miércoles, 31 de diciembre de 2008

Cómo es El día que la Tierra se detuvo

El clásico antibelicista de los 50 sufrió un upgrade eco-friendly, pero el medio, una vez más, se comió el mensaje.

Pensá en una remake de algún film clásico de ciencia ficción que sea igual o superior al original. ¿Cuál te viene a la mente? Tomate el tiempo que quieras, dale. Mientras, date una vuelta por otras notas de la Rolling, si querés. Entrá a Pop Life y fijate con qué delirio se despachó hoy Mancusi. Yo te espero acá...

...¿Listo? Complicado, ¿no? A mí solo se me ocurrieron dos: la versión de John Carpenter de The Thing (1982) y la de Philip Kaufman de Invasion of the Body Snatchers (1978). Solo dos películas. Quizás no estés de acuerdo, quizás te hayas acordado de otras, pero lo que es indiscutible es cuán difícil es equiparar un clásico y cuán fácil parece hoy simplemente "actualizarlo".

Esta es la cuestión con la nueva versión deEl día que la Tierra se detuvo (The Day The Earth Stood Still) que, más que una remake, es un upgrade de aquel emblemático film de 1951, con todo lo bueno y lo malo que eso significa.

Por un lado, uno puede celebrar la decisión del director Scott Derrickson (The Exorcism of Emily Rose; Hellraiser: Inferno) de no querer reinventar la obra original y pone su imaginería y mensaje en sintonía con estos tiempos. Este ya no es el mundo retratado en blancos y negros (en todo sentido) por Robert Wise hace 57 años, con una sociedad naif, pasiva y completamente caucásica. Es un planeta confuso, globalizado, violento, informatizado, de familias multirraciales y desmembradas por guerras, que Derrickson pinta muy bien con sólo retocar algunos personajes desde una paleta de colores opacos y climas mustios.

Tampoco es un universo al borde de la guerra nuclear, sino signado por el calentamiento global producto de la inconciencia humana por la ecología.

El Klaatu de Keanu Reeves es, gracias a sus siempre impávidas actuaciones, un personaje mucho más ambiguo y complejo que aquel afable extraterrestre interpretado en los cincuenta por Michael Rennie, que venía a exhortarnos sobre las consecuencias que traería la escalada belicista de aquellos tiempos.

Y Gort, el icónico robot guardián, ya no es esa risueña versión aerodinámica del hombre de hojalata: es un gigante igual de estilizado, aunque oscuro e intimidante (solo la escena en la que el siniestro autómata "relojea" a uno de sus captores militares mientras intentan infructuosamente analizarlo vale la entrada al cine).

Pero donde la remake falla es, justamente, en el "nuevo recado" que nos trae. La versión original era una película de fuerte connotación política: sobre una modesta obra de sci-fi, había una valiente declaración pacifista en una época donde la ONU estaba en pañales y Douglas MacArthur desafiaba al mismísimo Harry Truman a llevar la guerra atómica a Corea (y hasta China, de ser necesario).

En la presente versión, el género fantástico, con toda su moderna y avasallante parafernalia tecnológica, se come el mensaje que la grave coyuntura global actual también le ofrece como argumento, y el resultado es una cinta de ciencia ficción más, donde la advertencia proambiental parece uno de los tantos product placement que tiene el film, perdiéndose entre automóviles Honda, relojes Citizen, notebooks LG o ridículas escenas en McDonald´s.

Esto no hace que la edición 2008 sea una mala película. Para nada: es entretenida, impactante visualmente y hasta cumple su cometido de dejarnos reflexionando. Un poco en la autoconservación, es verdad. Pero más en sobre si Hollywood no necesita, más que nuevas actualizaciones, una renovación del sistema.

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El día que la Tierra se detuvo - trailer

El resumen del año

Lo bueno, lo malo, lo que me acordé (y lo que me olvidé): lo que importa está acá.

El iPhone 3G;la muerte de Arthur Clarke; el hartazgo que produce ver tanta publicidad con onda y música de los ochenta; Michael Phelps; las netbooks; Portishead;el retiro de Bill Gates; estos 50 discos; Tecno Escena 08; el Toyota Prius;la maldición de Claro;MGMT; la brillante remake de Sleuth en DVD; el humo sobre Buenos Aires; M83; Fallout 3; Google Chrome; Breaking Bad; Zeigeist; Android; Barack Obama; las ediciones del sello Selecta;The Dark Knight; Hulu; que increíblemente me haya gustado un álbum de Kanye West; Religulous; la cuarta temporada de Lost; Grand Theft Auto IV; la victoria del Blu-ray; los shows de The Hives y R.E.M. en Buenos Aires; Metal Gear Solid 4; el konflicto del campo; Twitter; 30 Rock; el Tata Nano; el fiasco de Lively; los Simpson antiperonistas; los Simpson peronistas; Sarah Palin; las madrugadas olímpicas; Starbucks en Argentina; los reporteros holográficos de la CNN; el Estadio Nacional de Beijing; Firefox 3; Heath Ledger; los 40 años del mouse, los 10 del MP3 Player, los 25 de la primera llamada celular y los 30 del Space Invaders; este hijo de mil puta; cómo se cayeron Héroes, Prison Break y Nip / Tuck; WALL-E; perder la Davis, Marley y un programa para mandarlo al paredón; Blu; la muy buena programación del canal Encuentro; The Mist (imperdible la versión en blanco en negro); los españoles repiten y los italianos no aprenden más; Al Pacino y sus cada vez peores actuaciones y películas; el Mapa de la Inseguridad; Cumbio; la subida del petróleo; la caída del petróleo; Left 4 Dead; Carla Bruni; adiós a David Foster Wallace; la Rolling se achicó (de tamaño, no sean mal pensados); Once; el Onedotzero; Tom Wolfe en Buenos Aires; Charlton Heston; chau Basile, hola Diego; ¡la crisis, la crisis!; el Barcamp BA; Juno; Rafael Nadal, por fin numero 1; las cada vez más pelotudas propagandas de cerveza (como esta y esta); REC; la nueva cancha del rojo; Javier Bardem; la novela Microsoft - Yahoo!; chau y gracias, Jorge; Ingrid Betancourt; la de oro en fútbol y ciclismo; la renuncia de Fidel; Usain Bolt; bye Paul; Blythe, muñequitas que asustan hasta a Chucky; Horton (o como hacer un film inteligente para los más chiquitos); efedrina; guerras, guerras, y más guerras; el extraño "caso Ortega"; un regreso nostálgico, uno que nos hizo volver chinos, y otro que es preferible olvidar; el subte llegó a Flores; este zapatazo; el crecimiento de Ubuntu; Green IT; cine 3D; no hay monedas...
Ah, y este blog.

Feliz 2009 para todos.

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sábado, 27 de diciembre de 2008

50 discos de 2008 que deberías escuchar y, si te gustan, comprar (sin un orden en especial)

Portishead - Third
Tom Morello - The Flabed City
Kings of Leon – Only By The Night
Guillemots – Red
Brazilian Girls – New York City
Zeigeist – The Jade Motel
M83 – Saturdays = Youth
Star of Ash – The Thread
The Draytones – Up In My Head
IAMX – The Alternative
Hercules and Love Affair – Hercules and Love Affair
MGMT – Oracular Spectacular
Duffy – Rockferry
The Kills – Midnight Bloom
Goldfrapp – Seventh Tree
Scarlett Johanson – Anywhere I Lay My Head
Death Cab for Cutie – Narrow Stairs
The Ting Tings – We Started Nothing
Sigur Rós – Með suð í eyrum við spilum endalaust
Once (Music for the Motion Picture)
Novalis – Ghosts Over Europe
Cut Copy – In Ghost Colours
Bloc Party – Intimacy
Ladytron – Velocifero
Santogold – Santogold
The Last Shadow Puppets - The Age Of The Understatement
Black Kids – Partie Traumatic
Coldplay – Viva la Vida
Evangelicals – The Evening Descends
Keane – Perfect Symmetry
The Shortwave Set – Replica Sun Machine
Zoé - Reptilectric
The Killers – Day & Age
Peter Heppner - Solo
She & Him - Volume One
Adele – 19
Klimt 1918 – Just In Case We’ll Never Meet Again
Kanye West – 808’s & Heartbreak
Brian Eno and David Byrne - Everything That Happens Will Happen Today
Ayo - Gravity At Last
Neon Neon - Stainless Style
The Notwist - The Devil, You + Me
Lykke Li - Youth Novels
Chairlift – Does You Inspire You
Glasvegas - Glasvegas
Crystal Castles - Crystal Castles
Digitonal – Save Your Light For Darker Days
Joan As a Policewoman – To Survive
School of Seven Bells – Alpinisms
The Verve - Forth

viernes, 19 de diciembre de 2008

“Twiller”: el thriller en los tiempos de Twitter


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El micro-blogging mete miedo y crea historias de suspenso cada 140 caracteres. ¿Nuevo género literario o moda de la cultura snack?

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Es lógico pensar que la literatura tradicional se “pusiera en forma” y se adaptara a los veloces y cortos tiempos de la vida moderna, y la tecnología parece el medio para entrar en carrera. Desde hace tiempo que, en Japón, las novelas para celulares (keitai shousetsu) son un éxito. Y, más recientemente, servicios de micro-blogging como Twitter son la plataforma elegida para crear nuevos experimentos narrativos como TwitterLit (que ofrece teasers de libros), Twittories (para escritura colectiva de obras) o Quillpill (para relatos y poemas cortos).
Lo último parece ser el “Twiller”, término acuñado por el periodista del New York Times Matt Richtel quien, desde hace unos meses, está escribiendo un thriller en tiempo real en Twitter.
La “novela” es sobre un hombre que despierta en las montañas de Colorado, Estados Unidos, sufriendo de amnesia, pero acechado por la sensación de que es un asesino, y emplea su teléfono móvil para ir “twittereando” su historia, cada 140 caracteres. “Piensen en Memento en un celular, con los eventuales emoticones”, dice Richtel, explicando su creación. El relato se puede seguir desde acá y, para los que recién se suman y no entienden nada, acá pueden ver un sumario.
Más allá de lo atrapante o no de la obra, nuevos “géneros” como este pueden poner los pelos de punta a escritores puristas, normativistas y hasta a amantes de la literatura “normal”, ya que la limitación de caracteres en Twitter hace que los textos arrasen con las reglas lingüísticas establecidas. Con tal de economizar espacio y contar lo máximo en la menor cantidad de letras, la ortografía se extingue, la fonética se fagocita las vocales y los emoticones son la evolución de las metáforas y sentimientos.
Por otra parte, no puedo dejar de relacionar estas noticias con el fenómeno de la fast-life y la cultura snack que estamos atravesando: minisodios, blogs, micro-blogs, iPods Nanos, remeras XS, e-books, automóviles Smart, Mini Rocklets, economías de “nicho”, microcréditos
El mundo se hace cada vez más chiquito, pero yo me sigo sintiendo igual de pequeño. Y tengo miedo.

jueves, 18 de diciembre de 2008

Juntar valor


Lo que ves arriba es la portada del último número de IT NOW de este año. El "anuario". Y lo que podés leer más abajo, a continuación, es la introducción que escribí para la extensa nota de portada de una edición que me dejó tan exhausto (por el trabajo que demandó), como feliz (por el resultado conseguido), y que intenta compatir una mirada personal a estos tiempos que parecen tan "crITicos", pero que habría que valorar más.


Hasta hace un tiempo, los fines de año me resultaban un período algo angustiante. Y no era para menos: se juntaba el cansancio tras meses y meses de trabajo, los planes e incertidumbres por el futuro próximo y, por qué no, el fastidio que produce la “obligación” de ver a algún que otro familiar indeseado durante las fiestas (vamos, seamos sinceros: ¿a quién no le ha pasado esto?).
Pero, dialogando con mi analista sobre el tema, encontré una razón mucho más importante que todas estas para explicar mi malestar. Los fines de año son momentos donde cada uno, conciente o inconcientemente, hace un “balance” y, en esa tarea, estamos más (y mal) acostumbrados a comparar y sopesar lo “bueno” y lo “malo” que a “valorar” todo lo vivenciado. Así, la balanza siempre elige inclinarse para el lado negativo, el “haber” suele aparecer más abultado que el “debe”, y pocas veces advertimos que, en esta cuenta, lo importante que debemos extraer como resultado es el valor de todas las experiencias (sean “buenas” o “malas”).

Esto no es filosofía barata: es una cuestión de enfoque, y este es el que pretendo que usted, estimado lector, tenga al momento de recorrer la extensa nota de portada que verá a continuación. Este “anuario” intenta ser algo más que un compendio de lo sucedido estos 365 días en el ámbito del mercado tecnológico. Es también una oportunidad, de la mano de lo que ha reflejado esta revista a lo largo de 11 ediciones, para revisitar hechos, reflexionar y, sobre todo, aprender.

No se trata de repasar noticias, sino de valorar sucesos para extraer experiencias y, así, construir un mejor mañana. ¿Nos vamos a quedar con lo anecdótico de haber visto el primer celular con sistema operativo Google Android, o vamos a comenzar a evaluar las oportunidades que ofrece esta plataforma para los desarrolladores y empresas regionales? ¿Vamos a lamentar la crisis financiera y usarla como excusa para acortar o discontinuar planes en nuestras compañías, o vamos a ver de qué manera, cooperando entre todos, la aprovechamos para que América Latina pueda erigirse como una opción seria, estable, interesante e independiente para los inversores temerosos del norte?

Para ayudarnos a pensar, entrevistamos a 60 empresarios de Centroamérica y el Caribe con el fin de que nos cuenten qué les pasó este 2008, pero también qué van a hacer el año próximo. Y así, entre noticias de ayer, ideas de hoy y planes de mañana, valorar lo que tenemos a disposición para ser mejores.


Maximiliano Poter
Editor General de IT NOW

viernes, 12 de diciembre de 2008

¡Feliz cumpleaños, Munch!

Hoy, 12 de diciembre, uno de mis pintores favoritos, Edvard Munch, soplaría 145 velitas. Para los que no lo conocen, Munch es el autor de "El grito", icono cultural y cuadro emblemático del movimiento expresionista cuya versión original (porque hay varias) cumple este año 115 pirulos de existencia.

Si no estás familiarizado con la historia de este artista, te recomiendo que al menos visites su sitio web y leas algunas de sus entradas en Wikipedia, porque su biografía es tan apasionante como miserable.

Hijo de un padre obsesionado con la religión, desde muy pequeño y a lo largo de toda su carrera, tuvo que lidiar con la muerte de toda su familia. Sufrió de alcoholismo, depresión, colapsos nerviosos, fiebre reumática, ataques de ansiedad; fue tratado con terapias de electroshock; perdió la articulación de un dedo por una herida de bala; estuvo casi ciego por un problema ocular; fue perseguido por los nazis; y se murió, a los 81, totalmente solo. En fin, una vida de mierda, diríamos en mi barrio.

"El grito" también tiene una historia turbulenta, no solo por el origen de su inspiración, sino porque dos de sus cuatro versiones fueron robadas de sus museos.

A manera de homenaje, me tomé la libertad de adecuar su obra maestra a estos irónicos, tecnológicos pero aun angustiantes tiempos que corren.

Disculpame, Edvard, y feliz cumple.


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martes, 9 de diciembre de 2008

Francisco de Narváez y su mapa de la inseguridad


Hasta hace unos años, políticos y tecnología podían constituir un verdadero oxímoron. Pero estos son días 2.0, en los que una parte de la clase dirigente está abrazando los últimos adelantos técnicos para ocupar espacios y ganar adeptos (Barack Obama es todo un caso de estudio en este sentido).

Francisco de Narváez parece uno de estos "¿e-dirigentes?". El empresario, financista de la campaña de Carlos Menem en 2003 y actual diputado, no duda en valerse de Facebook, YouTube y Flickr para mostrarse como un político moderno, diferente, de esos que hoy se acercan al pueblo... desde la distancia de la computadora. "Gente como uno, ¿vio?", dirán muchos, al verlo sonriente y de chombita Lacoste en su sitio web.

La última movida 2.0 del "peronista" es el denominado Mapa de la Inseguridad, un site interactivo desarrollado por el Instituto de Seguridad y Justicia de la Fundación Unidos del Sur (que solventa De Narváez) basado en Google Maps, donde cualquier víctima o testigo de un delito en la Provincia de Buenos Aires puede reportarlo.

El uso de la aplicación no representa una denuncia policial, ni sustituye al servicio 911, entonces ¿cuál es el objetivo? "Que ante la censura ejercida por el Gobierno sobre los datos oficiales, podamos empezar a construir una estadística de la gente y así sepamos qué delitos nos están sucediendo, esto obligará a las autoridades a no hacerse los distraídos y nos ayudará a nosotros a cuidarnos todavía un poco más", responde el mismo de Narváez en su web personal.

Más allá de su clara intencionalidad política (casualmente, la presentación de este servicio se produce en un momento en el que los medios masivos registran una "ola de delitos" en la provincia, lugar que De Narváez aspiró y aspira a gobernar), la herramienta es, por lo menos, muy interesante. Es fácil de usar, incluso se puede reportar delitos vía un teléfono 0800 y hasta hay buena información para asistir a víctimas y saber qué hacer ante diversas desgracias.


Posiblemente, con el tiempo, este sistema realmente arroje algo de luz sobre las oscuras estadísticas sobre la inseguridad que hay en la actualidad. Pero cabe preguntarse qué fiabilidad puede tener este mapa si tomamos en cuenta cómo se distribuye el acceso a Internet en nuestro país en este momento.

De Narváez cita en su web un reciente estudio de la consultora local Prince & Cooke que dice que habrá 20 millones de usuarios de Internet en Argentina hacia fin de año y se alegra afirmando que "cada día somos más", porque "esto significa que casi la mitad de la población tendrá acceso a la red". Pero el pelirrojo empresario olvida que ese mismo análisis señala que solo tres de cada 10 internautas provienen de estratos socioeconómicos bajos, sector poblacional que, seguramente, es el principal damnificado por la inseguridad y el que más dificultades tiene para acceder a las herramientas tecnológicas (tanto en lo económico como en lo cultural). Entonces, ¿cómo será el mapa del delito considerando quiénes son hoy los potenciales cartógrafos, y qué tipo de "carta de navegación" irá conformando en materia de intereses, acciones y consecuencias?
Por ahora, con en los viejos tiempos de la geografía (y la política), esto es terra incognita.

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