, cuando transmitió un recital especial en el que participaron Joe Satriani, Katy Perry y Will.I.Am, entre otros.
Pero algunos artistas fueron más allá del simple broadcast apelando a las ventajas de la tecnología y la interactividad que ofrece la red de redes. Keane, por ejemplo, realizó en abril del año pasado el primer recital para internet en 3D. Solo bastaba conectarse a su web y calzarse los tradicionales anteojitos bicolores para ver al trío saltar del mítico estudio Abbey Road a tu pantalla.
Hace dos meses, Arcade Fire emitió en YouTube su presentación en el Madison Square Garden (filmada por Terry Gilliam, director de 12 monos y Brazil), en la que el público podía interactuar desde su hogar: elegir diversos ángulos de cámaras para ver el show, votar por la canción del "bis" y hasta enviar fotografías que luego eran proyectadas en las pantallas del escenario durante uno de los temas. El evento fue el primero de la serie de streaming concerts denominada Unstaged, que hace días tuvo su segunda fecha con la presentación de John Legend y The Roots junto a varios invitados en Nueva York, en esta oportunidad con Spike Lee tras la lente.
También hubo varias iniciativas fuera de YouTube, Ustream,Livestream o plataformas similares. Sting, Duran Duran y U2 son algunos de los que, en algún momento, se subieron al escenario de Second Life, aquella comunidad virtual en 3D que tanto auge tuvo hace algunos años, antes de que Twitter y Facebook se robaran el protagonismo de la web 2.0.
Justamente, la red fundada por Mark Zuckerberg sirvió de tribuna el sábado pasado para la presentación de Kiss dentro de Nightclub City, un popular jueguito social (más de ocho millones de usuarios) donde uno puede ser el manager de un club nocturno.
Los equipos móviles también representan una gran audiencia. En octubre de 2009 Mariah Carey dio el primer concierto virtual para celular. Los usuarios de diversos países podían comprar vía SMS un ticket para ver el show de la diva en Las Vegas desde su teléfono móvil por 9,99 dólares.
Pero si se trata de presentaciones digitales, el cantante de synthpop / hip-hop Mike Posner elevó la apuesta al hacer el primer tour de prensa virtual para la presentación de su último disco 31 Minutes to Takeoff (de reciente edición en nuestro país).
Desde su sitio web, Posner "aterriza" en distintos países con entrevistas, videos y otros contenidos digitales estreno. El tour comprende 13 destinos (Canadá, México, Australia, España, Suiza, Alemania, Suecia, Finlandia, Corea, Singapur, Reino Unido, Irlanda y Estados Unidos), donde en diversas fechas se va activando el acceso exclusivo al material del músico.
Coreando desde el celular o haciendo pogo entre el teclado y el monitor de casa, internet es una entrada para ese recital al que siempre quisiste ir y, en vivo, desde el lugar donde estés, ser parte de la audiencia más grande del mundo.
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